domingo, 14 de octubre de 2012

La sorpresa de Aurelia . Parte 25 y Final.


Verano en Italia


Agosto 1973


Peschiera del Garda, a orillas del lago del mismo nombre y a 30 kilómetros de Verona, es el lugar elegido por la familia White para pasar unas semanas en Italia. 
Gracias a la empresa de Torrejón ha conseguido dos casas en el Lago del Garda y la familia Perea ha aceptado la invitación y acaban de llegar.

Es la primera vez que las dos familias van a pasar unos días juntos, Asunción va a echar de menos a Aurelia, quien ha convencido a su marido para volar a Nueva York, pero se alegra por su hija. Este verano, definitivamente las vacaciones de todos van a ser distintas, muy distintas.

Felisa y Trino, tras mucho insistir toda la familia, visitan a su hijo Pedro en Suiza y la familia Olavide, junto con Irene, se encuentra en Los Estados Unidos, visitando a la madrina de Irene y Aurelia disfruta de Broadway junto a las dos Irenes y su hija, mientras Steven y Gustavo se quedan con los mellizos.

La familia Bonilla, por su parte, pasa este mes de agosto en la península de Istria, en Croacia, frente a la costa de Italia bañada por el Adriático, invitados por una cadena de hoteles, de la que es accionista y que acaba de abrir un hotel a medio camino entre Porec y Rovinj, cerca del Limski canal.

Tempus fugit dicen y es verdad, tres años han pasado desde la comunión de Dani. Si entonces le faltaba pocos días para cumplir los 9 y era un diablillo que empezaba a portarse seriamente, cuando la ocasión lo requería, ahora a sus 12 añitos, a punto de empezar séptimo de EGB, no pierde envite a la hora de hacer travesuras e incluso sabe guardar secretos, si a alguien se le ocurre una idea para dar una sorpresa como ya veremos.
Lo mismo pasa con Javier, también doce años, más serio que su amigo y muy responsable con su hermanito, sigue abierto a cualquier idea de Dani.  

María, Suzanne y Clara , las tres ya con 16 años cumplidos, cambian el colegio y su uniforme por el Instituto López de Vega. En octubre empezarán COU, curso que ha sustituído al Preu que le tocó a hacer a Irene, quien acaba de terminar su primer año en la Real Escuela Superior de Arte Dramático con notables y sobresaliente en las asignaturas de Historia del Teatro y en la de Interpretación.

Raúl y Marta son unos preciosos críos de tres añitos que hacen las delicias de todos al igual que Sergio Bonilla que con sus dos años y medio llama la atención por su pelo rizado y su eterna sonrisa en la  cara.

Tim White sigue en Mardrid, acaba de aprobar con nota su primer año en la escuela Técnica de Telecomunicaciones y combina sus estudios trabajando con su padre, en T.Instruments, una empresa americana en Torrejón, de la que su padre es director desde hace dos años, tras darse de baja en el cuerpo diplomático.

Las notas de felicidad siguen sonando para todos ellos pero el año pasado hubo de lamentar la muerte del padre de Aurelia. Falleció mientras dormía y el óbito afectó a Trino que le sigue echando de menos. Los dos abuelos se habían hecho muy buenos amigos, solían jugar a los dados, a la hora de la merienda, mientras comentaban como orgullosos padres, los éxitos de sus hijas.

Irene sigue viviendo con los padres de Asun y siguen gozando de buena salud, pero la edad no perdona y aunque mantienen la portería, es Engracia la que se encarga de las tareas más arduas.

Gustavo continua con su bufete, cada vez con más clientes y a Bonilla y a Héctor tampoco les falta el trabajo, al revés, los dos imparten clases en la escuela de policía como pofesores invitados tres veces al mes.

Matilde sigue ayudando en el despacho a su marido y Aurelia ha publicado, con mucho éxito, su primera novela corta juvenil, después de haber triunfado como escritora infantil. Su foto se puede ve en muchas librerias, la fama la lleva bien.  Asunción por su parte, también ha editado su segunda novela policiaca, la primera va por la tercera edición, pero su foto sigue sin aparecer en la solapa de las novelas.  

