domingo, 7 de diciembre de 2014

El diario del padre de Pilar. capítulo 6

Escorial y Toros de Guisandos.


Daniel no iba muy desencaminado, cuando dijo que con tanto frío no hay diversión en el campo, pensó Irene más de una vez en estos dos días que estuvieron por la sierra. Claro que ellos no iban a divertirse sino para tratar de buscar pistas, indicios que ayudaran a Pilar. Se sentía identificada con la joven porque a ella también le mataron a su madre y la privaron de sus caricias. Creció con su recuerdo, con su fotos y con el cariño del que hablaban sus tíos y sus abuelos pero seguía sin perdonar al hijo del juez que se subió a la acera con su moto adulterada, perdiendo el control de ella atropellando a su madre causándole la muerte en el acto. La culpa fue de su madre, según testigos pagados por el mismo juez, de su madre por querer cruzar sin mirar y aunque Rubin, el jefe de su tía Asun en la revista, entonces se llamaba Sucesos, encontró otros testigos que desmentían la versión oficial, la verdad nunca salió a la luz. Al final el hijo del juez dio con sus huesos en la cárcel, cuando el señor juez como padre se cansó de cubrirle las espaldas por otros incidentes. Ojalá encontraran pistas que sirvieran para dar con el paradero del medio hermano de Pilar y con los responsables de la prematura muerte de la madre de la chica.
Pilar por su parte, se conformaba con saber algo de su medio hermano, probar que lo de su madre no había sido un accidente con mala suerte era casi imposible, habían pasado muchos años y las notas, de las que hablaba su padre, ella no las tenía aunque Héctor le había dicho que Bonilla estaba en contacto con un buen detective en Bruselas, con muchos contactos en la policía. Ahora, ya de vuelta en Madrid, Pilar recordaba como a pesar del frío que hacía, un frío más seco que en Bélgica, éste no le molestaba tanto como a Irene y pudo disfrutar de la aventura y de todo lo que veía.
Llegaron al Tiemblo el sábado por la tarde, a la hora de la merienda, tras pasar por El Escorial como ella les había pedido. El real sitio, como estudiante de último año de Historia, en la Universidad Libre de Bruselas, lo tenía en su lista desde hacía tiempo y no quería dejar de escapar la ocasión ahora que lo tenía tan cerca.

“De los reyes españoles no hablan muy bien la historia de los Países Bajos ni la de Bélgica pero sin duda alguna el que peor fama tiene es Felipe II”, le dijo a Irene fotografiando el lugar.

Como la silla de Felipe II les quedaba de camino, contemplaron desde allí el monasterio y el monte Abanto con nieve en su cima y más tarde comieron en Robledo. Tanto Asun como Irene se conocía la zona bien, no muy lejos del Escorial quedaba Valdemorillo donde la abuela Felisa y la tía Manolita tenían su casa e Irene le contó a Pilar la historia del abuelo Basilio, que durante la guerra fue mal fusilado y estuvo un tiempo mudo, que adoraba a su nieta Chelo y le pagó las clases de baile. Recuerdos y más recuerdos de oirlos contar que a su vez relataba a Pilar y una noche más se quedaron dormidas a altas horas de la noche mientras en la habitación de enfrente, Héctor y Asun,  lamentaban el que no fuera posible poner una conferencia a Birmingham para hablar con María. Resignados pasan a repasar la estrategía para el día siguiente en el pueblo del padre de Miguel.

-        Aunque me parece un poco exagerado – dice Asunción- quizás tengáis razón tanto tu como Pilar. Como no sabemos lo que nos vamos a encontrar y con quien vamos a hablar, mejor la llamamos por su segundo nombre, Claire y es francesa en vez de belga como ella nos ha propuesto.
-        Debo reconocer – comenta Héctor -  que a sus 24 años es muy sensata aunque muy atrevida por la forma que tuvo de actuar en Bruselas y te confieso que temo defraudarla. Quizá hubiera sido mejor que hubiese acudido a un colega belga, en lugar de a mi que no me conocía de nada, por mucho que hubiera oído mi nombre el día anterior y escuchado mi intervención.
-         Recuerda que nos dijo que fue un impulso, que no lo tenía pensado pero que ahora no se arrepiente, y eso te lo ha recordado esta misma tarde.
-        Por eso mismo, me preocupa que levantemos la liebre y que le pase algo. No me lo perdonaría.
-        No vamos a levantar ninguna liebre, vamos a tener mucho cuidado, Irene la primera. ¿ Quieres que te ayude a relajarte con unos buenos masajes?
-        No me vendría mal amor, nada de mal ¿ con la luz encendida o apagada?
-        Como tu quieras, estoy a tus ordenes – contesta Asun dispuesta a mimar a su marido y borrar de su cara ese semblante serio que le había vuelto al no poder hablar con María.

