jueves, 9 de mayo de 2013

Caso del pasado y cuentas pendientes. Capitulo 6



Capítulo 6.


Madrugada del lunes, 24 de septiembre.


Son las cuatro de la mañana y en realidad en casa de la familia Perea nadie duerme. Maria, que se acostó rendida, comienza a dar vueltas en la cama y en la habitación de al lado su madre hace lo mismo quien, medio dormida, enciende la luz de la mesilla. A su lado está su marido, sentado en la cama, con la espalda recostada en la cabecera, mirando hacia un punto indefinido, como buscando en él la respuesta a la pregunta que desde el sábado no deja de sonar en su cabeza “ ¿ habría podido impedirlo si hubiera estado al lado de ellos en lugar de esperarles en el coche?”  Todos le han dicho que no, que a lo sumo hubiera impedido que se llevaran a los dos, que lo tenían estudiado etc, etc ..pero él no se conforma, no siente alivio por ello, sigue sintiéndose culpable, ha fallado, le ha fallado a su hijo y aunque no es un hombre de iglesias y rezos esta noche ha rezado.
-      Héctor, ¿Tienes de nuevo dolores? – pregunta Asunción sentándose ella también como su marido.

-      No, los dolores en el cuello y en la espalda son soportables pero no te preocupes por mi ahora, estoy bien, duerme tú que también lo necesitas.

-      Lo haré en cuanto me cuentes por qué no puedes dormir pese al calmante que te has tomado.

-      Lo siento Asun, esta noche no me he tomado el calmante, no quiero más pastillas que me dejan atontado y me impiden pensar. Tengo que asimilar que soy un desastre como padre y un irresponsable y para ello debo de estar bien consciente.

-      Exageras, como me dijo a mi María cuando me autoinculpé de ser una mala madre. Para ellos somos los mejores padres del mundo pase lo que pase. Estoy segura que cuando se entere Daniel de lo que te ha pasado, por correr tras de ellos, la imagen de héroe que tiene de ti seguirá intacta.

-      Un héroe con pies de barro que comete falta, tras falta y....!María! ¿ qué te pasa?- dice Héctor al ver como tras unos golpecitos en la puerta, ésta se abre y aparece María.

-      Os he oído hablar y como yo tampoco puedo dormir... ¿me puedo quedar un poquito con vosotros?

-      ¡Por supuesto!, ¿verdad mamá? – dice su padre mirando a Asunción

-      Naturalmente,  venga, sube a la cama – contesta Asunción-  Cuéntanos algo sobre Londres que no hemos tenido tiempo de preguntarte nada.

-      Eso no importa ahora mamá, cuando Dani esté de vuelta os cuento todo lo que hemos hecho pero ahora no me apetece hablar de ello. ¿Mañana va salir todo bien, verdad?

-      Verdad princesa – contesta Héctor – la policía tiene ya un grupo especializado en secuestros  que pondrán a actuar en cuanto sepan la hora y el sitio de la entrega del dinero. No te preocupes por ello.

-      ¿Pero vais a pedir que se pongan ellos antes de que digan la hora y el sitio? Me siento tan poca cosa, no puedo hacer nada para rescatar a mi hermano. Nunca pensé que le fuera a echar tanto de menos.

-      No eres la única princesa, pero tu si que no puedes hacer nada, en cambio yo, podría haberlo evitado si hubiera estado al lado de tu hermano y Javier.

-      No, no, eso no papá. Tu no tienes la culpa de que esa Flora sea tan mala persona ¿ Cómo la conociste? – pregunta María.
Héctor mira a su mujer, como pidiendo permiso, y tras asegurarse de que Asunción está de acuerdo cuenta la historia del marqués de Balmán, de Flora, su hija adoptiva y del secretario del marqués. Este último les contrató porque estaba seguro  de que querían asesinar al señor marqués. Le habló de la comedia que montaron  para ganarse confianza de Flora, de que se hizo pasar por Ricardo Suárez, un rico playboy y cuando confesó que quería matar a su padre,  la policía, con la ayuda de Angélica, la mujer del anticuario que antes vivía en el barrio, organizaron una subasta para vender objetos del marqués . Flora cayó en la trampa y en dicha subasta fingieron que mataban al marqués. Le explicó a María cómo la detuvieron y mencionó el fraude de Flora y su marido en el negocio de las participaciones, en el que su tío Miguel también se vio implicado sin saberlo, motivo por el cual estuvo en la cárcel.
-   Y tu mamá ¿ por qué la tienes ganas a esa Flora además de lo del tío? Papá y tu no erais novios cuando papá se hizo pasar por un playboy –  pregunta María

