jueves, 28 de noviembre de 2013

Reflexiones y confidencias de un ex comisario y detective. I , II, III y IV

                                                                      I


Confidencias de un ex comisario y detective con memoria mermada por un golpe descabellado.

Confinado en mi casa y habiendo resuelto todos los crucigramas de los periódicos a mano, arreglado una radio a la que no le pasaba nada y con intento frustrado de hacer un rompecabezas con Jesús, a quien y con toda la razón del mundo le apetecía más patear un balón que recomponer una escena de un cuento que no recuerdo, tomo la máquina de mi mujer y tecleo estas líneas de puro aburrimiento, buscando de paso serenar mis ganas de mandar a la precaución a paseo y yo ir tras ella.
Recuerdo, dentro de lo selectiva que es mi memoria anterior al golpe, que en la azotea, la noche del spunik mi mujer me preguntó si creía en el destino y yo contesté que creía en la suerte por haberla encontrado en mi camino y sigo creyéndolo pero la suerte en general, esa que quizá nos depare el destino, ese al que renuncié a creer, si no me ha olvidado me mira de reojo y según sea el guion hasta con mal ojo.
Si fuera posible reescribir el pasado, cambiaría muchas cosas salvo a Asun y al niño,  a ellos dos nunca, pero sí, cambiaría tantas cosas que no sabría por dónde empezar asi que me conformaría con reescribir mi despertar del coma y enfrentarme a mi nueva situación con todas las frustraciones que trae el no poder recordar a los seres más queridos pero confiando en ellos. Probablemente, el asunto que a casa me ata en estos momentos, hubiera sucedido igualmente porque aunque sé que no es producto de recuerdos no reales tampoco estoy seguro que de haya pasado según los flashes de mi recuerdo.
Lo que peor cuerpo me pone es no poder estar con Asun como estábamos antes, los flashes de mi mejoría me dicen que dormir abrazados después de hace el amor no era una excepción sino una rutina divina y desaprovechar una ocasión durante el día, como he hecho hoy no tenía lugar pues sentirla es mi mayor alegría.
Antes hablaba de la suerte y debo pensar que pese a todo no me va tan mal. Nuestra casa es nueva en la plaza, no está ubicada en el local de mal agüero que una vez fuera tienda de fotos, antigüedades, agencia de viaje y ahora tiene pinta de ser ferretería aunque no esté muy seguro pues a los dueños ni conozco ni he puesto un pie en ella, pero es verdad, sigo contando con el apoyo de los míos, de Bonilla y sobre todo sé que tengo el amor incondicional de Asun y el de Jesús pero me destruye por dentro pensar que el convivir conmigo, en estas condiciones tan extremas, se convierta en un peso muy pesado para Asun y Bonilla, que los dos terminen tan hartos de mi dolencia como yo ya lo estoy y caer en la tentación de coger la puerta, andar y andar, sin hacer camino, sólo desaparecer para no hacerles sufrir más si no fuera porque sé, que sufrirían aún mucho más si me diera por ahí. El folio se acaba y mi apatía es tan grande que ni ganas tengo de levantarme a por otro. Fin por hoy, ojalá mañana la suerte cambie y no tenga que seguir tecleando mis confidencias en un triste papel y si el desazón me deja soñaré con Asun y con Jesús, correteando por el Retiro y mientras le miramos nos besaremos porque ambos no podemos estar sin nuestros besos.

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                                                                  II

