sábado, 8 de noviembre de 2014

El diario del padre de Pilar. Capítulo 2.

Madrid, febrero de 1974

Atrás quedaba el congreso y el encuentro con Pilar y la visita que hicieron con ella a Brujas. “Brug significa puente en holandés y se podría decir que la ciudad recibe ese nombre por su numerosos “brugge” pero la verdad es que hay diversas historias, en cualquier caso no tiene nada que ver con brujas que volaran sobre escobas o condenadas a hogueras” les había explicado Pilar en el tren. “¿por qué la llamamos en español entonces Brujas?” había preguntado Asunción. “Los soldados españoles no podían pronunciar Brugge y como les sonaba a bruja empezaron a llamarla asi y de ahi a Brujas” le respondió Pilar abrochándose su trenca y colocándose su gorro y bufanda ya que el tren estaba haciendo su entrada en la estación. Asunción también se levantó y se abrochó su chaquetón, se puso los guantes y al igual que Pilar se anudó la bufanda y dudó si ponerse la gorra que se había comprado. Se había abrigado bien, pantalones y botas sin tacón que también se compró a última hora.
 El frío era intenso, a temperaturas de bajo cero no estaba acostumbrada y Héctor, aunque no lo confesaba,  también tenía frío y debajo de su abrigo llevaba su traje con un jersey de cuello vuelto que Asun le había comprado para el día de los enamorados. Héctor por su parte le había regalado un broche con incrustaciones de diamantes que había comprado en  la joyería del hotel gracias a Jean Paul, el joven de la recepción que habla español “ diamantes de Amberes, de los buenos y a un precio muy asequible, especial para el día de los enamorados” le había dicho guiñándole un ojo, recordó Héctor mientras caminaban, a paso rápido hacia el centro desde la estación.

-Este es el centro de Brujas – les dijo Pilar- estáis en la plaza del Mercado, De Grote markt, se llama igual que en Bruselas y por esta calle llegáis a la plaza donde está el Ayuntamiento y  frente a él están los coches para pasear. Nos vemos a las cuatro en Le café des arts , que es esa casa con fachada roja ¿ de acuerdo?  Yo voy ahora a casa de mi abuela y recojo el diario.
- De acuerdo – dijeron ellos.

En esta ciudad milenaria, capital de Flandes Occidental, conocida en la edad media por su comercio y su puerto, nació Pilar y aqui creció junto a su padre y su abuela. Brugge, como ella la llama, es para muchos una de las ciudades más románticas de Europa y una de las tres Venecias del norte. “ Para conocer Brugge y dejarse embrujar por su encanto hay que verla desde el agua, recorrer sus canales y olvidar el tiempo” les había dicho Pilar. A falta de paseo fluvial, imposible de realizar en febrero, un coche de caballo les enseñó sus rincones y ellos, con las manos entrelazadas, bien juntitos y  abrigados , con una manta por encima de las piernas, desafiaron al frío viento que cortaba la cara, disfrutaron del paseo comentando lo que veían, bebiendo chocolate caliente del termo que el cochero les había ofrecido al subir al coche. El paseo acabó en el Grote Markt y Héctor tomó instantáneas de Asun, primero en la plaza Burg ante el impresionante ayuntamiento de estilo gótico-flamenco y en la plaza del Mercado Grande, ante el campanario que domina la plaza. Instantáneas que reflejaban las mejillas rojas por el frío, irradiando felicidad y admiración ante la gran torre Belfort con sus 83 metros de altura, construida en sus comienzos en madera y después revestida en piedra y que se ha conservado hasta nuestros días. Sus campanas avisaban a los habitantes en caso de incendio u otras penalidades y Asun, incansable quería subir los 366 escalones para contemplar desde arriba la ciudad como le había dicho Pilar:
“ la vista merece el cansancio de subir sus escalones” pero Héctor no estaba por la  labor y mientras esperaban a que Pilar se reuniera con ellos entraron en el café acordado. Brujas cerró su viaje a Bélgica y al día siguiente, por la noche, ya se encontraban en casa. De vuelta en Madrid la pareja retoma su rutina diaria y mientras Asun visita a Matilde , Héctor habla con Bonilla en la agencia.
      