Estrella sigue llevando el estanco de Matilde, Miguel su taller y Diego sigue creciendo aunque últimamente ha estado malito.
A Julio tanto en lo laboral como en lo privado  le va muy  bien, “A media voz” vende mucho y ha conseguido un galardón y a finales de agosto, si los planes no se estropean tienen, todos ellos, una cita en una ciudad italiana.




20 de agosto de 1973


-      Me parece mentira estar aquí – dice Asunción sentada con Héctor en una de las terrazas de la plaza de Bra frente al Anfiteatro mientras esperan, que Tim  y María vengan con las entradas para la representación de Aida.
-      Lo que a mi me parece mentira – dice Héctor robándole una bola de helado a su mujer-  es que me hayáis convencido para ver una ópera.
-       Verás como te gusta y deja ya de comerte mi helado – dice riéndose- no creas que no sé que hubieras preferido quedarte en el lago con los White y tu hijo  ¿pero no te cansas de navegar?
-      No sabía que fuera tan divertido y el padre de Tim al igual que Suzanne navegan muy bien, lo que me extraña es que hayas permitido que Daniel salga con ellos dos.
-      Ya no tiene 6 años y no creo que se caiga de nuevo al agua, ahora ya sabe nadar, lleva chaleco y además me he dado cuenta que le hace mucho caso a Glen.
-      Tardan un poco, ¿no? – dice Héctor dudando si pedir otra cerveza o un helado pues los chicos se retrasan – ¿sabes a dónde vamos a ir ahora?
-      Qué impaciente eres a veces Héctor, no hace ni cinco minutos que se han ido, además habrá cola, anda , términate mi helado – dice su mujer cogiendo la guía de Verona que acaba de comprar –  creo que tienen un programa muy completo: la plaza del Erbe y la casa de Julieta antes de comer, por la tarde el museo arqueológico, al otro lado del río y una torre, que ahora no encuentro pero que se puede ver toda Verona desde arriba según la madre de Tim.
-      ¡Qué programa! ¿No vamos a tener tiempo de refrescarnos antes de ir a la ópera? – comenta Héctor que comienza a tener envidia de muchos turistas que van con pantalones cortos y sandalias.
-      Sí hombre, sí, nos da tiempo volver a Peschiera, cenar algo ligero, cambiarnos  y volver a tiempo a la ópera, hasta las 9 de la noche no comienza ..¿ a tí te pasa algo hoy, estás un poco gruñón? Y alegra esa cara que tu hija ya viene - dice viendo aparecer por la esquina a María y a Tim cogidos de la mano.
-      No, no me pasa nada pero hace mucho calor y yo con pantalones largos, chaqueta, calcetines y zapatos cerrados.
-      Es verdad ¡pobre! – dice Asunción rodeando con sus brazos a su marido dándole un cariñoso beso justo en el momento en que Tim y María llegan a la mesa.
-      ¡ Mamá que estás en la vía pública!- dice María tronchándose de risa.
-      Estamos en Italia, en el país del amor – comenta Tim
-      ¡Tú ten cuidado con tus comentarios Tim y no te contagies! – contesta Héctor levántandose ya de la terraza echando a andar con Asunción de la mano.




Los cuatro caminan por la vía Stella comentando todo lo que ven y al llegar a la via Capello se paran ante la casa de los Capuleto. Tim hace una foto de la inscripción que hay sobre el arco que da entrada al portal de la casa.

<< QUESTE FURONO LE CASE DEI CAPULETI - D'ONDE USCÌ LA GIULIETTA - PER CUI - TANTO PIANSERO I CUORI GENTILI -  E I POETI CANTARON.>>

Nada más entrar ven la pared derecha llena de notas con los nombres de las parejas que han visitado el recinto.  Asunción quiere también dejar la suya.

-      ¿Vosotros también? - pregunta Héctor dejando a María muy sorprendida
-      ¿No te importa? – pregunta María a su vez
-      No, no pasa nada, al menos no soy yo el único que hace el tonto – contesta su padre mirando a Tim.




Asunción asiste divertida sin decir nada y saca de su boso el bloc que siempre lleva consigo, arranca un hoja, la dobla en dos partes, le da una a su hija y en la suya escribe :

Héctor y Asunción 20 de agosto de 1973.. siguen amándose.  