Pues no, sigo igual, de nuevo ante la máquina, con otro folio por rellenar y remordimientos por haber despertado anoche a Asun  al ponerme arreglar la puerta del aparador, que no necesitaba arreglo para variar, pero me servía de excusa para martillar y olvidarme de la hora,  (en casa encerrado todas las horas son iguales), pero era hora de dormir y quienes pueden hacerlo no quieren ruídos.  En fin, que hemos hablado de nuevo, del caso misterioso y ella cual Agatha  Crhistie me ha dado su opinión y yo, si fuera más Hércules Poirot que Héctor Perea podría pensar que el lionista del turno se leyó una de sus novelas cuando estaba con mi trama, quizá una de tres muchachas que nunca coinciden juntas en el piso y una de ella con hiatos durante el día y asustada por pensar que ha cometido un crimen como yo..o quizá,quizá esa novela aún esté por escribir pero lo mío no es ficción.
Mi encierro está causando estragos más allá de mi familia. Marcelino y Pelayo lo del resfriado no se lo creen y a Marce con el guiso en casa hemos dejado colgado y todo para nada, porque en nada hemos avanzado con la visita a la habitación. Bonilla dio con ella y yo allí fui con Asun, sigue convencida de que yo no hecho nada pero yo no lo tengo tan claro. Mis flashes no han vuelto y solo he podido confirmar que era la misma habitación por el maldito cerrojo y la ventana, que como todas las ventanas se cierran por dentro..¿alguien en el armario? ¿alguien detrás del biombo? sería ideal pero no sé como lo voy a investigar si no me dejan salir y todo se me olvida... y ahora que lo pienso mientras tecleo ¿ le hemos preguntado a la dueña cuando fue la última vez que me vio allí? No recuerdo pero ella ha dejado bien claro con sus palabras que no era bienvenido, cuando Bonilla con ella ha subido y a los tres nos ha echado de allí.
Me digo mil veces que de nada sirve maldecir mi mala cabeza después del golpe y a ratos lo consigo como hace veintes minutos, cuando de nuevo solo en casa con el álbum de nuestra boda me he topado y con el del bautizo de Jesús, la foto de su primer cumpleaños, sus primeros pasos y aunque todos los momentos no he podido recordar me han emocionado las estampas que he visto. Bonilla fue el padrino y Felisa la madrina, la iglesia de Valdemorillo testigo de nuevo fue de una boda Muñoz rodeados de amigos como el bueno de Vallejo, Aurelia con Gustavo ¿ se llama Gustavo , verdad?, los del Asturiano y otros más cuyo rostro reconozco pero sus nombres bailan un poco pese a que Asun no hace mucho me los ha recordado y al preguntarla si ese día todo salió como ella quería su contestación ha sido "mil veces que viviera mil veces que me casara contigo" y a mi memoria acudieron flashes de mi cuchitril, de mi cuarto con la cama y mis manos peleando con los botones del vestido de novia mientras las suyas ya habían desabrochado los de mi camisa...creo que yo estaba más nervioso que ella.
Oigo pasos por la escalera asi que voy a finalizar por hoy, quien sabe si mañana llega Bonilla con otra nueva y esta vez a una dirección nos lleva con respuestas que ayuden a descifrar el enigma, no ya por mi, yo estoy resignado a cargar con mi culpa si la tengo sino por ellos, por Asun y Jesús sobre todo y por Bonilla también.

                                                                    III

Encerrado en un habitación, esta vez por voluntad propia y a espaldas de mi mujer y mi amigo Bonilla, sin máquina de escribir, mientras espero que pase algo que me ayude, de una vez por toda a esclarecer lo que en ella pasó, saco el bloc de notas que siempre llevo conmigo y escribo estas líneas consciente de que a estas horas Asun estará que trina por la faena que acabo de hacer. Ojalá se imagine ella y Boni que es culpa de mi desorientación el cambio de mi destino y con un poco de suerte gano tiempo , quizá me busquen por Galapagar creyendo que la confundí con Valdemorillo que también está de camino pero me temo que mi Asun no va a tragar.
Lo siento, no me gusta el feo que les hago pero no tengo más remedio. Esconderme y huir no puede ser la solución al problema ni tampoco una garantía de que a los míos en paz van a dejar. La reacción de la dueña de la habitación me sorprende y tranquiliza a la par. No quiere verme pero me deja quedarme un día, no quiere jaleos pero no me tiene miedo y mi lógica me dice que de haber matado yo a esa chica, si ese crimen en verdad existió ella motivos tendría para tenerme miedo o llamar a la policía ¿ Quién y por qué van tras de mí? Pregunta aún sin poder contestar pero esta habitación puede ser la llave, aunque no sea la clave, que abra mi memoria, que destape al menos la parte en que quedó almacenada este negro episodio o bien que ella, la dueña, les vaya con el cuento de que estoy aquí y ellos vengan a por mí.
Miro por la ventana pero no veo nada que me sea familiar, miro la habitación, veo un teléfono sobre la mesilla y la tentación de llamar a Asun es grande pero no puede ser. Me siento sobre la cama, toco la colcha que parece ser la misma sobre la que dormí pero nada sucede, nada acude a mi mente, corrijo, algo si acude aunque no sea el lugar y menos la ocasión pero no lo puedo evitar. Otra habitación en Le Ciel y el recuerdo me amarga y otro recuerdo no vivido pero hablado poco  antes del fatal golpe, la invitación  al parador de Toledo, un fin de semana romántico aunque a Jesús lleváramos pero la idea era ya tan dulce que en ese mismo momento recuerdo, sí, lo recuerdo muy bien, ganas de hacer el amor tenía y no podía esperar a la noche pero Asun prisa tenía.....y después pasó, las rosas y el vino en el suelo y yo en la escalera y el calvario comenzó.
Si salimos de ésta, tenemos que recuperar ese fin de semana robado  . Llevar a Jesús con nosotros y disfrutar con el durante el día y al llegar a la noche, perdemos su madre y yo entre las sábanas sin hacer mucho ruído o darnos una ducha juntos cuando el niño esté bien dormido. Soñar con ello es lo único que hago en mis momentos más serenos, mis agobios no me dejan disfrutar del momento. Asun y el niño necesitan a la persona que yo era y no a este esperpento que pesadillas tiene con manos ensangrentada y cuchillo en el suelo. Tengo que , debo de resolver el caso, no pudo dejar que esta locura, una de las muchas desde mi despertar, condicione más mi vida. No quiero que Asun se desespere más y si este plan sale mal, como en el pasado parece que algunos salieron, que sepa que la quiero hoy más que ayer y menos que mañana pues mi amor por ella aumenta con las horas..y volviendo a la realidad, vuelvo a recorrer con la mirada la habitación y el biombo , el cuarto de baño y el armario despiertan ahora mi atención. Voy a dejar de escribir, quizá vea algo que no antes no pude ver y Asun tenga razón: yo no fui.

