sábado, 29 de noviembre de 2014

El diario del padre de Pilar. Capítulo 5



La tarde de Nochebuena de 1938,
Hoy quiero hablarte, querida pequeña, de como mi ilusión dio paso a una gran desilusión en menos de 24 horas y lo peor de todo, me separaron de tu madre durante varios meses. Como ya te he dicho, salimos de Santander en un barco mercante, con Bandera danesa que nos llevó primero a Dover y desde allí, un día más tarde a Zeebrugge. Afortunadamente desde el puerto inglés pude mandar un telegrama a la abuela pero no estaba muy seguro que de que el tío Jan estuvieran  esperándonos. La travesía, con un mar muy revuelto,  no fue muy agradable, se nos puso mal cuerpo y el frío era intenso pero nos daba igual, estábamos a punto de empezar juntos una nueva vida y yo estaba impaciente por abrazar a mi hermano y a mi madre después de tanto tiempo.Anochecía cuando arribamos al puerto, las farolas de gas ya alumbraban el muelle,  casi desierto a esa hora y como pensaba, ni sombra de Jan pero sí de la policía federal.Éramos los únicos pasajeros para este puerto , habían otros refugiados que iban para Dinamarca y con nosotros bajaron solo algunos tripulantes. Seguimos confiados a la policía y entramos en las oficinas de la aduana, debíamos pedir asilo para tu madre y asi lo hicimos. La policía federal nos hizo esperar un rato largo en una habitación cerrada, con un banco de metal como el de una celda. Se habían llevado nuestra documentación, mi pasaporte de brigadista internacional y el pasaporte republicano de tu madre a punto de caducar.  Cansados, muertos de frío y yo bastante nervioso por la cara que habían puesto los policías al ver mi documento, trataba de disimular mi miedo como podía. Con las manos entrelazadas mirando fijamente la puerta verde por la que el agente tendría que volver, le contaba a tu madre lo que podía esperar cuando llegáramos a casa de la abuela. Seguramente nos encontraríamos con un hermosos conejo guisado, adornado con patatas, zanahorias y guisantes, como todas las nochebuenas, para no variar y después su especialidad como postre, el pudin de navidad con pasas y más tarde mi madre querría acercarse a la iglesia con algunas vecinas mientras mi hermano y yo nos quedábamos jugando a las cartas pues ninguno de los dos éramos muy amigos de liturgia alguna. “Pero esta noche será distinta”, le dije a tu madre, “esta noche no habrá partida de cartas, será nuestra primera noche juntos en Brujas y quiero que sea especial”. Tu madre, mi querida Pilar, asentía con la cabeza y sonriendo me dijo “ te amo Robert y cualquier cosa que prepare tu madre me sabrá a gloria y todas las noches desde que llevamos juntos son especiales y no te preocupes tanto por la tardanza del policía, saldremos de esta”, me contestó besando mis manos tratando de animarme y alejar mi miedo que tan mal disimulaba.  Y salimos hija , gracias a mi hermano, que en vista de que no aparecíamos fue a preguntar a la policía.  Nos llevaron entonces a otro cuarto y allí estaba él con un comisario. Tu tío firmó un papel comprometiéndose a personarse con nosotros, a las 4 de la tarde,  ante la policía de Brujas el mismo día de Navidad y nos dejaron salir pero sin nuestros documentos..........