Y María escribe:

Tim y María 20 de agosto de 1973  y Tim escribe debajo: Love.

Después las dos les dan las notas a sus Romeos y pegan, sobre  los chicles que recubren la pared, las cuartillas escritas y hacen una foto.
Una vez en el atrio comtemplan la fachada de la casa y deciden que Héctor se quede abajo para hacer la foto del balcón.
Tim, María y Asunción suben las escaleras y recorren los dos pisos de la casa, abiertos al público, con muebles de la época, sobreos en algunas estancias pero llenos de leyenda.

En el primer piso encuentran el famoso balcón. Asunción se asoma, Héctor la ve y toma la foto, después hace otra a su hija, sin Tim claro está, se supone que Romeo tiene que trepar por el balcón y entonces entra él también en la casa, sube las escaleras y se reune con ellos.

En la habitación de Julieta se encuentran con una pareja joven americana, en plena luna de miel, que le piden a Tim que les haga unas foto junto a la cama de Julieta, la primera comiéndose con la mirada y la segunda dándose un amoroso beso.
Asunción también quiere una foto con la cama a sus espaldas y Tim se ofrece a hacerla para que Héctor se ponga a su lado , quien  teme que luego le toca a él hacerle a su hija y su amigo otra foto como así pasa.




Cuando salen de la casa de Giuletta, se encaminan a la plaza del Erbe. Tanto " love in the air" como comenta María no quita el que el estómago reclame su comida y allí,  en uno de sus restaurantes se sientan a comer y aprovechan para contemplar las fachadas de sus edificios asi como los puestos que alegran esta bulliciosa plaza que no está lejos de la Piazza dei Signori con sus palacios y en el medio Dante.


 

-      ¿Les gusta Verona? – pregunta Tim durante la comida
-      A mi me encanta – dice Asunción – me parece todo precioso, es un museo al aire libre, todos los edificios están cargados de historia.
-      A mi también me gusta mucho aunque no necesito saber toda la historia de todos los edificios, en eso me parezco a papá, son preciosos pero estar horas mirándolos como podrías hacer tú, mamá, yo no, yo paso.
-      Gracias María, te debo una – dice su padre guiñándola un ojo.
-      A mi madre le pasa como a usted, pierde la noción del tiempo, se queda con la boca abierta y enseguida saca su bloc y no se va hasta que no ha hecho un esbozo de lo que ha visto, mi padre se sienta simpre en una terraza y lee la prensa para no aburrirse - comenta Tim.
-      Tu madre pinta muy bien Tim y el esbozo de la vista de Verona desde la torre es fantástico.
-      Sí, mi abuelo era pintor pero la habilidad para dibujar y pintar sólo la ha heredado mi madre, mi hemana y yo pintamos fatal.
-      No es verdad Tim, tu dibujas muy bien – dice María
-      Dibujos técnicos María, soy incapaz de dibujar un paisaje o el rostro de alguien como hace mi madre- contesta el chico posando su mano izquierda sobre la mano derecha de María.

Cuando Asunción termina su capucchino y Héctor su café largo de leche se levantan y siguen pateando Verona hasta las 4 de la tarde, hora en la que regresan en el coche a Peschiera, donde se reunen con Daniel quien ha disfrutado de lo lindo navegando por el lago y está lleno de historias.

A las 8 y cuarto ya están de vuelta en Verona, vestidos más formalmente pero de forma sencilla, la ópera no se representa en un teatro sino en el anfiteatro.
Cuando dan con la puerta por la que tienen que entrar, suben las escaleras que les lleva a la primera planta y allí reciben junto con el libreto de la obra una velita.
Ante la extrañeza de Asunción la acomodadora  explica que es para encenderla al principio de la obra.
En efecto, el aforo, lleno de gente, se queda a oscuras cuando suenan las primeras notas de la ópera, el público enciende las velitas y la arena resplandece al tiempo que el escenario se va iluminando y comienza el primer acto.


Pasadas  las doce y media de la noche la obra finaliza con un público puesto en pie, aplaudiendo a rabiar al tiempo que no cesan de gritar:  Bravo, Bravo, Bravo.