-  A tu padre se le ocurrió llevarla una noche a la redacción para presumir de empresario. Supuestamente él era el dueño. Ese mismo día se me había caído el pañuelo que llevaba al cuello al suelo y no me di cuenta. Tu padre lo vio esa noche, lo reconoció y se lo guardó en el bolsillo.  Al día siguiente, bien temprano llega a la redacción y me devuelve el pañuelo apestando al perfume de Flora, con lo cual yo se lo devolví de nuevo diciendo que no era mío, que se lo diera a la dueña del perfume pero, por si fuera poco, yo iba a cubrir lo de la subasta para lo de la revista y el “asesinato”  cambió las cosas, regresé a la redacción para escribir el artículo de la muerte del marqués y luego me lo tuve que comer porque todo había sido una trama de la que yo no sabía nada.
-  Y tu madre no nos comió a Bonilla y a mi de milagro -comenta Héctor mirando a su mujer.

-  Me lo imagino – dice María – pero, aunque aún no erais novios mamá estaba celosa de Flora ¿ a que sí?

-  ¿Celosa? - se pregunta manteniendo la mirada de su marido fijamente - Sí, estaba celosa de que pasaran tanto tiempo juntos y yo no supiera nada del plan y encima lo del pañuelo ¿ por qué tuvo ella que ponerse mi pañuelo? Aún sigo sin entenderlo.

- Ya te dije que me lo sacó del bolsillo del abrigo y que en cuanto pude lo volví a guardar. Estaba con Flora pero solo pensaba en ti – contesta Héctor sin desviar la mirada de su mujer, momento que María aprovecha para volver a su habitación sin que sus padres se den cuenta.
A las 9 de la mañana el padre de Tim pasa a buscar a Gustavo como habían acordado y juntos van al banco. Allí se reunen en el despacho del director con Fernanda y Bonilla . Aparcados frente al banco, en un coche de policía pero sin distintivo se encuentra Vallejo y el Comisario que lleva el caso. Detrás del coche de Bonilla  el inspector y otro policía de paisano para escoltar , discretamente a Bonilla no sea que pasara algo imprevisto. Media hora más tarde salen todos, Olavide y él con una bolsa , suben al mercedes de Bonilla, el coche de policía les sigue y a las 10 de la mañana ya están en el piso de la Castellana sin problemas, donde Héctor y Asunción ya les están esperando. 
A las once de la mañana Tim y Alejandro van a recoger a María y a Paloma para ira casa de Bonilla. Vallejo y Bonilla le pidieron a Tim que estuviera presente por si los  los niños, volvían a dar pistas en clave. El comisario y el inspector no están muy conformes. Tim les podría haber dado las claves por escrito, no le gusta nada que los chicos hayan intervenido y que gracias a ellos ya tengan la identidad de los probables secuestradores. Los minutos que pasan hasta que suena el teléfono a las doce en punto se les hace a todos interminable y cuando éste suena, Bonilla lo coge diciendo.
-      Tenemos el dinero pero antes queremos asegurarnos de que los niños siguen bien.

-      Los niños  bien. Volvemos a llamar dentro de unos minutos- dijo la voz distorsionada dando por  terminada la llamada.
Y el teléfono suena de nuevo, 10 minutos más tarde y a Bonilla no le da tiempo a decir nada, solo oye a los niños decir muy deprisa: “Un abrazo a los cinco y un beso” y un exabrupto de un adulto cortando la comunicación bruscamente.
-      ¿Que han dicho y no te andes por las ramas? – pregunta el comisario a Tim sin disimular que la presencia de los jóvenes le incomoda.

-      El número uno estaba en nuestra lista como lugar en el que se ven aviones. Puede referirse a aviones civiles o militares, es decir, a una base en la cercanías o aún aeropuerto y el número cinco  por un lugar emblemático, monumento reconocible. Puede ser una iglesia o un..

