sábado, 22 de noviembre de 2014

El diario del padre de Pilar. Capítulo 4.



Capítulo 4


Cuando el tibio sol de febrero se filtra por las persianas a medio cerrar en el dormitorio, Asun se despierta al calor de sus rayos y contempla a Héctor durmiendo plácidamente a su lado, le acaricia la frente y le da unos  besitos susurrándole al oído “buenos días, mi amor”, después retira la sábana, busca la bata y las zapatillas y se mete al baño. El mismo ritual de todos los días excepto los días festivos y domingos, esos días gusta de quedarse más tiempo en la cama abrazada a su marido. Durante la semana Asunción y María son las más madrugadoras y  juntas preparan el desayuno en la cocina mientras Héctor se encarga de despertar a Daniel que es un dormilón de primera. Y hoy, como todos los días de diario, a las ocho y media, Maria y su hermano , acabado el desayuno,  besan a sus padres y se marchan juntos a coger el autobús. La puerta no se ha cerrado todavía cuando Héctor aprovecha para devolver el beso de buenos días y las caricia con las que Asun le despierta todas las mañanas.

-        ¿ Comemos juntos fuera o con tus padres? – pregunta Héctor abrazando a su mujer por la espalda besándola  en el cuello antes de ponerse a secar los tazones y platos del desayuno.
-        Con mis padres cariño, mi madre iba a hacer lentejas pero si quieres, ya sabes, las dejas y comemos solos por ahi- contesta Asun terminando de fregar, salpicando a su marido sin querer mojándole la camisa y disculpándose a medias con él - ¿ Ves lo que pasa si te pegas tanto a mi?  
-        Tranquila, no pasa nada, prefiero mojarme y cambiarme que estar lejos de ti- responde Héctor secando el último plato-  y  las lentejas de tu madre no me las pierdo por nada – añade  saliendo de la cocina para cambiarse.
-        ¿ Quieres que te lleve a Carabanchel? – le pregunta Asun siguiéndole a la habitación, sacando otra camisa del armario cogiendo la mojada de encima de la cama.
-        Si no te importa llegar tarde a la revista yo encantado ¿ me abrochas los botones?
-        Te abrocho si guardas tus manos en los bolsillos que te conozco – contesta Asun riéndose –  ahora no podemos empezar a jugar cariño, no quiero llegar muy tarde a la revista.
-        Tienes razón como siempre mi amor , vámonos antes de que me arrepienta.

No muy lejos de allí pero unas horas más tarde, el portero de la finca dónde vive Vallejo,  saluda a éste al verle bajar las escaleras rápidamente,  le recuerda que se abrigue bien, que hace mucho frío y que aún está convaleciente. Vallejo contesta con un movimiento de cabeza al saludo y apresura el paso. Casi siempre charla con él pero hoy no tiene tiempo. Laura le ha entretenido bastante  con sus advertencias, que ella llama consejos y que a él le llegan como órdenes y conociendo al portero se teme oír las mismas monsergas de Laura pero ahora en los labios del portero. La llamada de Bonilla de ayer por la tarde la recibió como agua bendita, le proporcionó la excusa perfecta para salir de casa al día siguiente aunque Laura, no estuviese muy de acuerdo .
Fue al cable que le echó Paloma quien la hizo cambiar de opinión y ahora,  en esta mañana fría  de febrero pero soleada, Vallejo camina a paso rápido y bien abrigado hacia el despacho de Bonilla y Héctor . Por su cabeza rondan las advertencias de su mujer y el consejo de Paloma que no olvida . Unos metros más abajo de su portal se para ante el quiosco en el que suele comprar la prensa por la mañana y saluda al vendedor con la esperanza de que este no se enrolle mucho.