Al día siguiente, antes de ponerse en camino a Hoyos de Pinares, tomaron las fotos de los Toros de Guisando y  ya en el pueblo del padre de Miguel, entraron en el bar de la plaza y Pilar llamó enseguida la atención del anciano matrimonio que hallaba en el mismo, como le contaba Héctor a Bonilla sentados en el  café Comercial esperando a que Asun llegara con Pilar de su visita a la revista.

-        No me digas que la anciana creía ver un fantasma cuando vio a Pilar
-        Casi Bonilla, pero una de las hijas, que estaba con ella y que también conoció a Rosario le dijo que la nuera de Enriqueta tenía el pelo negro y los ojos también.
-        ¿ Se parece realmente tanto a su madre?
-        Las dos tienen el pelo muy rizado pero Pilar tiene la piel más blanca, pelo rubio y ojos azules como los tenía su padre y los tiene su tío. En la foto no se aprecia muy bien pero la postura y el corte de cara sí puede que sea el mismo que el de su madre.
-        Tuviste una suerte loca socio, no sé como te las arreglas pero te ponen las cosas en bandeja.
-        No te quejes Bonilla que tu no te quedas manco ¿ No acabas de decir que Ten Cate ha dado con el expediente en casos abiertos y que las notas que recibiera Robert están en él?
-        Sí, es verdad – ríe Bonilla un poco nervioso – pero la suerte no es mía es de Ten Cate y sus conexiones. Estoy pensando en volar con Pilar el viernes y ver como podemos reabrir la investigación.
-        ¿ Vas a volver a cambiar la fecha de los billetes? –pregunta Héctor un tanto extrañado ya que la nueva fecha era para Marzo.
-        No, no, ni mucho menos. Lo he pensado mejor y tenías razón, a Matilde no le haría ninguna gracia que me ocupara de un caso estando de vacaciones y además para que esperar a mediados de marzo. Vallejo ya está en el caso de Gustavo, Asun te puede echar una mano si es necesario y por unos días no creo que te agobies sin mi ¿ o sí?
-        ¿ Estás buscando cumplidos, Bonilla? Deja,no conteste, ahí llega Pilar y Asun, la puedes preguntar directamente si ella está de acuerdo en volar contigo el viernes.
-        Pues mira, eso voy a hacer ahora mismo, gracias socio.
-        Muy buenas – saluda Asun con un beso a Héctor y otro a Bonilla, presentándole a Pilar.
-        Encantada – contesta Pilar al saludo de Bonilla dándole un besos – asi que tu eres el famoso Bonilla. He oído hablar mucho de ti este fin de semana.
-        Espero que no te hayas asustado, no es tan fiero el león como lo pintan. Le estaba contando a Héctor, cuando habéis entrado, que he estado hablando con nuestro amigo detective en Bruselas y hay posibilidades de reabrir el caso de tu madre. He pensado que podía volar contigo el viernes ya que necesitamos tu firma para poder investigar el caso.
-        ¿ Estáis seguros de que se puede reabrir? No quiero hacerme ilusiones, con saber algo de Miguel ya me conformo.
-        Ten Cate si lo está pero por eso conviene que estés tu también delante para discutirlo ¿ Puedo asegurarle que nos vemos este sábado?
-        De acuerdo pero por la mañana que por la tarde quiero ir a Brujas a pasar el fin de semana con mi abuela. ¿ Tienes alojamiento en Bruselas?
-        No, pero eso se arregla en un periquete, en cuanto llegue al despacho. Bueno, y ahora que estamos todos, empezad a contar como fue lo del bar en Hoyos.
-        Que lo cuenten ellas – dice Héctor bebiendo con calma su cerveza, dispuesto a escuchar el relato de Asun. Le encantaba oir a su mujer relatar historias y no podía apartar la mirada de ella de lo orgulloso que siempre se sentía.