A muchos metros de altura, lo único que se veía mirando por la ventanilla eran las nubes flotando debajo del avión y un sol radiante que contrastaba con la lluvia fina que caía en Bruselas cuando Pilar, con maletín en mano,  salió de su casa. El boeing 707 de Sabena había despegado a su hora y la duración del vuelo sería de dos horas y diez minutos como les había dicho el piloto, cuando las luces de los paneles ya anunciaban que se podía fumar y desabrochar los cinturones. Las condiciones atmosféricas eran buena, había añadido, no se esperaban cambios y Pilar rezó en silencio para que asi fuera, sin turbulencias que la pusieran aún más nerviosa de lo que ya estaba. Aun faltaba una hora para llegar y de momento había podido controlar su pánico a volar. Hubiera preferido ir en tren pero no disponía de muchos días libres y el viaje en tren duraba dos días, demasiado pensó y al final decidió sobreponerse a su miedo y compró el billete de avión. Ante ella la mesita abierta con el café que la azafata le había traído, sobre sus rodillas el diario de su padre abierto por la página en la que continua, de forma desordenada, contando su primera noche en Brujas con su madre y siente como las lágrimas vuelven a correr por su mejilla, que seca rápidamente , después cierra el diario, se bebe el café y recostando su cabeza en  la ventanilla, con los ojos cerrados se pregunta cuando se le pasará esta angustia que la embarga cada vez que lee lo que su padre ha escrito.  Esa parte, la llegada al puerto de Zeebrugge la ha leído ya varias veces pero sus ojos siguen nublándose.  El mismo día que compró el billete habló con su abuela de ello y esta le contó como lo vivió ella con los ojos húmedos como si hubiera sucedido ayer, tan presente lo tenía aún en su mente. La alegría de poder abrazar a su hijo, después de tan larga ausencia, de dar la bienvenida a su compañera, dejó paso a un temor justificado.  Ni tan siquiera tuvieron tiempo de presentarse ante la policía pues a primeras horas de la mañana vinieron a buscarlos “A tu madre la dejaron en libertad la misma tarde de Navidad pero a mi hijo no le volvimos a ver hasta meses más tarde” recuerda Pilar que le dijo su abuela soltando todo lo que había callado durante años a borbotones  .”Se presentaron de malos modos y se los llevaron sin miramiento alguno exposados como si de dos vulgares criminales se trataran, no nos dejaron acompañarles y tu tío llamó a un amigo suyo que tenía un hermano que era abogado. El hombre se prestó a ayudarnos y por la tarde se presentó con tu madre pero por tu padre poco pudo hacer. Le acusaban de haber traicionado a su patria y como traidor tenía que ser juzgado. A tu madre le consiguió un permiso de refugiada temporal semanas más tarde y un trabajo en un fábrica textil. Cuando en agosto del 39 dejaron a tu padre en libertad, convertido en un apátrida e invalidándole su título de maestro,  también encontró trabajo en la misma fábrica que tu madre. A pesar de que los turnos no coincidían pues tu padre también tenía turno de noche, eran muy felices, fueron muy felices y solo la pena de no saber nada de Miguel ensombrecía esa felicidad.  Cuando el rey,  en 1940, el 28 de mayo , firmó la rendición de Bélgica el gobierno se exilió a Londres, al igual que muchos civiles pero el rey se quedó para vergüenza de Bélgica, por eso tuvo que abdicar en Balduino cuando tu ya habías nacido. En fin, tu padre seguía sin papeles asi que tus padres prefirieron pasarse a Holanda, a Zeeland,  para colaborar con la resistencia holandesa  hasta que en Anveres, dos años más tarde,  se formó la resistencia flamenca. La gente se conformó con el gobierno militar de los alemanes y tuvieron que pasar dos años para que el inconformismo diera lugar a los primeros grupos de resistencia . Con el nacimiento de “ Las brigadas blancas” tu tío Jan, pasó a formar parte de ellas y  poco después tus padres cruzaron el río Escalda y se unieron también. Nuestro sótano dio cobijo , cuando no tenían otra dirección hábil, a pilotos de los aliados hasta que conseguían sacarlos de Bélgica y..............................

-         Señorita, despierte y  abróchese el cinturón por favor , vamos a aterrizar – le dice a Pilar su vecino de asiento sacándola asi de sus recuerdos.
-        OH! Gracias, sí, ahora mismo lo hago.

Hace apenas unos minutos que el boeing de British Airways ha despegado llevando a bordo a Maria y Suzanne. La coincidencia de la llegada de uno y la salida del otro hizo que Asun tras despedirse de su hija  se dirigiese a llegadas para esperar a Pilar, mientras Héctor prefirió subir a la terraza y esperar a ver despegar el avión de su princesa. Cuando al final se reune con su mujer  a ésta no se le pasa por alto el semblante serio con el que llega.