-      Creo que tenemos suficiente. Vale chico ya os podéis ir – contesta el comisario.

-      No tan rápido – dijo Héctor – no sé a que viene ese tono con ellos cuando lo único que han hecho ha sido ayudar.

-      Y yo se lo ha agradezco pero ya no les necesitamos. Está muy claro y ya tengo una idea de dónde pueden estar.

-      Pues yo no lo tengo claro – dice Bonilla.

-      Creo que entiendo lo que nuestro amigo el comisario quiere decir- se atrevió Vallejo a decir tratando de calmar los ánimos-  es que si el coche fue robado por el barrio del Pilar  y los secuestradores tiraron por Bravo Murillo todo indica que deben estar en el norte de Madrid. ¿ Qué hay emblemático y grande al norte? El Escorial y el Valle de los caídos.

-      Perdón – dijo Tim tímidamente – pero creo que se olvidan de...
Nadie escucha a Tim, los preparativos y órdenes por teléfono se suceden. Una patrulla especializada barrerá la zona del Escorial al tiempo que otra seguirá a Bonilla hasta el lugar de la entrega del dinero.  A las 5 de la tarde tiene que dejar la bolsa  en una cabina telefónica en el Paseo de Pintor Rosales  esquina a Marqués de Urquijo. Si todo va bien podrá encontrar a los niños veinte minutos más tarde en la Plaza de España esquina a Princesa.
Alejandro mira a Tim y sin decir nada deciden dejar la casa tal y como les han pedido. Paloma y María, enfadadas con los mayores,  van detrás de ellos y ya en la calle, camino del coche Alejandro le pregunta a Tim:
-      ¿ Querías decirles que no contaban con los aviones y que según tú en El Escorial no hay base aérea?

-      Exacto. No, no la hay. En la base de Torrejón hay mapas detallados de todas las bases y aeropuertos en toda España. En Madrid hay bases militares en Getafe y en Cuatrovientos. Cerca de Getafe está el Cerro de los Angeles y si no me equivoco la ermita y la imagen de un Sagrado Corazón, muy grande, bastante visible desde varios puntos de la zona. Lo malo es que por esa zona hay dos polígonos industriales creo recordar.

-      Tenemos que volver y decírselo – comenta Paloma, es importante.

-      ¿ Qué te propones? – pregunta María haciendo caso omiso de las palabras de su amiga.

-      No tengo ningún plan o algo así- contesta Tim- pero podíamos ir a Torrejón, allí hay mapas muy detallados de la zona, mirar desde que polígono industrial se ve mejor el Cerro y comprobar si algunos nombres de los que ya conocemos tienen una nave industrial por allí.
-      Me parece buena idea – dice Alejandro- y Paloma, si descubrimos algo con seguridad siempre podemos decírselo al padre de Tim, seguro que éste nos escucha y a él le escucha la policía.

-      Es una lástima que mi padre no esté en orden, él os ha defendido y seguro que en condiciones normales nos hubiera escuchado y si no mi madre. Cuando se dé cuenta que nos hemos ido sin decir nada se va enfadar aunque lo entenderá.
-    Seguramente María - contesta Alejandro - tu madre sabrá calmarle si es necesario y tengo la impresión de que Héctor va a confiar en nosotros.
A la una y media de la tarde y ya en la oficina del padre de Tim, tras consultar algunos mapas,  explican lo que está pasando y Glen se ofrece a averiguar que socios de Bonilla puede tener por allí una nave. Una llamada a la cámara de comercio y otra a un amigo del club de golf le confirma que Miguel Campo es propietario de una nave, que tiene en venta , en el polígono de los Olivos y que de vez en cuando la presta a conocidos como almacén pero , el amigo del golf, no sabe el nombre de la calle.
-      No es difícil de encontrar, además en una de las ventanas se puede ver el cartel de “Se vende”¿ te interesa el local Glen?

-      No, a mi no, gracias , era pura curiosidad, es por un compatriota, sabes . Creía haber coincidido con Campos en el club de golf y recordar que dijo algo de una nave pero no tengo su teléfono y no he podido llamarle.