Asun comienza a contar como entraron primero ella y Héctor en el bar, que era el mismo edificio que se veía en la foto mientras Irene y Pilar se quedaron haciendo fotos del pueblo.
La misa de las once acababa de empezar, el bar estaba casi vacío a esa hora, solo una mesa estaba ocupada por una pareja de ancianos y detrás de la barra una mujer de unos 50 años que atendió rápidamente a los desconocidos. Asun tras pedir un café con un bollo se presentó como periodista que recorría los pueblos de la sierra cercano a Madrid, en nombre de la revista, para promocionar el turismo de interior mediante historias interesantes de sus vecinos. Héctor se presentó como el fotógrafo de la revista y marido de Asun y estaba a punto de mencionar a Irene y Pilar cuando estas entraron riéndose y quejándose del frío. Nada más entrar Pilar se quitó los guantes, la bufanda y el gorro que llevaba, sacudió su cabeza, se llevó los dedos a su melena rizada  y la atusó con ellos. Los ojos de la anciana y los de la mujer de detrás de la barra se clavaron en ella y el anciano la señalaba con el dedo cuchicheando sin ningún miramiento. Pilar sintió las miradas y molesta hizo ademán de volver a salir a la calle cuando la mujer de detrás de la barra, se acercó a ella y la pidió disculpas.

-        Perdonen a mi madre, ya es mayor y confunde a la gente. Lo siento de verdad señorita – le dijo mirando a Pilar -  usted nos recuerda a la nuera de su mejor amiga, a la pobre Rosario,  tristemente desaparecida en la guerra.  La verdad es que acaba de hacer el mismo gesto que hacía ella cuando entraba en nuestro bar en el invierno.

Al oir el nombre de Rosario, Asun reaccionó enseguida evitando que Pilar hiciera un comentario.

-        ¿ Desapereció en la guerra? ¿ Podría contarme más cosas sobre ella? Puede ser una buena historia para nuestra revista y promocionar el pueblo.
-        No estoy muy segura de que al pueblo le guste salir en revistas contando cosas de la guerra y de sus vecinos pero, en cualquier caso, Rosario no era del pueblo. Tenía una tía casada con un vecino del pueblo  y a veces venía con su madre en el verano.
-        Antes ha dicho que era la nuera de Enriqueta y que esta era la mejor amiga de su madre asi que me imagino que Rosario y el hijo de Enriqueta se conocieron en el pueblo, durante los veranos y que se gustaban desde pequeños. Yo huelo una gran historia de amor rota por la guerra – comenta de nuevo de Asunción.
-        Tiene buen olfato – responde Catalina, la actual dueña del bar que al final termina por presentarse – es cierto, fue una verdadera desgracia, Miguel y ella se conocían desde los 12 años . Si le interesa la historia se la cuento pero por favor no miente el nombre del pueblo, no quiero problemas.

Asunción miró a Héctor y este con la mirada le indicó que aceptara la propuesta y Catalina comenzó a contar.

“ Enriqueta, la suegra de Rosario, y mi madre eran como hermanas y  Sagrario, la hermana de la madre de Rosario, casada con un vecino del pueblo, se hizo muy amigas de ellas nada más llegar al pueblo. La madre de Rosario, Pilar, vivía en Coca pero solía venir a ver a su hermana con Rosario. Como fuere, los niños se hicieron mayores, Miguel se fue a Madrid al cumplir los 23  en el 34 y Rosario le siguió dos meses más tarde pues eran de la misma edad. Rosario era enfermera y Miguel era mecánico. A Miguel le gustaba mucho la política, desde siempre, por eso tenía peleas dialécticas con el primo de Rosario de ideas muy opuestas, y decían que estaba afiliado a UGT y colaboraba en piquetes. Tuvieron un bebé precioso que pusieron Miguel de nombre y les gustaba venir los fines de semana con él pero la felicidad parece que no estuviera hecha para ellos. A los pocos meses de nacer el niño, Miguel murió en una revuelta, días antes del Alzamiento. Rosario vino con el niño a que le viera su abuela y le comunicó que llevaba al niño a su madre, a Coca, que podía irse con ella si quería, pero que ella tenía que seguir luchando por lo que había muerto Miguel, se lo debía a su hijo. En 1938 Pilar, la madre de Rosario, dejó de recibir misivas de su hija. Eran siempre cortas recordando que cuidara mucho de su hijo, que pensaba en ellos mucho,  que estaba bien y que volvería para que se fueran con ella. Cuando acabó la guerra Rosario no dio señales de vida, seguramente es una de las que está enterrada en una fosa común”.