Asunción, de camino a la casa, no deja de comentar lo que ha visto, le ha encantado y no olvidará nunca. Los decorados expléndidos, el fervor del público entregado a la obra, obra que se repite todos los veranos y que cuenta siempre con espectadores nuevos pero también con un público que no se cansan de verla pues cada año, su puesta en escena es diferente, ganando año tras año como le contara la señora que ocupaba el asiento continuo al de ella, les ha ganado a los tres pero cada uno tiene su propia vivencia.

Héctor reconoce que le ha gustado, quizá por el ambiente, el hecho de ser al aire libre y el ver aun público tan entusiasmado le han mantenido despierto y hasta ha disfrutado con ciertas escenas.

María no tiene palabras, ella recuerda como ha llorado con el final de Aida y Ramandés, cuando Aida le dice a su amado: el ángel de la muerte nos unirá para siempre y el escenario se queda a oscuras, fin de la obra , el público puesto en pie pero ella llora que llora sin poderse contener hasta que Tim le pasa el brazo por encima de sus hombros, le da un furtivo beso y le ofrece su pañuelo, gesto que no pasa desapercibido a Héctor quien también ha tenido que secar las lágrimas de Asunción.

Al llegar a la casa donde se hospedan, madre e hija  bajan del coche y entran en ella. Héctor acerca a Tim a casa de sus padres, donde Daniel duerme esa noche.
Las casas no están muy retiradas pero a esas horas no hay nadie por la calle y no le parece prudente que el chico vaya andando a su casa, por muy mayor de edad que ya sea según las leyes americanas, Tim no deja de tener 18 años y Héctor no lo ve como a un adulto.

-      Los planes van muy bien Sr. Perea – dice el chico para romper el silencio
-      Confío en todos vosotros y en tu coordinación y deja de llamarme Sr. Perea, llámame Héctor ¿vale?, por cierto ¿cuando te fijaste tú en mi hija por primera vez?- dice Héctor a bocajarro.
-      En el pijama-party de mi hermana – dice Tim sin intimidarse – su sonrisa, su mirada, su espontaniedad me retuvo en el salón y mi hermana me tuvo que echar a empujones...y no se preocupe tanto, mi padre no hace más que recordarme que tengo una hermana de la edad de María.
-      Espero que no lo olvides y recuerda también que si no canto el aleluya es porque sois aún muy jóvenes pero no tengo nada contra tí.
-      Gracias Héctor. Mis padres ya tonteaban en la escuela primaria y mírelos, ya llevan 22 años casados - dice Tim bajándose del coche ante la puerta de la casa donde está su padre fumándose un cigarrillos y saluda desde el porche.

Mientras Héctor regresa a casa , María y Asunción siguen hablando en la cocina con un té humeante sobre la mesa.

-      Mamá ¿Crees que papá le va a leer alguna cartilla a Tim en el camino?
-      No, ¿por qué tendría que hacerlo? – pregunta su madre
-      Es que papá ha visto como Tim me besaba cuando yo estaba llorando con el final de la obra – comenta su hija echando azúcar a su té.
-      No , no temas, no le gusta mucho pero lo lleva mejor de lo que él cree. No es la primera vez que tu padre ve como os besáis, ya os ha pillado en la fiesta de Julio por lo del galardón de la revista ..¿no lo sabías? – pregunta Asunción al ver la cara de asombro de su hija.
-      Lo siento, somos muy discreto y...
-      No tienes que disculparte María, confíamos en tí al igual que Glen y Jessica confían en Tim ¿de acuerdo?
-      Gracias, no os vamos a defraudar – dice María terminándose su té dispuesta a irse a la cama cuando oye entrar a su padre.
-      ¿Aún levantadas? ¿Puedo unirme yo también a la charla? – pregunta Héctor.
-      Yo ya me iba a acostar papá, al menos que quieras que me quede porque me tienes que decir algo.
-      Nada urgente princesa y no temas, no soy un ogro que devora pretendientes ¿vale? – contesta su padre dándole un beso
-      Gracias papá, ya lo sé, para mí eres el mejor padre del mundo ¿lo sabes, verdad?. Bueno, hasta mañana y buenas noches a los dos – dice María besando a sus padres.