-        ¡Vamos! Alegra esa cara que tu hija no se va a ninguna guerra y dentro de unas horas ya la tendrás al teléfono.
-      Ya, ya lo sé pero no lo puedo evitar. No es un vuelo directo y el aeropuerto de Londres es muy grande.
-     Tranquilo cariño, las dos saben leer y  hablar en inglés y además Suzanne ya ha hecho el mismo viaje varias veces. Pilar debe estar a punto de aparecer por esa puerta asi que, relájate y sonríe.
-     Lo intentaré, dame un beso para que se me pase –dice Héctor señalando su mejilla derecha.
-     De tal palo tal astilla, igualito que Daniel cuando algo no le gusta – ríe Asunción besando a su marido.

Pilar no tardó mucho en salir con la maleta en la mano derecha, una caja de bombones en la izquierda,  la mochila a la espada y un bolso en bandolera cruzando su trenca. Cubría su melena rubia y rizada con una boina haciendo juego con la bufanda y los guantes. Asunción le hacía señas, temerosa de que no les viera entre tanta gente esperando, pero Pilar ya les habia visto y con paso decidido se acercó a ellos. Tras los besos y saludos, preguntas sobre el viaje se dirigieron a buscar el coche para llegar a Madrid cuanto antes.

-        Disculpame si no soy la alegría de la huerta Pilar –  dijo Héctor después de poner la maleta en el maletero mientras la abría la puerta del coche -   hasta que María no llame mi humor dejará mucho que desear, los míos ya están acostumbrados pero tu apenas me conoces y no quiero que pienses que es por ti.
-        No te preocupes Héctor, tu mujer ya me lo había advertido. Mi padre era peor que tu, cuando me fui a estudiar a Buselas, el primer mes, me hizo llamarle todas las mañanas y todas las tardes cuando llegaba a casa en caso contrario se presentaba a ver que me pasaba. Me costó bastante hacerle ver que me agobiaba y que no podía estar llamándole a todas horas pero claro, entonces no sabía nada de lo que sé ahora.
-        Héctor puede ser muy protector pero María sabe como llevarlo y en el fondo le gusta que su padre esté tan pendiente de ella . Tu caso es distinto Pilar – comenta Asun- comprendo que cuando eras pequeña te vigilara constantemente y que no te contaran nada pero, como le he dicho a Héctor hablando de ello, lo que no comprendo es por qué no te contó nada cuando ya eras mayor.
-        Mi abuela y mi tío se lo dijeron varias veces a mi padre y creo que lo intentó. Muchas veces se me quedaba mirando, abría la boca pero era como si no pudiera articular palabra y cuando le preguntaba si se encontraba bien siempre tenía una excusa a mano. Una semana antes de su muerte pasamos un fin de semana en Holanda, en Middelburg y creo que ese día era cuando me lo quería contar, como si presintiera algo, pero al final cambió de tema de nuevo.
-        ¿ Por qué lo crees? – pregunta Héctor parado ante un semáfaro de la Avenida de América.
-        Me comentó que  cuando Rotterdam quedó arrasada por las bombas alemanas el 14 de mayo, el gobierno holandés capituló pero la provincia de Zeeland, Zelandia para vosotros, resistió. Esta provincia es la que está a la otra orilla del estuario del Río Escalda y justo enfrente está Flandes . Como fuere los alemanes tenían orden de aplastar esa provincia y  las ciudades belgas del otro lado del río. El 17 de mayo, la ciudad de Middelburg ardió por todos sus puntos, no quedó nada en pie y como la población había huido el día anterior ni gente para apagar las llamas y que él lo pudo comprobar en persona días más tardes cuando llegó para unirse a la resistencia. Cuando se dio cuenta que había nombrado la palabra resistencia cambió de conversación de nuevo. De vuelta a casa lo intentó otra vez y entonces me confesó que había colaborado un tiempo con ella pero que pronto regresó a Bélgica porque su familia y mi madre le necesitaba.
-        Volvió a cambiar las cosas ¿ no?
-        Sí Asún, por algún motivo que desconocemos no era capaz de contarme lo que escribía, lo que mi abuela había vivido al igual que mi tío y mi madre. Era como si se pensara que me iba a avergonzar por tener un padre que había sido juzgado como traidor . Nada más lejos de la realidad como le digo todas las noches con su retrato en mis manos. Pensaréis que estoy loca por hablarle a una foto pero espero que me oiga, que sepa lo orgullosa que estoy de él y de mi madre. 
-        Loca no Pilar,  mi sobrina Irenita también lo hace, ya tendrás tiempo de conocerla, vas a compartir habitación con ella. Y volviendo a tu padre, ¿ no le rehabilitaron después de la guerra y recobró la nacionalidad ?
-        No inmediatamente, tardó muchos años según me ha contado mi abuela. El gobierno republicano les había concedido la nacionalidad española  de ahi que se negaran a devolverles la belga. Al final él y otros con el mismo problema consiguieron ganar el proceso. Su título de maestro si lo pudo recuperar al terminar la guerra. Mi madre solicitó la nacionalidad belga cuando se quedó embarazada de mi y unos meses antes de que naciera se la dieron. Por cierto, mi abuela tenía una foto que he podido traerme de mi madre cuando era joven con Miguel en brazos. Por detrás de la foto escribió Miguel, tres meses y el resto casi no se puede leer, está ya muy borrado pero parece que la última palabra es Pinar o algo así.
-        Cuando subamos a casa quiero ver esa foto Pilar- comenta Héctor aparcando el coche- . Hemos podido saber que el padre de Miguel era de Hoyos de Pinares asi que quizá la foto se hizo allí y justamente pensamos ir mañana allí, ahora te lo cuento con más detalle.

