domingo, 14 de agosto de 2011

Vuelta al presente. capítulos 11 y 12.

Capítulo 11


En casa del suegro de Walter Dayton


Estábamos allí y tras las huellas de Steven. Su familia nos contó de camino a la casa que volvió a Madrid, marchó a París pasó por Israel y al final recaló de nuevo en su casa de Texas donde murió.
Cuando llegamos nos sentamos en el salón y mis manos temblaron al tomar la libreta con los apuntes de Steven, presentía que iba a descubrir algo, algo que a mi padre y al de Mario les hubiera gustado leer. Lo primero que vi fueron las notas que había escrito sobre Joham Lemper, alias Joaquín Levi:

<<<  Nace en 1908 en un pueblo  de Renania del Norte-Westfalia y de muy joven simpatiza con el NSDAP, al terminar sus estudios entra a forma parte delSturmabteilung” partido paramilitar que apoya a Hilter y en 1942 llega a Auschwitz dónde realiza sus experimentos. Pierde a su madre a la edad de 13 años y la relación con su padre se enturbia al casarse éste con la viuda de un judio que aporta además una hija de 15 años al matrimonio.
A la muerte de su padre rompe por completo la poca relación que tenía con la viuda pero sigue los pasos de su “hermana”. (Unos decían que la adoraba y otros que estaba enamorada de ella a pesar de su origen aunque Johan lo desmentía siempre, según algunos vecinos). Días antes de la Noche de los Cristales trata de sacarla de Alemania pero ella se niega a abandonar a su madre; es detenida y recluída en un campo dónde fallece días más tarde.>>

El segundo documento que vimos parecía un  diario pero no lo era. Había apuntes para Sancho, anotaciones sobre las costumbres y recetas de comida del Madrid de los años 50 y una especie de carta muy interesante con el siguiente título:


<<<  Reflexión, confesión y absolución.  

Madrid,  junio de 1955

Quedan pocos días para mi partida, me gustaría quedarme unos días más pero me esperan en París y no puedo aplazar más el encuentro. Seguramente volveré pronto para cumplir mi promesa, espero que Sancho me avise llegado el momento.
Sancho, Ubaldo, Pelayo, Jaime, Marcelino, Manolita, Adelina e Irene son ya mis amigos, algunos lo serán para siempre. Todos ellos, de una forma u otra me han ayudado en mi trabajo y les estoy muy agradecido.
Llegué a Madrid buscando a un hombre y encontré lo que buscaba pero el desenlace no ha sido el que me hubiera gustado, algunas personas de las que me he rodeado tienen mucho que ver en ello.
 Antes he nombrado a Adelina e Irene y ahora lo quiero hacer por separado.

Adelina: la mujer de Levi, conocida como Lina, me deslumbró nada más verla por su belleza, garra y simpatía. Me sentí atraído hacia ella inmediatamente, me gustaba su manera frívola de ver la vida y su franqueza conmigo. Compartimos confidencias, una tarde en la que la soledad había hecho mella en ella, tratando de asimilar todo lo pasado. Fue tapadera de Lemper, “un oficial nazi”, le dijo quien arregló la boda entre ellos. El arreglo le vino bien pero jamás pudo esperar que el oficial fuese tan monstruo como yo le pintaba en mi artículo. No hubo amor ni simpatía entre ellos, no podía ser de otro modo, lo único que compartieron de verdad fue su mutuo odio y la compensación, en forma de asignación, que recibían por soportarse el uno al otro en medio de tanto desprecio.