-        Buenos días comisario –  responde Paco, el dueño del quiosco, que conoce a Vallejo desde hace años, mucho antes incluso de que fuese comisario- Me alegro de verlo ¿ Se encuentra ya bien?
-        Yo me encuentro perfectamente ,  ha sido una bronquitis de nada pero la parienta lo exagera bastante , sigue diciendo que si aún toso que sin aún es pronto para salir a la calle,  vamos, lo de siempre.
-        Cuando doña Laura lo dice será por algo. Hágala caso comisario, las mujeres saben más de estas cosas que nosotros.
-        Dudo que ella sepa mejor que yo como están mis pulmones pero mejor dejarlo, anda, dame un paquete de chicle y el ABC.
-        ¿ Paquete de chicle? – pregunta Paco sorprendido, normalmente siempre compra el tabaco con el periódico .
-        Sí Paco, chicle o un chupachups , lo que sea para meterme en la boca cuando me apetezca un cigarrillo. He consentido en dejar de fumar durante una semana y Paloma me ha recomendado que mastique chicle.
-        Pues me parece muy bien hombre, a ver si lo consigue ¡Cuídese!

Domingo continua su camino hojeando el ABC al tiempo que anda y los titulares que lee no le interesan mucho. Los príncipes están de viaje por un emirato y camino de Filipina, el Barcelona ha ganado al Madrid en el Bernabeu, lo cual no le hizo ninguna gracia como buen merengue que es,  problemas en Santander con las lecheras y la página de sucesos, la que siempre lee primero no menciona ningún caso interesante. Mientras en el despacho Bonilla y Héctor intercambian novedades tras disculparse por llegar tarde y perderse en el encuentro con Gustavo.

-        Lo siento Bonilla, no he podido venir antes, ya sabes que hasta la tarde no tengo el coche listo y Asun me ha llevado pero he tenido que volver en metro, desgraciadamente ha habido un corte de luz en el metro y hemos estado más de 20 minutos parados. Nosotros hemos tenido suerte pero parece que en la estación de Plaza Castilla han chocado dos trenes y hay heridos.
-         Ya lo he oído en la radio, mal día para ir en metro, pero díme ¿ Has conseguido algo?
-         Algo sí. En el ayuntamiento he conseguido ver la partida de nacimiento de Miguel y en efecto, fue reconocido por su padre. El segundo apellido de este es Chacón y en el registro de fallecimiento he encontrado el acta de defunción del compañero de Rosario. El padre no era de Segovia pero de Ávila, de un pueblo y quizá allí podamos averiguar si la familia, que supongo que sabrían de la existencia de Miguel, sabe algo del chico ¿ no crees?
-        Me parece bien – contesta Bonilla – yo por mi parte he hablado con Bruselas y Ten Cate va a mirar en la hemeroteca si hay reseñas del accidente de Rosario y también va a contactar con un amigo que era policía por esa época. ¿ Qué tal con María, ayer por la tarde?
-        Muy bien pero de camino a casa tuvo un presentimiento de que algo pasaba y al llegar a casa nos enteramos de que Tim se ha roto la clavícula jugando al rugby y hasta que no consiguió hablar con él no había forma de calmarla. El viernes se va a verle con Suzanne .
-        ¿ Ellas dos solas? – pregunta extrañado.
-        La madre de Tim se ha ido hoy y vuelven con ella el domingo. No me he podido negar. Cambiando de tema ¿ has hablado con Vallejo? – pregunta Héctor
-        Sí, ayer hablé con él, estará al caer.
-        Volviendo a Gustavo,  cuenta ¿ qué es lo que nos ha pedido?
-        Un caso de seguimiento. Un amigo de Gustavo sospecha que su hijo está metido en algo sucio. Falta mucho a clase , llega a altas horas de la noche a casa y dice que ya es mayorcito y no tiene que dar explicaciones a nadie. Su madre está muy preocupada y su padre no puede hablar con él sin discutir. Quiere que le sigamos durante unos días para saber con quien va . Creo que Vallejo se podría hacer cargo de este seguimiento ¿ no crees?
-        Podemos preguntárselo ya mismo , me parece que quien llama es él– contesta Héctor levantándose para abrir la puerta, dando paso a Vallejo .
-        Ya estoy aqui – dice sentándose frente a Bonilla – y no sabes cuanto te agradezco la llamada. Contadme que estoy deseando empezar algo.

La carpeta con los datos del hijo del amigo de Gustavo está sobre la mesa y Vallejo, una vez que Bonilla le ha explicado el caso, echa un vistazo al informe y comenta.