Aquella noche Pilar e Irene tardaron bastante en dormirse. Se habían caído muy bien y estuvieron hablando hasta altas horas de la noche . Los padres de Asun acogieron a Pilar con los brazos abiertos y esta les hizo entrega de la caja de bombones belgas que había comprado en el aeropuerto. Felisa y su abuela, pensó Pilar, están cortadas por el mismo patrón, siempre pendiente de los suyos y no se les escapa una mientras que Trino le recordaba a su tío Jan por el caracter tan amical que tenía . A la hora de la cena conoció a Daniel y con él estuvo hablando del baloncesto, gusto que tenían en común y que practicaban ambos. Daniel quería saber si había ganado campeonatos y copas y no paraba de hacer preguntas. Héctor tuvo que pedirle calma a su campeón y  contó que Maria había encontrado muy bien a Tim, con el brazo en cabritilla y vendado pero muy animado , después, con la mesa ya recogida hablaron de los planes para el día siguiente. Daniel no tenía interés en ir al campo, como el decía, con el frío que hacía pero Irene quería acompañar a Pilar y a su tía le pareció bien. Más tarde, cuando Daniel duerme , Héctor y Asun examinan con la lupa la foto de la madre de Pilar con Miguel. Está tomada delante de una casa grande de piedra con balcones que dan a una plaza, al fondo de la misma hay una casa con un letrero y ambos piensan que probablemente era un bar o unos ultramarinos. La foto fue tomada en marzo por aquello de tres meses y que Pilar se parece muchísimo a su madre es obvio. Las dos tienen el pelo muy rizado pero el de Pilar es rubio. En la foto Miguel lleva un gorro que le tapa toda la cabeza pero quizá haya heredado el pelo rizado de su madre y pueda ser una pista.

-        A lo mejor mañana tenemos suerte . Yo me voy ya a la cama ¿ vas a tardar? –pregunta Asunción a su marido
-        No, no tardo voy a ahora mismo, voy a por nuestras cartas
-        ¿ Nuestras cartas? Que yo sepa solo te he escrito una, la noche en la que me encontré con Jaime en Colonia por casualidad y pensé que ya la habías roto.
-        Eso nunca mi amor, la guardo como oro en paño y la otra carta o no carta es la redacción de María que no entregó por ser tan íntima y que me regaló por el día del padre.
-        Es verdad, no me acordaba de ella ¿ tienes que leerlas ahora de nuevo?
-        Sí, me temo que tanto diario y conversaciones sobre Robert y Pilar, Robert y Rosario me han puesto sentimental.