Irene: (causa por la cual volveré) es la esposa de mi amigo el diplomático y posee una  gran belleza, además de ser elegante y muy culta. Forman un matrimonio perfecto basado en el amor  más puro que uno pueda imaginar y en la mutua admiración que ambos se profesan; un matrimonio no convencional como ellos mismos dicen pero auténtico.
Mi amigo ha hecho de  su esposa el centro de su universo y no ha cesado de protegerla, de amarla, ni de escatimar medios o remedios para hacerla más feliz. Puedo dar fe de ello, después de su confidencia no tengo duda alguna y le he prometido velar por ella.
Como ya he dicho antes llegué a Madrid tras los pasos de alguien, de alguien a quien he venido siguiendo la pista desde hace unos años y que se llama, bueno, se llamaba Joham Lemper y aunque podría decir objetivo cumplido no es así. El suicidio de Joham Lemper, como han publicado los periódicos,( aunque no haya sido tal), ha complicado las cosas y su final inesperado me ha impedido entregarle como pretendía a las autoridades de Israel. He conseguido que mi artículo se lea en todo el mundo y como dice Sancho pasar el mensaje a otros como Lemper de que más pronto o más tarde también van a caer ellos. He desemascarado a un mostruo y debería estar contento, no obstante no lo estoy, desde hace unos días me pregunto: ¿ No soy yo, con la divulgación de mis informaciones e investigaciones tan responsable de su muerte como la mano justiciera que se la atribuye?,  ¿Debo denunciar a quien confirma que fue el asesino o debo darle mi absolución porque yo no juzgo a mis amigos y Dios nos juzgará a todos?.¿ Una persona de naturaleza bondadosa, afable, educada y amante del bienestar de los demás, puede en nombre del amor puro que siente por su amado/a  convertirse en un simple asesino? ¿Podemos/ debemos, matar para evitar males mayores o  para impedir que la persona amada se vea obligada a hacerlo? Creía que tenía respuestas para todas mis cuestiones, desde que vi los horrores de Auschwitz  y sin embargo tengo aún muchas dudas.
Quien se adjudica la muerte de Lemper también se culpa de la muerte de un sargento de la división azul, un tal Carreño, un malnacido que ensangrentó con su paso Leningrado dejando su huella en la persona que mi cofidente amaba.
¿Debo creer todo lo que me ha revelado? ¿Ha podido él solo con los dos? No tengo respuesta pero lo cierto es que la sociedad no llora sus muertes, la policía ni se molesta en investigarlas y al autor le queda poco tiempo para rendir cuentas ante otra autoridad que no es competencia de este mundo. En ambos casos lo hizo por amor, para evitar que lo más preciado que tuvo en vida se tomase la justicia por su mano y yo en estas letras mi conciencia descargo antes de emprender mi viaje a París .>>>

-Gracias por dejarnos leer los documentos. Entiendo que fueran dos personas no gratas y cómo policía me gustaría saber cómo se cometieron los asesinatos ¿no hay anotaciones sobre ello?- comentó Mario.

- No, no lo anotó, no podía; había dado su palabra –dijo Richard – pero mi tío nunca mencionó cómplice alguno aunque mi padre tenía sus dudas.

Llegó la hora de la despedida pero Richard tenía ganas de hablar de su tío. Irene y Steven se volvieron a ver en París y trabajaron un tiempo juntos. Irene no se volvió a casar ni a buscar el amor. Cuando Steven regresó a Texas ella se volvió a Madrid y liberó a Steven de su promesa. Mario no estaba interesado en la parte romántica del asunto, a él se le había despertado su instinto de policía como también decía mi padre y no quiso alargar más la estancia y de repente di otro salto, ahora  estábamos en nuestra casa de Madrid.

Capítulo 12


Dos días antes de Navidad en Madrid.


Llovía y hacía frío, eran las 6 de la tarde y ya se había hecho de noche; las luces, los cánticos, las caras risueñas de los niños y todo lo que veía a mi alrededor indicaba que la navidad estaba ahí mismo, a la vuelta de la esquina. Caminaba con Mario, estábamos de vuelta de Venezuela y buscábamos por las casetas de la plaza Mayor adornos para el árbol, para nuestro primer árbol juntos, para celebrar nuestras primeras navidades de casados que también serían las primeras de casadas para Beatriz y Carmen.

Atrás quedaba la Barcelona caribeña, atrás quedaba la venta de la casa y la sensación de traidora que sentí al cerrarla y entregar las llaves. No quería llorar delante del agente que venía a a por ellas y en silencio, para que no se riera me despedí:<< ciao vieja casa testigo de sueños y juegos, de besos y desamor , ciao mi puerta roja ¡no te voy a olvidar!>>....después busqué la mirada de Mario, esbocé una sonrisa y entregué las llaves subiéndome a un taxi sin volver la cabeza.

