lunes, 26 de noviembre de 2012

En busca de Paloma. 3



3.

El comisario Ramírez recibe a Héctor en su despacho y Asunción, desde la sala de espera,  llama a Olavide para ponerle al tanto, por si fuera necesaria su presencia, mientras en un cuarto incomunicado, un asustado Alejandro completa las cuatro paredes grises, un tanto desconchabadas, que le rodean. Su mirada se fija sobre la mesa de metal que tiene delante de sí y las dos sillas que completan el mobiliario ; daría cualquier cosa por tener su cajetilla de tabaco, ahora, al igual que desde las once de la mañana de hoy, necesita encender un cigarrillo cada dos minutos, aplacar de algún modo sus nervios, acallar el miedo que está sintiendo pero  la policía se ha quedado con su abrigo, sus papeles, su dinero y su tabaco. Nota que su ánimo está cambiando por momentos y decide no pensar en cómo ha llegado  hasta aquí, cómo es posible que se halle en semejante situación.
Ayer lunes, a las diez de la noche, había dejado a Paloma en el hostal de la calle Fuencarral después de haber cenado juntos y quedar para desayunar, en la cafetería de la esquina del hostal,  al día siguiente. Quería aprovechar los dos días que le quedaban en Madrid para ayudar a la chica sin  por eso perder de vista el motivo de su visita a la capital. Recuerda que durante la cena le dijo:

- Mañana quiero acercarme al pueblo de mi padre, cerca de Madrid  ¿podrías acompañarme? .
- Me gustaría pero tengo que ponerme a buscar a mi madre. Quiero pasarme por la dirección que tengo aunque sea antigua, quizá alguien la recuerde, tengo que hacer algo, ya he esperado mucho tiempo y para ello he venido a Madrid.
- Lo sé Paloma y te he prometido ayudarte en la búsqueda, acompáñame mañana y por la tarde vamos juntos a la dirección que tu tienes. Yo también tengo una dirección de un detective privado que conoce a mi familia. Si no encontramos ninguna pista que nos lleve a tu madre podrías visitarle. No te preocupes por los gastos, corren de mi cuenta.
- No Alejandro, tu ya has hecho mucho por mi.Tengo que encontrar trabajo en una casa de sirvienta o algo por el estilo y si no encuentro a mi madre  me acordaré de la dirección pero no pienso llamar hasta que no tenga algún dinero ahorrado.
- No seas cabezota Paloma, déjame ayudarte hasta que me marche el jueves a Santander.
- No te ofendas ni te enfades Alejandro, pero no. Tengo que aprender a resolver mis propios problemas pero acepto el desayunar mañana contigo y reunirnos por la noche para cenar, asi me podrás contar tu visita al pueblo de tu padre y yo te contaré si ha habido suerte en la dirección donde viviera mi madre.
- Como quieras ¿Mañana a las nueve y media?
- A las nueve y media.

Dicho esto salieron del restaurante y entró con ella en el hostal, donde tenía pagada la estancia de una semana, gracias a Alejandro; allí saludaron a la mujer que estaba en la recepción y se despidió de Paloma  con un tímido beso en la mejilla, después salió a la calle, anduvo unos metros hasta Gran Vía y se metió en su hotel. Alejandro recuerda que a las once de la noche llamó su madre desde Venezuela y hablaron un buen rato. Los planes seguían adelante y se reunirían con ella y su tía en Inglaterra dentro de unos días pero ahora ya duda de todo. Confía en que la policía haya llamado a Perea y  le pueda sacar de ese cuarto sin necesidad de que su madre se entere de lo que le está pasando. En ese momento detiene sus pensamientos al oir que la puerta se abre;  dos hombres con traje azul entran en el cuarto, le observan de arriba a bajo sin decir palabra y se sientan enfrente de él poniendo sobre la mesa una cajetilla de cigarrillos y un cenicero.