Mayo  de 1973

¿ Es necesario que haya un día del padre para dar las gracias y hablar del padre de uno?
Yo creo que no, yo al menos no necesito que exista un día especial para hablar de mi padre y de lo que significa para mi. Hablo mucho con él, no tenemos secretos, le puedo contar todo lo que pienso y él me escucha sin juzgarme, solo me aconseja y confía en mi por encima de todo y esta confianza incondicional que tiene depositada en mi es mi bastión, mi roca y guía para seguir siempre adelante por mucho que se tuerzan las cosas. Hasta ahora he tenido suerte, mis padres viven, puedo celebrar con ellos estos días especiales y soy muy feliz por todo lo que ellos me dan. Mi padre no tuvo esa suerte, creció sin madre y su padre proyectaba su mal caracter en mi padre. Me ha hablado de su paso por la policía, de las cosas que hizo , de las buenas y de otras de las que no está tan orgulloso o nada orgulloso, pero yo estoy muy orgullosa de él por eso mismo, porque es consciente de sus faltas, de sus caídas y vueltas a levantarse y para eso hay que tener mucho valor y mi padre lo tiene, lo tuvo como comisario y lo tiene como detective. Mi padre es el mejor padre del mundo, el marido más maravilloso como dice mi madre, el yerno que se ha ganado a su suegra día a día, el tío preferido de mi prima Irene, el mejor amigo de sus amigos, mi padre lo es todo y yo no necesito un día especial para decirle te Quiero Papa.

María

Lee Héctor en voz alta metido ya en la cama con Asun recostada en él y la voz se le quiebra al llegar al final y le pide a su esposa que sea ella la que le lea carta que le escribiera estando en Colonia y comienza a leer, también ella con un nudo en la garganta.

Colonia, septiembre del 69
Hola mi vida, ya sé que no es manera de comenzar una carta pero es que no puedo encabezarla de otro modo pues acabamos de hablar por teléfono y a los dos nos ha costado colgar . Mañana te volveré a ver y esta carta llegará días más tarde pero te he notado un poco molesto por mi encuentro con Jaime y por eso estas letras. Me he alegrado de verle después de tanto años y la verdad es casi no le he dejado hablar, tras saber que las cosas le iban bien, que vivía en Francia y que estaba allí para un congreso de su partido, he cogido carrerilla y solo era Héctor por aqui, Héctor por allá . Me siento tan orgullosa de nuestra familia que no he dejado de hablar de nosotros, de nuestros hijos y de la gran suerte que he tenido, que tengo y que sé que voy a seguir teniendo de que tu seas mi marido querido, amado Héctor.Solo son dos días sin estar a tu lado pero  se me han hecho eternos y eso que el congreso ha sido interesante pero no, yo ya no vuelvo a ningún otro que se celebre en el extranjero si tu no me acompañas. Te amo Héctor y estoy deseando ya llegar a Madrid para perderme en tu cuerpo y sentir tus besos. Buenas noches mi amor.
Asunción.

-        ¿ Qué he hecho yo para merecer todo este inmenso cariño que me tenéis? – pregunta Héctor muy emocionado
-        Ser tú  y por favor no cambies nunca. Te quiero mi amor, te queremos.
-        Gracias mi vida y quiera Dios que nuestra felicidad dure muchos años.
-        Lo querrá – contesta Asun apagando la luz de la mesilla, acurrucándose junto a su marido como cada noche – Buenas noches mi amor.
-        Buenas noches mi vida.







1 comentario:

  1. Absolutamente precioso! !!! No me extraña que a Héctor se le quiebre la voz al leer semejante declaración de su hija... y la carta dedicada de Asun tb es perfecta... y es que Héctor se hace querer justo por ser como es... Enhorabuena por el relato y sigue deleitándonos así muchas veces. Gracias guapa! !!

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