-        ¿ Cómo pueden estar tan seguros? – preguntó Héctor - ¿hicieron algo por buscarla?
-        El primo de Rosario lo intentó pero dijo que se la daba por caída en el frente de Teruel.
-        ¿ y que es del hijo de Rosario? – pregunta Asunción
-        Ahi si que no puedo ayudar. No sé nada. Sagrario fue la primera en morir a poco de acabar la guerra , un año más tarde el marido. En el 46 Pilar pasó un tiempo en casa de su sobrino con su nieto pero cuando el sobrino le dijo que pensaba casarse ella regresó a Segovia. Enriqueta murió poco después y un buen día el primo de Rosario, que se había mudado a Segovia, vino a decirnos que Pilar había muerto y que el y su mujer se hacían cargo de Miguel.
-        ¿ Y eso en qué año era? – pregunta Héctor.
-        A finales de 1949, antes de las navidades, sí, antes de las navidades porque mi madre le dio una bufanda, que ella había hecho, para Miguel como regalo de reyes.
-        ¿ Y no han vuelto a ver al primo de Rosario desde entonces? – se atreve a preguntar Irene.
-        No, por otros vecinos entendimos que tenían planes de irse a trabajar fuera de España, tenía un amigo en Alemania y otro en Argentina y los dos le estaban tentando en ir para allá. Por el dinero no creo que lo hiciera, la casa de su padre la vendió y sacó buenas perras, los bienes de su madre y de su tía en Segovia pasaron a su nombre y la mujer de Rogelio era de posibles, su padre tenía una bodega y varios campos por Valladolid.
-        Asi que Rogelio, como se apellide se quedó con Miguel y lo mismo puede estar en Alemania que en Argentina. Espero que al niño le hable de sus verdaderos padres al menos – comenta Irene – yo sé lo que es crecer sin padres.
-        Villa, Rogelio Villa – dice Catalina – sí, yo también lo espero. Estoy segura que si Rosario no volvió junto a su hijo fue por fuerza mayor.
-        Yo también lo creo – dice Pilar recobrando el habla tras asimilar todo lo que estaba oyendo – y me gusta que yo les recuerde a ella porque creo que fue una muy buena persona y mejor madre aunque no volviera a ver a su hijo.

Poco después se despidieron de Catalina, tomaron algunas fotos del bar, del viejo matrimonio testigos de tantas historias no publicables todavía, como pensaron Héctor y  Asunción. En Madrid tendrían que averiguar a dónde había marchado Rogelio Villa como comentaron la noche del domingo recién llegados a casa, con María ya durmiendo en su cama, brindaron en el salón por lo bien que había ido todo.

-        Por mi mujer, la mejor periodista-detective de España.
-        Calla bobo – contesta Asunción sorbiendo de su copa – yo he tenido suerte, he podido hacer hablar a Catalina pero quien dio con Hoyos y pensó que allí podríamos encontrar algo fuiste tú, cariño.
-        No me voy a quitar méritos pero ya sabes, si alguna vez dejas de ser periodista te contrato como detective, juntos formamos un buen equipo. El mejor del mundo en todo. ¿ Te he dicho ya hoy que te quiero?
-        Bríndo por lo del mejor equipo del mundo, te tomo la palabra en eso del contrato si lo necesito y sí cariño, me has dicho hoy por lo menos cinco veces que me quieres pero no importa, sigue diciéndolo aqui y en nuestro dormitorio que no me canso de oirlo.

Entre besos y arrumacos terminaron la botella, apagaron las luces y se fueron a la cama. En el salón, las copas sobre la mesa, en la alfombra los zapatos de los dos, la corbata de Héctor en el suelo y las medias de Asun junto a una pata del sofá, narraban sin palabras  lo que allí comenzó esa noche antes de irse a dormir.







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1 comentario:

  1. Genial Rosa... y me encanta ver como la complicidad de nuestra pareja se palpa en todo lo que comparten juntos: su vida profesional y la personal... sigue deleitándonos con historias así... gracias...!!!!!

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