- Mi nombre es Ramírez, soy el comisario y me acompaña el señor Perea como usted les pidió a mis hombres-  se presenta el comisario encendiendo un cigarrillo mientras Héctor asiente con la cabeza, toma la cajetilla y ofrece un cigarrillo al chico al tiempo que coge otro para él.
- Gracias sr. comisario y gracias sr. Perea por venir ¿podría explicarme por qué sus hombres me han traído aquí? - contesta el chico tratando de aparentar tranquilidad, de disimular sus miedos como su madre le enseñara y cortesmente dá las gracias al aceptar el cigarrillo.
- Veamos - dice el comisario - según la dueña del Hostal Fuencarral usted llegó ayer tarde  acompañado de una jovencita, reservó una habitación para ella y pagó por siete días además de dar una propina por la falta de papeles de la joven. Dicha señorita ha desaparecido del hostal dejando sus pertenencias en él y al parecer no durmió en la habitación. Usted es el último que la vio según la dueña del hostal ¿me equivoco?
- No,no se equivoca. He ido esta mañana a buscarla y en vista de que no bajaba subí con la dueña a la habitación y no había nadie. No ha dejado ninguna nota y se ha ido con lo puesto, es decir con el jersey de lana y los pantalones que llevaba durante la cena, su abrigo y su bolso estaban sobre la cama. La dueña asegura que no la ha visto salir y que nadie ha entrado y yo no sé que pensar ¿pero cómo se han enterado ustedes? Yo no he puesto ninguna denuncia, sé que hay que esperar 24 horas por lo menos.
- Usted no ha puesto ninguna denuncia es cierto, pero hemos recibido una llamada anónima culpándole a usted de la desaparición de la joven.  Nos han proporcionado su nombre, su descripción y nos han dicho correctamente en que hotel se hospeda.
- ¿ A mi?, no entiendo, nadie me conoce en Madrid, sólo en el hotel saben mi nombre y apellido, la dueña del hostal tan sólo conoce mi nombre ¿se me acusa de algo?
- No, Alejandro - dice Héctor abriendo la boca por primera vez - formalmente no hay pruebas y como bien dices aún no han pasado 24 horas desde que la chica ha abandonado el hotel.  Según tus palabras y las de los agentes, la habitación estaba en orden, no hay señales de violencia asi que la policía  te va a dejar venir conmigo ¿verdad comisario Ramírez?
- No tan deprisa Perea, él puede salir pero su documentación se queda en comisaría , tendrá que presentarse mañana a primera hora y le está prohibido abandonar Madrid hasta nueva orden.
- !No puede hacer eso!, tengo que coger el viernes el ferry para Inglaterra en Santander, mi madre y mi tía me esperan allí y si no llego la pueden liar.
- Probablemente sin nadie les avisa y eso lo podemos hacer ahora mismo - dice el comisario
-No, por favor no la llame, les prometo que yo no tengo nada que ver con la desaparición de Paloma. Anoche, cuando llegué al hotel llamó mi madre y estuvimos como una hora hablando y después me fui a la cama.
- Esta bien joven no llamaremos a su madre y rece para que la chica aparezca antes de 48 horas y no hayan más llamadas anónimas.
- Gracias sr. Comisario.
- No, no me las de a mi, désalas al sr. Perea que sin conocerle  de nada le ha avalado  además de buscarle abogado por si lo necesitara. !Mañana a las 10 quiero verle de nuevo y deje dicho en el hotel a dónde va!.
- Gracias Ramírez, de momento se viene conmigo a mi despacho, ya te mantendré informado, quizá le pida ayuda a Vallejo.
- Me parece bien.

Perea y Ramírez se estrechan la mano mientras Alejandro sale por la puerta y en la sala de espera  se encuentran con Asunción. Tras las presentanciones abandonan la comisaría y los tres se encaminan al despacho de Héctor y Bonilla.
En el camino no hablan mucho pero al ver Alejandro como Asunción le está observando por el espejo retrovisor dice tímidamente, para romper el hielo:

-      Gracias por las felicitaciones de Navidad, tiene usted muy buen gusto, cada año me gusta más el texto, la forma tan personal que tiene de desearnos felices fiestas..
-      De nada chico, me alegro que te hayan gustado, bueno ya estamos llegando ¿has comido algo? – le pregunta .
-      Un suizo con el café un poco antes de que la policía me detuviera, pero no se moleste, no tengo hambre.
-      Eso dices ahora pero no es ninguna molestia. Ahora mismo te compro un bocadillo en el bar y lo subo ¿te gusta el jamón serrano? o ¿ quieres uno mixto con queso?
-      Uno de jamón está bien y muchas gracias.
-      ¿Quieres algo tú cariño?- le pregunta a su marido que no ha abierto la boca en todo el camino.
-      De comer nada, sube algunas cervezas si puedes y ¿estás segura que Tim va a recoger a los chicos después del entrenamiento?
-      Sí mi amor, no te preocupes. He llamado a Tim y me lo ha confirmado. María y él van a buscarlos y luego irán para casa
-      Eso quiere decir que van a estar solo con María en nuestra casa.
-      ¿Solos? ¿ con Javier y Daniel en casa? Lo dudo, ya sabes que no dejan a Tim  tranquilo y además mi madre subirá cada dos por tres con cualquierr pretexto hasta que lleguemos.
-      De acuerdo, visto así tendrás razón, como siempre.

Asunción aparca el coche cerca del bar, los primeros en bajarse son Héctor y Alejandro y mientras ellos entran en el portal del edificio dónde tienen el despacho, Asunción empuja la puerta del bar, hace su pedido, compra dos cajetillas de cigarrillos, paga la cuenta y a los pocos segundos ya tiene su encargo listo . Cargada con las bolsas anda unos metros y se mete en el portal, abre la puerta del ascensor y sube al segundo piso dónde en el 2C se puede ver la placa “ Héctor&Bonilla. Detectives privados”.  Al abrir la puerta oye como Alejandro y Héctor están hablando de Carmen, de la abuela de Alejandro y primera suegra de su marido. Al verla entrar Alejandro se calla pero Héctor le anima a seguir.

- Perdonad si interrumpo - dice Asun - voy a hacer café ¿quieres tú también una taza o prefieres una cerveza?- le pregunta al chico al tiempo que le deja el bocadillo sobre la mesa.
- Café está bien, gracias - contesta Alejandro desenvólviendo el bocadillo e hincándole el diente pues aunque no lo quisiera reconocer tiene hambre.
- Yo también quiero café Asunción - dice Héctor

Mientras beben el café y el chico se termina el bocadillo siguen hablando de Carmen y Héctor reconoce que él no tiene quejas de sus suegras.

- !Más te vale!- comenta su mujer riéndose.






1 comentario:

  1. ¡Enhorabuena...! esto se pone más que interesante... ¿conseguirá Alejandro llegar a tiempo a Santander para coger el ferry hacia Inglaterra sin que se enteren Ana y Teresa de su affaire con la policía española...? ¡esperamos la respuesta en el próximo capítulo...! ¡muchas gracias, guapetona...! ;) :))

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