Cuando llegamos a la casa del Viso con el árbol en lo alto del coche nos pusimos a adornarlo como  niños pequeños y por la noche, sentados, admirando nuestra obra de arte con dos copas de vino en la mano, brindamos por una navidades únicas y nos pusimos a ordenar las cartas de mi padre y las del padre de Mario que nos trajeramos de Venezuela.
Al cabo de un rato encontramos cartas correlativas muy interesantes, Mario las enumeró y me contagió su entusiasmo..este fue el resultado:

Fragmento de la carta no. 1. (Bonilla-Héctor asunto: Carreño )

<<<.......Hecho de menos nuestras charlas y nuestros bocadillos en el Asturiano y aún arriesgándome a llegar tarde me he pasado por la plaza. Pelayo me ha contado, que nuetros amigos de Chamberí, han dejado en libertad a un peligroso sargento de la división azul. Dice que tiene aterrorizado a todo el barrio, lleva pistola, se emborracha con facilidad y su hermano le acaba de sacar de la cárcel. Carreño, así se llama el sargento, tiene una lista de detenciones que asusta, llegó a Barcelona repatriado el 2 de abril de 1954 y apareció por el barrio antes de las navidades sembrado el miedo entre los vecinos y en menos de dos semanas le han detenido dos veces, una por amenazar con su pistolas a unos jóvenes y otra por intentar robar en la acedemia de baile. Pelayo y Marcelino le temen....................>>

-¿Y qué contesta mi padre? –pregunté

- Escucha lo que la siguiente carta dice:

Fragmento  de la carta no.2. (Héctor-Bonilla asunto: Carreño )


<<.....!Ay Bonilla!, si yo te contara lo que añoro los bocadillos de chorizo del Asturiano, las charlas de Pelayo y las ocurrencias de Marcelino me tendrías hasta lástima. Lo pasado, pasado está, me digo siempre cuando me pongo melancólico. Los guisos de Carmen no tienen nada que envidiar a los de Manolita y poco a poco vamos abriéndonos paso en esta ciudad.
Ten cuidado con la camisa azul venida a menos, son las más peligrosas y no es asunto vuestro, le corresponde a Beltrán dominar a la bestia pero si le ha dejado salir, tras denuncia de robo y portando arma que se supone que tendría que haber entregado será por encargo del Jefe. No querrá incomodar al ejército aunque este le tenga en la lista negra......>>

-¿Eso es todo?- comenté decepcionada-, no dice nada importante.

- En esta no pero tengo otra en la que le vuelve a nombrar, un mes más tarde.-contestó Mario

-Venga, lee.

Fragmento de la carta no. 3. (Bonilla-Héctor asunto: Carreño )
<<.............la prensa de hoy recoge la noticia de la muerte de Juan Carreño, sargento de la división azul, el mismo que te mencionaba en la otra carta. Curiosamente unos días antes había sido noticia también y hasta le tacharon de héroe al haber dado muerte a una peligrosa comunista que intentaba matarle y ahora, casualmente, una borrachera ha acabado con su vida (dato curioso:  el mismo día que su hermano fallecía en otro lugar de Madrid tras una infección que no le pudieron curar).
Beltrán ha dado el caso como cerrado, la teoría de la borrachera es la versión oficial aunque las manos del difunto tenían aún la marca de haber sido atadas y su camisa estaba empapada, como si se hubiese vertido sobre él una botella entera de coñac..
Según el portero, el fallecido había solicitado el servicio de un restaurante y después del camarero sólo entraron en la finca dos personas ajenas al edificio.
Un hombre con barba y gabardina que portaba una bolsa tardó como una media hora en bajar de nuevo, dos minutos más tarde entró una mujer alta, rubia y muy guapa con cara de preocupación, que ya había visitado a Carreño en otra ocasión y bajó al instante.
He podido saber que la mujer rubia y alta tiene una tienda con su marido en la plaza de los Frutos, se la ha visto una vez con Carreño en el cafe del teatro Cervantes y la descripción del hombre con barba y gabardina puede corresponder con la del marido, un ex diplomático de Guatemala a quien Casares arrestara un día, oficialmente por tener entre sus discos La internacional.
Nuestros colegas de Chamberín no van hacer nada, órdenes de arriba aún sabiendo que la comunista a la que Carreño mató y la mujer de la tienda de discos se conocían y en el informe adjuntaron que durante la guerra fue del auxilio social y se encargó de llevar niños a Rusia. Su muerte no la lamenta nadie y sus antiguos camaradas menos aún.
Mi pregunta personal es ¿Encuentro en Rusia quizá de los tres? o ¿Irene, la mujer de la tienda de discos o su marido, Ubaldo, o los dos juntos tuvieron algo que ver en la muerte de Carreño? ¿tu que crees?
.........................>>