-        Esto es pan comido, en tres días como mucho damos con ello.  Me apuesto a que el joven está metido en algo de política.
-        ¿Por qué dices eso? – pregunta Bonilla
-        Su padre, por lo que leo, es un hombre del movimiento con unos principios muy estricto y una mente muy estrecha asi que no me extrañaría que el hijo le hubiera salido rojo.
-        Puede pero hay más posibilidades – apunta Héctor – no hay que olvidar la droga o el juego. En el informe dice que gasta mucho dinero, su madre sospecha que fue él quién le quito el dinero que guardaba en el bolso, además, según creen, ha vendido algunos regalos de valor que le habían hecho, como el reloj  y unos gemelos de oro que misteriosamente dice que ha perdido. ¿ Por cierto es amigo, amigo de Gustavo o simple conocido de los Tribunales?
-        Le conoce desde la academia militar y no es que sean amigos íntimos pero siempre se llevaron bien, asi que, por muy dura que sea la verdad cuanto antes la sepamos mejor.
-        Muy bien, acepto el caso – dice Vallejo cerrando la carpeta – mañana mismo empiezo y ahora contarme ese caso que os han encargado en Bruselas.

La mañana transcurre intercambiando opiniones, haciendo conjeturas sobre los dos casos que tienen ahora entre mano y a la hora de comer Asunción se pasa a recoger a su marido.

-        ¿ A que no sabéis quien me ha llamado a la revista ? – dice Asunción tras saludar a Vallejo y a Bonilla y darle un beso a Héctor.
-        Si no nos lo dice no lo sabemos – contesta Bonilla
-        Pilar. Me han llamado para decirme que este viernes  viene a Madrid y se trae el diario. Julio está muy entusiasmado con lo del diario. Independientemente de la investigación cree que podríamos publicarlo.
-        ¿ Como historia de amor nacida bajo las balas de los nacionales? – pregunta Vallejo como siempre un poco sarcástico.
-      Pues sí, tendrías que leer el diario para entenderlo. Hay una parte en la que habla del miedo que sentía de perderla cuando estaban en la resistencia . Una vez la detuvieron los de la NBS, los agentes holandeses fascistas y estuvieron a punto de entregarla a los alemanes. Escribe que unos días antes le había hecho prometer que si a ella le pasaba algo, que no se olvidara de buscar a Miguel y decirle todo el amor que sentía por él y lo que le pesaba no habérselo podido traer- Asunción hace una pausa y continua - Pero  también como testimonio de un brigadista que se jugó la vida por el gobierno republicano y que perdió su nacionalidad al regresar a su país además de ser juzgado y encarcelado como traidor a su patria por haber servido a un ejercito que no era el suyo 
-        Es cierto – comenta Bonilla – la mayoría de ellos, los que pudieron regresar lo pasaron mal. En Estados Unidos les pusieron en la lista negra como comunistas.
-        Algunos ni regresaron, se unieron a los grupos de resistencia en Europa - vuelve a comentar Asun.
-        Te veo muy impresionada por esa historia y muy enterada  de la suerte de los brigadistas ¿ quien te ha informado tan bien? – pregunta Vallejo de nuevo
-        Supongo que Julio – contesta Héctor- y sí, yo también he leído algunos fragmentos del diario y la verdad es que me ha impresionado bastante.
-     Gracias cariño. Sí  por Julio y algunos libros editados en el extranjero que tenemos en la revista y que he estado leyendo.
-        Para vosotros el diario si Pilar está de acuerdo, nosotros lo de Miguel – concluye Bonilla dando como cerrado el tema, dispuesto ya a cerrar el despacho.

De camino para casa Héctor le cuenta a Asun lo que ha averiguado en Carabanchel y le propone ir con él el sábado al pueblo de Avila.