Ya a solas, en la cama, Héctor le asegura a su mujer que no le ha dicho nada a Tim del beso, el chico le recuerda en parte a Bonilla cuando llegó a la comisaria, muy preparado para su juventud, deseoso de aprender más, tímido y honesto.

-      Son aún muy jóvenes pero tengo que confesar que hacen buena pareja y entre ellos hay ya mucha complicidad – termina diciendo Héctor acariciando el hombro derecho de su mujer.
-      Me alegro cariño porque a mi también me gusta Tim y sus padres están encantados con María....creo que es una relación que va a ir a más- contesta Asunción acariciando a su vez el pecho de su marido.
-      Espero que ese ir a más no termine en cama antes de tiempo ¿ le has hablado a María de eso? – pregunta Héctor todo azorado parando en seco las caricias.
-      Tranquilo mi amor. María está bien informada, también sabe que hay pastillas pero que cuanto más tarde comience mejor y estoy segura que va a esperar a ser más mujer...su primera vez tiene que ser muy especial, me ha dicho, y yo la creo – dice Asunción besando suavemente el pecho de su marido
-      Dejemos el tema porque me marea y haré lo que tu siempres dices, confiar en ella..hasta hoy no tengo quejas y ...
-      ¿Vas a seguir hablando hasta mañana? – le pregunta su mujer besándole en los labios.

Héctor ya no contesta, responde a sus caricias y se olvida del tema..al menos por ahora.


23 de agosto


Tres días más tarde los dos matrimonios y Daniel van a Venecia en coche. Glen White ha reservado habitaciones para el fin de semana, en un hotel, en el que suelen alojarse muchos diplómaticos americanos y  hacen descuento.
Tim, Suzanne y María van en tren a Venecia; no merecía la pena llevar dos coches, al fin y al cabo allí no pueden utilizarlo.
El viaje transcurre sin problemas, el tren llega a tiempo a la estación de Santa Lucía y al salir el Gran Canal da la bienvenida a los viajeros y María exclama, al igual que todos los turistas:

-      ¡Estoy en Venecia! ¡qué espectáculo!
-      Sí, la primera impresión es muy positiva – dice Tim cogiéndo a María de la mano y  sujetando con la otra a su hermana del brazo al ver la cantidad de gente que hay ante la parada del vaporetto – vamos, no os separéis de mi que tenemos que buscar el que nos lleva al hotel.
-      No te preocupes que no nos perdemos – contesta Suzanne soltándose del brazo de su hermano- no eres el único que entiende italiano.
-      Ya lo sé pero si hemos salido juntos, juntos llegamos ¿ de acuerdo Suzanne?
-      De acuerdo pero no te pongas tan serio que vas a asustar a María.
-      No te escudes en mí, Suzanne – dice María – tu hermano tiene razón.
-      ¡Vaya par! – contesta la chica riéndose pero siguiendo a su hermano que ya ha econtrado el vaporetto correcto.

Una vez en el autobús acuático, María y  Suzanne miran a todos los lados, a la derecha, a la izquierda, a lo largo del Gran Canal, casas increíbles que rozan el agua, puentes que unen las orillas, una ciudad única, como único es su medio de transporte, con varias paradas a lo largo del Canal, cerca de los puentes y en diez minutos ya han llegado a su parada, cruzan el puente y la segunda calle a la izquierda es la calle del hotel y comprueban que sus padres ya han llegado.


Para todos es la primera vez en Venecia, salvo para los padres de Tim quienes, unos días antes de la llegada de la familia Perea, se han encontrado con la familia Bonilla en esta ciudad.
Sus hijos lo sabían, en realidad todos los saben menos Asunción y según se acerca el momento Héctor se va poniendo más nervioso, teme que ella se de cuenta de lo que han planeado o se encuentren con el resto aunque la llegada de ellos esté planeada para mañana y el encuentro tenga lugar en el barco alquilado.
María, que no ha tenido tiempo de contarle a su padre, a solas, la llamada de Tin en la estación de Verona, antes de subir al tren para Venecia, se da cuenta del nerviosismo de su padre y cuando están terminando de comer, cerca del Puente Rialto le dice a su padre:

-      Papá, Tim  ¿me acompañáis, mientras traen el postre, al puente para comprar una cosa en uno de los puestos?
-      Encantado princesa – contesta su padre que intuye que María le tiene que decir algo.
-      No puedes esperar María – pregunta su madre
-      Sí claro, pero luego me olvido en que puesto lo he visto porque no vamos a volver a pasar por allí ¿o no?
-      No – dice el padre de Tim – aqui mismo tomamos la góndola, pero no tardéis que si es helado de postre me lo como yo.
-      De acuerdo, correremos con el riesgo – dice Tim siguiendo ya a Héctor con María.