-¿Y mi padre que dice?-volví a preguntar
-Lee tu misma la siguiente carta:

Fragmento de la carta n.4  (Héctor-Bonilla, asunto: Carreño)
<<..............El matrimonio parece sospechoso, en efecto, sobre todo si la mujer de la tienda de discos es una niña de la guerra llevada a Rusia y la comunista muerta se encargó de ella y se encontraron con Carreño. Seguramente al acabar la guerra le siguieron la pista pero tuvieron que esperar hasta que le repatriaran. En un principio pudieron planearlo las dos pero al fallar el plan el marido ha querido ayudar.
La ropa empapada en coñac me ha recordado a la muerte de Encarna, entonces tu no habías llegado a nuestra comisaria y la versión oficial coincide con la versión verdadera: fue un accidente pero este no se produjo en la propia casa de los Rivas sino en la casa de la antigua enfermera de la madre de Ana Rivas. Yo también miré entonces para otro lado para no complicar más las cosas, el jefe tenía interés personal en que no investigásemos demasiado y quería cerrar el caso cuanto antes. El coñac, los dos diferentes tipos de coñac me pusieron sobre la pista. Sospecho que un típo tan peligroso debía de estar ya bastante borracho para poder acabar con él con un mínimo de esfuerzo. Quizá le obligasen a tragar el alcohol lo que explicaría que tuviera la camisa empapada. La mujer pudo subir cuando el sujeto ya estaba muerto y comprobar que el despacho estaba en orden, ella ya lo conocía de otra vez y asi la policía pensaría que la muerte era natural a causa de una sobredosis de coñac.
Aguardo tu próxima carta para seguir discutiendo la teoría y si pasas por el Asturiano pregunta a Pelayo lo que él opina de la versión oficial de la muerte de Carreño.................>>


-Al final no consiguieron dar con el autor o autores pero no iban muy descaminado mi padre –comenté- según las notas de Steven fue él, el marido, Ubaldo el diplomático quien lo hizo y la razón debió ser la que apunta mi padre: Carreño debió hacer algo a Irene cuando era una niña en Rusia. No me extraña que nadie le llorara, debía ser un puerco.
-Supongo que lo era y sabes, he encontrado la carta en la que tu padre escribe sobre la teoría de la muerte de Joaquin Levi .


Fragmento de la carta no.5 (Héctor-Bonilla. Asunto: Levi)
<<.....muy interesante la noticia de la muerte de tal Levi que resulta no ser judio sino oficial nazi. Bonilla, creo que la muerte de Carreño y la de Levi presentan similitudes: dos asesinatos disfrazados, uno  de suicidio y otro de muerte por sobredosis de alcohol. En ambos casos el sujeto ha sido atado antes de encontrar la muerte o la ha encontrado mientras estaba atado y después han preparado el escenerio. Levi, según el artículo que ya he podido leer, hizo experimentos en el campo donde estaba, era un nazi convencido. Carreño estuvo con la división azul en Rusia y era un sádico según me decías en las cartas. Irene puede ser la llave que une los dos asesinatos. ¿Te imagines que Irene hubiese estado en uno de esos campos y Levi hubiese sido su médico, para su desgracia? Probablemente el periodista tenía fotos del tal Joaquin como oficial nazi y a lo mejor Irene le reconoció o comenzó a sospechar de que el fuera ”su “médico y en ese caso podrían haberlo ahorcado entre los dos....................>>

Cuando terminamos estas lecturas le dije a Mario:


-Mi padre estaba equivocado, el matrimonio no fue, todo apunta a Ubaldo, según lo que hemos leído en el cuaderno de Steven pero por lo demás acertó sin saberlo.

-Tienes razón- me dijo Mario – según lo que Richard nos contó antes de despedirnos Irene había sido una de sus víctimas. Fue entregada a los alemanes en Rusia y acabó en uno de los campos. Nuestros padres discutieron el asunto durante algunos años.
Horas más tarde volví a viajar mentalmente a  Canadá.

2 comentarios:

  1. Muy buenas las cartas! A ver qué haces con IRene y Steven, veo que los tienes "separados".

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  2. Gracias Maria. Sigo sin verte como seguidora.

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