                                                                   
IV


Definitivamente no tengo arreglo, voy de mal en peor, me salgo de málaga y me meto en malagón, soy un caso y nunca mejor dicho. Como caso soy complicado, muchos cabos sueltos, nada concreto, sin recuerdos, voy a la deriva  y arrastro a los míos en mi caída. 
Acabo de llegar con Asun y mientras prepara el café, anoto en mi bloc, rápido porque no quiero que me vea, mi pesar por haber dejado escapar al hombre que me visitó en la habitación.  A quién arrojar luz sobre el caso pudiera, encañonado con un pistola tengo, dejo escapar sin más, yo, el gran Perea, el famoso excomisario, el detective de los grandes casos, no hago nada por retenerlo, atontado quedo, al ratito me veo apuntando a mi esposa y a Boni como si fuera lo más normal del mundo y el pan de cada día. Sí, ellos  vieron al tipajo bajar las escaleras pero no salir de la dichosa habitación y le dejaron marchar como es natural....y la patrona, la dueña sigue sin soltar prenda, nada en este caso parece verdad.
Trato de justificar mi escapada pero Asun está enfadada y de nada sirve que diga que la entiendo, que yo en su lugar estaría igual, miento, si hubiese sido Asun la que no llegara a su destino por buscar ella por libre la solución, me subiría por las paredes de rabia y el miedo pasado haría que levantara la voz mucho más que ella va a hacer en cuanto sirva el café.
Volviendo a mi caso ¿ Es todo un sueño? ¿ Es todo producto de algún mal en mi cabeza? ¿ Tengo que irme por mi bien y el de mi familia? ¿ Por qué? ¿Acaso les importo un pito a quienes me están mandando anónimos o es solo parte del plan?.¿ Quién guarda tanta inquina y me quiere tan mal?  ¿Será una mujer o será  un hombre en particular? ¿ Mi agresora o una nueva enemiga?....
Asun se acerca ya con el café y en estos momentos me gustaría levantarme, ir a su encuentro, coger la bandeja de sus manos, depositarla en la mesa, correr la silla para que ella se siente lentamente mientras yo la admiro, servir el café, beberlo mirándonos a los ojos, recrearme con su brillo y la luz de su sonrisa y hacer el amor con la mirada pero nada de eso va a pasar....enfadada como está si logro que me perdone voy que chuto y más tarde en el despacho veré si tengo ocasión..
Termino que ya llega no hay tiempo para más.

4 comentarios:

  1. Que bonito Rosa... muy cierto todo lo que cuentas mezclado con ingredientes de los relatos es genial... muchas gracias! !! Ojalá en la serie nos regalaran una mínima parte de lo que escribimos tu y yo verdad??

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  2. Gracias Raki, como se me está haciendo cuesta arriba, tenía que encontrar otra fórmula que me ayudase a seguir viendo las tramas tan incoherentes que les dan esta temporada y, si el diario de Asun me ayudó en su día a entender a Asun mejor he pensado que ahora era la hora de que hablase Héctor. Mezclar cosas de nuestros relatos adaptadas de paso tampoco vendría mal. No creo que lo que escribimos pudiera llegar a tanta gente pero me conformo con que llegue a un grupito y de paso reinventar escenas no vistas.

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  3. Me encantan estas reflexiones de Perea. Ahora lo tenemos mintiendo a Asun y a Bonilla que solo quieren ayudarlo y cuidarlo. Pero él se lanza a la piscina y sin flotador. Esperemos que le salga bien.

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  4. Yo tb espero que le salga bien el plan que se propone porque ya es hora de que nuestros tortolitos se den un homenaje y disfruten de su intenso y profundo amor no solo en sueños... gracias Rosa por compartir las reflexiones de Héctor! !!

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