Ya en el puente Tim cuenta que ha podido hablar con Bonilla desde la estación, que llegan esta noche con el último ferry de Rovinj a Venecia.

-      No se preocupe Héctor – dice Tim – el hotel que han reservado está en la playa del Lido. Felisa y Trino con Pedrito ya han llegado y el avión en el que la familia Olavide e Irene venían de Nueva York ya había aterrizado en Zagreb, me dijo Bonilla, estaba esperando que llegaran a Rovinj. Estrella y Miguel como nos temíamos no vienen, a Diego le acaban de dar de alta y el médico les ha aconsejado que no viajen pero se encuentra bien.
-      Gracias muchacho...¿Estás seguro que mañana no nos vamos a encontrar con ninguno antes de tiempo? Ellos también querrán ver la parte vieja.
-      Papá, están todos advertidos, el sábado es la visita turística, mañana es vuestro día. El barco que los padres de Tim y Bonilla han apalabrado está a nuestra disposició a partir de las 3 de la tarde, nosotros llegaremos a las tres y media..todo va a salir biem pero si sigues mirando para todos los lados como un sabueso mamá lo va a notar..!qué no estás trabajando en un caso! ¿vale?
-      Sí vale, lo intentaré y las esclavas de plata con los nombres ¿quien las tiene y el vestido?
-      Héctor está usted como un flan, por favor confíe en nosotros. Todo va a salir bien, mi madre lo tiene y la excusa es perfecta– dice Tim
-      Vámos papá – le dice María dándole un abrazo y un beso – y ahora a comprar cualquier tontería ¿una máscara de carnaval? ¿os gusta esta? – dice con una en la mano.

María paga la máscara y regresan a la terraza a tiempo para comerse sus helados y acontinuación se suben a las góndolas para pasear por los canales.
Daniel con sus padres en una y Suzanne con ellos mientras que María se sube en la que va Tim con sus padres y con las manos entrelazadas disfrutan de las vistas mientras Jessica, con bloc en mano, hace un esbozo de su hijo y María.
El ambiente festivo que se respira en el agua es muy especial, las góndolas con turistas que se cruzan se saludan y en los canales más estrechos se maravillan de la maniobra de los gondoleros. 






El paseo termina al cabo de una hora en la Piazza de San Marcos donde se dejan fotografiar con las palomas y visitan la Basílica y el palacio Ducal.
Más tarde toman algo en una de sus terrazas y regresan andando al hotel y durante la cena, en la terraza,  un camarero se acerca a la mesa y pregunta por el señor White.

-      Excuse sr. pero llaman de la embajada de los Estados Unidos preguntando por usted ¿le saco el teléfono o entra usted?
-      Gracias, ya entro yo.

Cuando Glen vuelve les cuenta que están todos invitados a una recepción en un barco de vela en la playa del Lido.

-      ¿Cómo es eso? – pregunta Jessica haciéndose la sorprendida
-      Ya sabes que Grand nos invitó cuando le vimos en Peschiera ¿no te acuerdas?.. le dijimos que no veníamos solos y aunque yo no se lo confirmé llama para recordármelo.
-      ¿A qué hora es la fiesta papá? – pregunta Suzanne
-      A la 4 de la tarde, traje de cóctel para las mujeres y chaqueta blanca para los hombres.
-      Perdonad – dice Asun – pero nosotros no vamos, para empezar ni tan siquiera tengo un traje de cóctel ni Héctor una chaqueta blanca.
-      Eso no es ningún problema Asunción, yo tengo dos trajes en mi maleta y Glen chaquetas de sobra...ya estoy acostumbrada a estas cosas y por eso viajo siempre con ropa para todas la ocasiones..y como no puedo decidirme por los vestidos siempre echo dos.
-      Mamá por favor – dicen Daniel y María a la vez – nunca hemos estado en una fiesta en un barco y además de una embajada.
-      No sé yo, ¿Héctor tu que dices? – pregunta Asunción.
-      Me uno a mis hijos, también tengo curiosidad y seguro que el traje de Jessica te sienta de maravilla.
-      Vale, acordado – dice Glen levantándose – voy a confirmar nuestra asistencia.