-        Podemos hacer como en Salamanca para no levantar sospechas.
-        Entiendo, yo soy la periodista que quiere hacer reportajes sobre pueblos pintorescos y tu eres el fotógrafo ¿ no es eso? ¿ Y Pilar? ¿ viene con nosotros?
-        Si ella quiere sí, claro, aunque confieso que cuando lo pensé en el despacho ella no entraba en el viaje. ¿ Dónde se va a alojar?
-        En casa de mis padres. He hablado con ellos y están de acuerdo. Tiene que compartir dormitorio con Irene pero no creo que la importe. Las dos se han criado sin conocer a su madre y tienen como referente a sus abuelas.
-        En el caso de Pilar también a su padre.
-        E Irene a mi padre, no lo olvides.
-        No, no lo olvido cariño, tus padres se han volcado con Irene como si fueran sus verdaderos padres .
-        Oye , cuando antes has dicho que Pilar no entraba en el viaje ¿ qué planes tenías?
-        Pues quedarnos a dormir en un hotel de por allí y el domingo visitar Los Toros de Guisando, pasear por los pinares y disfrutar de nosotros.
-        Entiendo cariño y creo que podremos compaginar el trabajo con el ocio y Pilar no tiene que ser un estorbo, no va a dormir en nuestra habitación.
-        No claro, pero no sé, no es lo mismo un fin de semana solos que acompañados.
-        No te preocupes mi amor, si la zona nos gusta volvemos tu y yo en primavera- contesta Asun aparcando el coche.

Las lentejas de Felisa saben como siempre, riquísimas, durante la comida hablan de Pilar y Trino asegura que estarán encantados de tenerla en su casa durante una semana. Después del postre y de ayudar a recoger la mesa suben a su casa .

-        Creo que me voy a echar una pequeña siesta antes de ir a por el coche. He comido demasiado y me siento un poco pesado
-        ¿ Quieres que te haga una manzanilla?
-        El mejor remedio sería que te echaras conmigo – contesta Héctor
-        Me encantaría pero.....

El sonido del teléfono  impide a Asunción terminar la frase y al colgar  le dice a su marido.

-        La siesta tendrá que esperar, Glen viene para acá.
-        ¡Qué oportuno!
-        Pues sí pero a mi me viene bien porque de verdad tengo que regresar ya a la revista y he estado a punto de sucumbir a tus encantos de nuevo – responde Asun besando a su marido  mimosamente antes de dejar el salón.

De camino a la revista Asunción recuerda el viaje que hiciera con Héctor a Salamanca, fue la primera vez que le ayudó en un caso, la primera vez que bebió más de la cuenta y la conversación que tuvieron sentados en un banco, en la plaza Anaya, frente a la facultad de Filología, cuando ella preguntó por el supuesto huerto de Calixto y Melibea. Recordaron la muerte de Chelo y como se sintieron todos, como su padre se quedó sin ganas de seguir adelante y como entonces no entendía a su padre pero que ahora lo comprendía muy bien , recuerda que le dijo aguantando la mirada de Héctor sin pestañear con sus manos entre las suyas:

“  
 Sí, creo que si te pasara algo a tí yo quisiera morir contigo y que si con mi vida salvara la tuya lo haría gustosamente”

Y la respuesta de Héctor que no se hizo esperar, con la voz entrecortada :

“Muchas gracias amor.. pero no lo hagas, piensa en nuestros hijos ¿qué serían de ellos?. Si me pasa algo yo prefiero que vivas por ellos, que juntos me recordéis con cariño pero sin poneros tristes, sin luto y sobre todo que sigáis con vuestra vida así habrá válido la mía para algo...No, no digas nada todavía, déjame terminar..te confieso que mi vida sin ti tampoco tendría sentido pero por nuestros hijos seguiría adelante, ¿ Me lo prometes?”

Y ella se lo prometió, después continuaron el paseo por Salamanca y nunca más han tocado el tema pero el caso de Pilar, el amor tan incondicional que sentía su padre por Rosario y la mención a Salamanca se lo han hecho recordar y es que ella, al igual que Robert, seguiría adelante por su hijos y no guardaría luto, solo en su corazón y sería un luto sin fecha de caducidad  porque esta felicidad y plenitud que siente con su marido a su lado, y por la que no para de dar gracias a Dios, jamás podrá volver a encontrarla junto a nadie que no sea Héctor.





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