-        A ver, cuéntame el caso que os ha planteado Pilar en Bruselas, ahora con detalles, que por teléfono no me ha quedado claro, noté cierta resistencia por tu parte – le dice Bonilla mientras se beben el café que acaba de preparar.
-        Resistencia no, pero no estoy tan entusiasmado como Asun. A ella le parece una historia para publicar en la revista y tiene razón pero yo no lo veo como un caso interesante para nosotros, es uno más.
-        ¿ Pero vamos a investigar sobre su hermanastro sí o no?
-        Eso sí, si a ti te parece bien. No tenemos muchos datos y el apellido es muy común eso si no ha cambiado de nombre.
-        ¿ Tienes la carta de su padre y el diario?- pregunta Bonilla.
-        Sí, la carta sí. Pilar lo mandó por fax al hotel y tenemos la copia. El diario no. Asun ha hecho algunas anotaciones.
-        Cuéntame un poco por encima antes de leer la carta.
-        Como quieras. El padre de Pilar falleció en diciembre del año pasado. Pilar no llegó a conocer a su madre pues esta murió a los pocos meses de nacer ella.Se ha criado con su abuela y su padre. Al fallecer su padre, su tío Jan, hermano pequeño de su padre, le dio una carta y un sobre a Pilar y el diario que su padre, Robert, empezara a escribir al poco tiempo de fallecer su mujer, Rosario, una española que conoció en tierras Aragonesas.
-        Y el sobre es para el hermanastro ¿ no es así?
-        Exacto. En el sobre, según la carta que aún no has leído –le recuerda Héctor – están las cartas que Rosario escribiera a su madre para Miguel y que le echaron de vuelta en el buzón de su casa pocos días antes de que Rosario falleciera.
-        ¿ Entonces en el sobre tendremos una pista?
-         El sobre que ha recibido Pilar no es el original  dónde venían las cartas.Las cartas le fueron devueltas ya leídas y sin sobres, todas juntas dentro del gran sobre marrón. 
-        ¿ Pilar no sabía nada de Miguel? 
-       No, no sabía que su madre hubiera tenido un hijo y que estaba en España. De hecho no tenía ni idea de como se conocieron sus padres y todo lo que les pasó. Se ha enterado por el diario. A ella le contaron que su madre había llegado a Bélgica a trabajar y que así se conocieron y nada más. La abuela y el tío tampoco la sacaron nunca del engaño.
-        ¿ Qué motivos tenían?
-        Aquí tienes la carta. Está escrita en español. Robert solo hablaba con Pilar en español, la niña creció oyendo a su abuela y tío, vecinos y otros niños hablando flamenco pero a su padre solo le oía en este idioma cuando no hablaba con ella. El diario también está escrito en español.

Bonilla toma la carta y comienza la lectura de la misma mientras en su casa, Asun y Aurelia charlan  con Matilde que ya está casi recuperada de la operación, deseando de volver a salir a la calle.

-        Bueno- dice Matilde- dejad de preguntarme como estoy y por la operación y que cuente Asun como le ha ido en Bruselas, a pesar del frío, habrán tenido tiempo de hacer turismo y de celebrar el día de los enamorados ¿no?
-        Pues mira sí, hemos tenido tiempo para todo hasta para conocer a una chica, de padre belga y madre española que ha pedido a Héctor que le ayude a encontrar a su hermanastro en España. La historia de sus padres me ha encantado por muchas cosas y creo que voy a empezar a escribirla en la revista, un poco como homenaje a todos esos brigadistas que cuando regresaron a su país les metieron en la cárcel por haber servido a un ejercito extranjero – Asunción hace una pausa para morder el bizcocho que Matilde les había puesto con el café y continua muy animada hablando de la madre de Pilar- Resulta que se conocieron cuando él estaba en el frente de Teruel, se enamoraron y cuando tuvieron que dejar Aragón, ella se fue con él a Bélgica y allí, meses más tardes formaron parte de la resistencia belga-holandesa. Rosario, que se quedó viuda durante la república, tenía un hijo que estaba con su madre en Segovia. Cuando marchó a Bélgica le fue imposible llevárselo con ella y luego todo se complicó. Total que ahora Pilar, quiere encontrar a su hermanastro para darle un sobre que contiene varias cartas que Rosario escribiera a su hijo y que le fueron devueltas. Rosario murió al poco tiempo de nacer Pilar y la chica no sabía nada de un hermanastro, hasta hace poco. Su padre ha muerto y este , hace tiempo había escrito una carta para que se le entregase cuando el muriera. Todos los detalles están en el diario que el hombre comenzó a escribir cuando murió Rosario . El tío de Pilar guardaba el diario para ella junto con la carta y el sobre cerrado por deseo de su hermano.
-        ¿ Y quieres escribir sobre la historia que cuenta en el diario? – pregunta Aurelia
-        Esa es la idea. Pilar va a venir dentro de una semana , traerá el diario y juntas vamos a ver que y cómo lo hacemos. A Julio ya se lo he comentado y le gusta la idea.
-        Bueno pues ya lo leeremos hija, pero ahora cuéntanos algo de lo que habéis hecho y deja los casos para mi marido y el tuyo – dice Matilde.
-        Es que no sé como empezar. Han sido unos días intensos y Héctor y yo, según Pilar, parecíamos dos ‘pubers’ enamorados, como ella nos llamó – contesta Asun riéndose cogiendo el bizcocho de nuevo.
-        ¿ Pubers? – pregunta Aurelia
-        Adolescentes, es que Pilar aunque habla muy bien el español lo mezcla con palabras en flamenco y pubers viene de pubertad, vamos comportamiento como adolescentes.
-        ¿ Qué hacíais, además de no dejar de daros besos como siempre? – le pregunta Matilde
-        Pues eso, darnos besos cada dos por tres, ir de la mano, reírnos mucho y allí son muy reservados para esas cosas, las parejas no andan cogidas de la mano ni del brazo como por aqui. Pero bueno – continua después de terminarse el bizcocho – además de pasear por el centro de Bruselas y de dar un paseo en coche de caballos por Brujas, las noches, que son muy largas allí y se cena muy temprano, las pasábamos en nuestra habitación con el cartelito de no molestar puesto en la puerta y si la bañera-jacuzzi que teníamos pudiera hablar pues...
-        ¿ Pues qué? Vamos, no te cortes ahora – dice Aurelia – seguro que esa jacuzzii ya ha visto más de un numerito.
-        Seguro que sí y aún así – Asunción se sonroja e intenta cambiar de conversación – bueno, ya está bien, imaginar lo que queráis. ¿ Cómo se ha portado Sergio en tu casa mientras Matilde estaba en el hospital, Aurelia? ¿ Los mellizos estarían encantados, no? ¿ No era demasiado para Clara? .Javi como siempre con Daniel hablando de baloncesto según mi madre.
-        Eso, eso, cambia de conversación ahora guapa, nos dejas con la miel en los labios. Será cuestión de pedirle a Gustavo que me lleve a Bruselas o repitamos París pero en un hotel con jacuzzi – responde Aurelia riéndose
-        Bonilla y yo vamos a ir a Bruselas el mes que viene – dice Matilde también riendo –  ha podido cambiar los billetes y como estaremos en el mismo hotel la probaremos.
-        Pues nada, probarla y ya me diréis – contesta Asun y mirando el reloj, se levanta y dice - ¡Cómo se ha pasado la mañana! Me tengo que ir ya,  he quedado con mi madre para comprar un regalo a Estrella .