Por la noche Asunción le da vueltas al asunto de la fiesta y no termina de verlo claro.  Cuando han subido de la cena Jessica le ha enseñado dos trajes cortos preciosos, uno de color crema con un hombro al aire libre y una rosa en el otro hombro como broche  y el otro,  de color plata con un escote en la espalda de vértigo.
Aunque los dos vestidos le gustan no duda en elegir el vestido de color crema con pamela haciendo juego y del armario de Glen, Jessica sacó una chaqueta para Héctor.

-      Héctor – le dice a su marido mirando el vestido y la chaqueta - ¿te parece a ti normal que viajen con estas cosas para un fin de semana?
-      Normal, normal, no sé, ya no es diplomático pero como director de una gran empresa tiene muchos compromisos y en cualquier momento le puede surgir uno..de todos modos ya se lo habían comentado con anterioridad ¿No te gusta el vestido?
-      No, no es eso..no me gusta ponerme ropa de nadie pero bueno, si a todos os hace ilusión por una vez lo haré.
-      Deja de pensar tanto, vámos, ven a la cama que estás muy guapa con ese camisón corto ¿es nuevo?
-      Héctor tu estás tonto – ríe Asunción acostándose y acurrucándose en los brazos de su marido.

Tanto Héctor como María no pueden conciliar el sueño. Cada uno con sus pensamientos pero los dos pensando en la misma persona.
Héctor teme que pase algo durante la mañana y estropee los planes pero también teme que su mujer se enfade con él, hace 4 años le hizo prometer que si renovaban sus votos a los doce años y medio de casados no quería sorpresas y mañana la va a tener, la sorpresa que vienen planeando desde hace dos meses y en la que todos han contribuído, sobre todo la familia White.
María también está preocupada, espera que su madre no se enfade y les perdone la jugada, no duda de que no quiera “volver a casarse con su padre”, de eso está segura pero sí de no haber respetado su decisión de “sin sorpresas”. Todo este asunto ha servido para que su padre y Tim se conozcan más, de sr. Perea ha pasado a llamarle Héctor a secas y ya no se deja intimidar por la mirada de su padre y este no carraspea cuando les ve de la mano o darse un piquito en los labios.

En un hotel de la playa de Lido, los invitados a la boda sorpresa ocupan desde hace dos horas sus habitaciones.
Aurelia y Gustavo, cansados de tantas horas de vuelo, más el viaje en coche por las carreteras croatas hasta llegar al punto acordado con Bonilla para tomar, horas más tarde un ferry, cree que merece un premio por su esfuerzo.
Aurelia se maravilla de lo bien que ha ido todo, Marta y Raúl han aguantado mucho, no han dado guerra y han dormido a sus horas, también es cierto que Clara e Irene se han ocupado mucho de los mellizos, han sido las niñeras perfectas y ellas están, como no podía ser menos, impacientes por reencontrarse con Suzanne y María.
Aunque saben que María y Tim son casi inseparables, su amiga y prima sigue encontrando el tiempo para estar con ellas.

Felisa y Trino están maravillados de todo lo que han visto en Suiza, todo muy bonito pero todo muy extraño,  apenas unas horas en Croacia e Italia y ya se sienten más cerca de casa.
Matilde y Bonilla han tenido que esforzarse para que Javier no notase tanto la ausencia de Daniel y el pequeño Sergio, afortunadamente, tampoco está dando guerra.

24 de agosto


La mañana del 24 amanece calurosa, se desayuna con tranquilidad y Jessica invita a Asunción y a las chicas a ir a peluquería  mientras los hombres pasan el tiempo en la piscina del hotel.
Lo de la peluquería es lo que le da la pista a Asunción, algo están planeando y de repente una idea se le viene a la mente, cierra los ojos y recuerda como cuatros años atrás ella se la jugó a su amiga participando en la ceremonia de Paris. Comienza a rebobinar y ciertas cosas que no le terminaban de encajar en estos dos meses están empezando a cuadrar perfectamente. Ahora comprende lo del vestido de cocktel y se ríe, no merece la pena enfadarse, no sabría por dónde empezar, lo mejor es seguirles el juego y hacerse la sorprendida pero su marido si se va a enterar cuando estén a solas.