-      Vas a tener que esperar unos días pues no está en Madrid. Está jugando un torneo en Valencia y tiene otro en Portugal en los próximos días.

-      Esperaremos.Gracias por la información y a ver  si quedamos de nuevo para jugar juntos.     

Glen cuelga el teléfono con cara de satisfacción y le dice a su hijo.
-      Ahora mismo llamo a casa de Bonilla para informarles.

-      Gracias  - dice Tim y añade corriendo saliendo por la puerta  – nosotros vamos a ver si localizamos el local. No te preocupes papá no vamos a hacer nada, te llamaremos para ponerte al corriente.
Al padre de Tim no le da tiempo a reaccionar a las palabras de su hijo, los jóvenes han desaparecido en un abrir y cerrar de ojos. Glen llama a casa de Bonilla pero el teléfono comunica constantemente y tras intentarlo varias veces decide llamar a Gustavo a quien le pone al corriente de las sospechas que los jóvenes tienen y del local que hay a nombre de Miguel Campos .
En la nave industrial, en el polígono de Los Olivos en el distrito de Getafe, los chicos han vuelto a su cuarto y La tacones y el Italiano se acaban de marchar no sin antes haberles zarandeado hasta hacerles caer al suelo.
-      ¡Qué coño acabáis de decir! ¡No soy idiota! ¿ qué les habéis dicho?

-      No entiendo – dice Javier – no hemos dicho nada y no podemos decir nada porque no nos dejan.

-      Es verdad dice Daniel. Jolines ¿no podemos mandar abrazos a mis padres, a los  padres de Javi, a mi hermana y un beso al hermano de Javier que todavía es un baby?

-      ¿Los dos a la vez? ¡Vamos, a otro perro con ese hueso? –contesta La tacones - ¿Cuándo os habéis puesto de acuerdo?

-      Cuando han venido a por nosotros, que se lo diga El boxeador, Javier me ha dicho al oído que lo dijéramos los dos al mismo tiempo porque nos iban a quitar el teléfono enseguida, como la otra vez. ¿Qué hemos hecho mal?- pregunta Daniel con cara de no haber matado nunca a una mosca.

-      Más os vale que todo salga bien porque si no, no respondo de lo que mi compañero os haga – dijo La tacones cerrando la puerta muy malhumorada.
Al poquito oyeron como se levantaba el cierre, volvía a cerrarse y El cabeza pelada entró con los vasos de leche pero sin comida.
-      No food today, you are punished – les dijo y cerro la puerta.

-      Joder como se la gasta La tacones, no quedamos sin comer hoy – dice Javier

-      Sí, bueno pero no importa. Mientras se lo haya creído tenemos suerte. Total, los bocadillos de tortilla de francesa ya empezaban a cansarme

-      ¡Y a mi! – dice Javier.
 Gustavo Olavide, por su parte, tampoco consigue comunicarse con la casa de Bonilla y decide ir en persona a contar lo que Glen le acaba de decir. Espera llegar a tiempo, tiene miedo de lo que pueda suceder si los jóvenes están en lo cierto y además las chicas van con ellos. Pasada las dos de la tarde los jóvenes llegan al polígono Los Olivos, aparcan el coche cerca de un camping y comienzan a andar buscando naves con letreros de “Se vende” y desde donde se pueda ver con claridad el Cerro de los Angeles.






































2 comentarios:

  1. ¡Bueno, pues comienza la operación rescate...! ¡Gracias wapa, esto ya tiene mejor pinta...! y Daniel y Javier demuestran ser muy listos... me gusta el apodo de "la tacones"... ¡desde luego no me extraña que Asun la tenga ganas...! :) :)
    Espero ansiosa el feliz desenlace de la historia... un beso grande... ;)

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  2. A la tacones la tenemos ganas todas porque con ella Hector tuvo escena de cama y con Asun estamos a dos velas ( me refiero en la serie no en tus relatos )y encima el picaro de Hector por lo que parece no le ha contado a su mujercita el porque y como Flora se puso el pañuelo, asi que lo tiene bien guardado. Me encanta lo valientes que son los chicos en una situacion como esta. Espero ansiosamente el abrazo de los chicos con sus psdres^^*

    BESITOS:)

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