Asunción deja a sus amigas y ya casi hermanas de tanto tiempo que llevan juntas y de camino al Corte Inglés de Cuatro Caminos,  recuerda la última noche en Bruselas y el apetito que en Brujas se les había despertado. La tarde anterior, día de los enamorados, Héctor quería haberla llevado a cenar a un restaurante que Jean Paul, el joven recepcionista, le había recomendado pero ella quería acudir a la cervecería dónde Pilar les había citado.
Por la tarde, después de la comida cena que habían compartido en el hotel, con algunos invitados al congreso,  se intercambiaron los regalos que se habían comprado y Héctor ya tenía planes para esa noche, al final – sigue recordando Asunción parada ante un semáforo de Bravo Murillo, ya cerca de Cuatro Caminos- que Héctor accedió a regañadientes y fueron al encuentro de Pilar.  Después de conocerse y de tomar unas jarras de cerveza acompañaron a Pilar al apartamento en el que vivía, no muy lejos de la cervecería. Allí les enseñó la carta de su padre y les contó la historia. Cuando regresaron al hotel Asunción no se tenía en pie, se tumbó en la cama y se quedó frita.  Demasiadas jarras de cerveza y aunque Héctor la había avisado, ya que en Salamanca le pasó lo mismo, ella no hizo caso y esa noche, al igual que la otra vez le tocó a su marido quitarle la ropa y meterla en la cama. Al día siguiente, se despertó con un poco de dolor de cabeza y Héctor le tenía preparado una aspirina. Después de desayunar tomaron el tren con Pilar a Brujas y allí, durante el paseo en el coche de caballo, la mano de Héctor se perdió más de una vez por debajo de la manta y le decía al oído,  todo lo que se había perdido esa noche por beberse las jarras de cerveza. Cuando regresaron de Brujas declinaron la invitación de Pilar para cenar juntos, tenían hambre de estar juntos a solas y se despidieron de la chica. Era su última noche en Bruselas y querían resaciarse de la noche anterior. Al subir a la habitación se quitaron las prendas de vestir el uno al otro comiéndose con la mirada  y mientras se llenaba la bañera comenzaron a jugar, sentados primeros, tumbados después, en la alfombra de pelo largo frente a la chimenea eléctrica, continuando el juego en el jacuzzi y más tarde, ya más reposados, se quedaron dormidos abrazados como siempre.

-       ! Asunción hija, que estoy aquí !¿ no me ves? – le grita su madre moviendo las manos que la estaba ya esperando a las puertas del Corte Inglés.
-        ¡Ay madre, perdone! Estaba pensando en mis cosas y me he distraído – se disculpó Asunción, quien pierde la noción de todo siempre que piensa en Héctor y ella.





1 comentario:

  1. Muy bien guapa... un relato muy interesante en lo profesional y divertido respecto a los encuentros de nuestros tortolitos... enhorabuena y seguimos adelante...!!!!

    ResponderEliminar