A las cuatro en punto y en dos góndolas llegan a la playa del Lido y alli, aunque Asunción se hace la sorprendida, se sorprende de verdad aunque ella también sorprende con el elegante vestido de cóctel y la pamela, según su marido “ está para quitar el hipo”

En una parte de la cubierta, hay un pequeño altar adornado con flores blancas donde un sacerdote italiano espera a los novios.
Filas de sillas y en ellas sus seres queridos..sus padres, su hermano Pedro, Aurelia y Gustavo, Julio y su amigo, Matilde y Bonilla, Clara e Irene que se han fundido en un gran abrazo con María; Javier que ha dado saltos de alegría a ver a Daniel, los mellizos y Sergio con chalecos salvavidas y unas cestitas con pétalos de rosas blancas y entonces, cuando no ha dado ni dos pasos, Héctor se pone delante de ella, la coge las manos y dice:

-      Sabes que eres todo para mí, que me haces muy feliz y sería aún más feliz si aceptases volver a casarte comingo ¿qué me dices?
-      Sí - responde ella de inmediato y eso que se había propuesto hacerle esperar unos segundos pero la emoción la puede y sin pausa añade - de mil amores, mi amor. 

La ceremonia es corta pero el paseo por el Adriático en el barco dura unas horas.
Los novios lucen en sus muñecas las esclavas que se han intercambiado con sus nombres y la fecha de hoy.
En un lateral, la tripulación sirve el buffet a los invitados que gusten de comer algo caliente y el champán corre libremente.
María y Tim bailan al son de la música italiana al igual que sus padres y mientras la noche cae el barco regresa al Lido para que sus pasajeros vuelvan a sus hoteles, todos exceptos los novios.
El matrimonio White se despide de Héctor y Asunción, prometen cuidar bien de sus hijos y regresan con ellos al hotel en el último vaporetto que sale para el puente Rialto.
Asunción y Héctor se quedan solos en el barco de vela, solos pero con una pequeña tripulación pues el regalo de novios incluye un mini crucero para el día 25, es decir, mañana mismo por la costa Adriática . El domingo por la mañana volverán al hotel y el lunes regresarán a Peschiera .

En el hotel Tim y María se dan la buenas noches con un beso delante de Daniel y de los padres de Tim y María dice:

-      Mis padres son únicos, se empeñaron en llevarme en su viaje de novios aunque mi abuela protestara pero ahora ! por fin! entre todos hemos conseguido que tengan una luna de miel a solas, gracias a todos.
-      Yo siempre he sabido que son únicos por eso tú eres tan especial y me gustas tanto, sweetheart - dice Tim
-   ¿Y yo qué? ¿no soy especial? ¡qué también son mis padres!- protesta Dani.

La familia White ríe la salida de Daniel y le aseguran que él es también muy especial pero para Tim su hermana lo es un poquito más.

-   Ya lo veo, ahora empiezan estos dos también con los besitos, como si no tuviera bastante con mis padres !voy listo!..
-   Anda, calla, que ya te llegará a ti la hora, vámos para dentro que es hora de dormir- dice Tim entrando con Daniel en la habitación que comparten mientras Maria abre la puerta de la habitación que ella comparte con Suzanne y sus padres abren la que ellos ocupan.

    
    En el camarote nupcional la ropa está esparcida por el suelo, los novios han perdido la noción del tiempo, como hace doce años y medio, pero sin María en el sofá, hacen el amor en alta mar, aquella vez fue en el barco que les llevó a Tenerife y este les lleva a Rimini donde les han dicho que pueden desembarcar para comer y pasar la tarde; por la noche regresarán al Lido pero la pareja que ha renovado sus votos de casados, con un sacerdote italiano sin saber ni papa de español tan solo tienen ganas de ellos y quisieran anclar el tiempo en medio del mar.



FIN . Finito. The End. Einde. Ende.


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