Julio de 1969
Han pasado las semanas y julio ha
llegado; el recuerdo de mayo en París no se ha borrado y Aurelia sospecha que
ha tenido consencuencias con las que ya no contaba.
Como todos los días Gustavo ha
llevado a Clara al colegio mientras ella recoge el desayuno antes de irse a la
redacción de “A media voz” una revista dirigida por Julio, el antiguo dibujante
de Sucesos.
Hace años que Sucesos paró sus
rotativas y en su lugar se creó una nueva revista; con nuevos temas pero sin
olvidar los sucesos e introduciendo una serie de tiras cómicas y viñetas de la
mano de Julio y de otros dibujantes noveles. Páginas dedicadas al hogar de la
mano de Aurelia, reportajes comprometidos de la mano de Asunción ,
deportes y páginas de sociedad han hecho que “A media voz”” sea una de
las revistas de más tirada nacional.
Una vez recogida la cocina
Aurelia se mira en el espejo del recibidor, coje su bolso, baja a la calle y
toma el metro. Al salir en Ríos Rosas se encuentra con Asunción y antes de
subir a la redacción entran en el café que hay en el mismo edificio.
-
¿ Se puede saber que te pasa Aurelia? –
pregunta Asun mientras lleva a una de las mesas su café y el de su amiga.
-
No me pasa nada que no sea normal y que no
deseara desde hace tiempo - contesta Aurelia sentada ya a la mesa, echando
azúcar a su café.
-
¿ Entonces? ¿ a qué viene esa cara de
preocupación?
-
No sé como empezar, Asun, bueno si sé pero
no me atrevo a decir nada todavía, después de la últimas vez tengo un poco de
miedo.
-
¿Me dejas adivinarlo? ¿Crees que estás
embarazada de nuevo?
-
Sí, creo que el viaje a París ha sido muy
fructífero en todos los sentidos y..
-
¿Lo sabe ya Gustavo? Pregunta Asunción
interrumpiendo a su amiga.
-
No, aún no...ya te digo que tengo miedo.
-
Aurelia, el hecho de que después del
nacimiento de Clara tardaras en quedarte embarazada y después tuvieras un
aborto, a las pocas semanas, no quiere decir que no pudieras tener más hijos.
Te lo dijeron los médicos - le recuerda Asunción.
-
Sí, ya lo sé, según ellos todo es
psicológico y el aborto que tuve no causo daños físicos pero no puedo evitarlo
ni olvidarlo. Con la ilusión que teníamos por darle un hermanito a Clara -
recuerda Aurelia con cara triste - y voy yo, a las dos semanas de estar
embarazada, cojo el sarampión y pierdo al niño.
-
Fue una experiencia muy desagradable
y te entiendo pero no fue tu culpa. Ahora no tiene porqué pasarte nada, puedes
llevar el embarazo a término sin ningún problema. Díselo a Gustavo y consulta a
tu médico, Aurelia.
-
¿ Estás segura de que todo va a ir bien?
-
¡Aurelia! No soy ni médico ni adivina, pero
creo que el viaje a París estaba predestinado, no sólo para casarte de nuevo sino
también para hacer realidad vuestro sueño.
-
¡Ojalá sea así! ¿ Te he dado ya las gracias
por haber ayudado a Gustavo a prepararlo todo?
-
Sí, me has dado las gracias más de mil veces y
también me has regañado otras tantas por habértelo ocultado – ríe Asunción,
levántandose ya de la mesa - ¿vienes a trabajar o hacemos novillos?
Aurelia se levanta y sigue a su
amiga; se encuentra un poco más reconfortada y decide llamar al médico
para hacer una cita. Esta noche se lo contará a Gustavo.
La mañana se pasa en seguida y
por la tarde Aurelia visita al jefe de cocina, de un famoso restaurante de
Madrid, para escribir un artículo. Asunción se pasa parte de la tarde debatiendo con Julio; quiere cubrir un reportaje sobre un tiroteo que se acaba de producir en Vallecas y en el que han resultado detenidas unas cuantas mujeres por parte de Guardia Civil. El parte escueto que les ha llegado apunta a que las mujeres iban armadas.
Por la noche y después de la cena
cuando Clara ya está en la cama, Aurelia le lleva una copa a Gustavo a su
despacho y..
-
Gracias cariño, termino en seguida, me bebo
la copa contigo en el salón ¿ no tomas tu nada? –pregunta Gustavo.
-
No, no quiero copas, un vasito de vino al
día es suficiente - contesta Aurelia con una sonrisa en la boca - prefiero
beber leche.
-
¿ Y eso? ¿Te encuentras bien? – se extraña
Gustavo, levántandose de su silla y tomando a Aurelia de la mano abandonan el
despacho.
Ya en el salón, sentados los dos
en el sofá Aurelia le cuenta a su marido sus sospechas y la cita que tiene para
el día siguiente con el médico.
-
¿ Desde cuando lo sospechas?- pregunta
Gustavo con una sonrisa de oreja a oreja.
-
Desde hace unas semanas, desde que
estuvimos en París no me ha venido el periodo y aunque no tengo vómitos como
con Clara tengo hambre a todas horas.. y los pechos están muy sensibles, están
como hinchados y..
-
¿ Me dejas comprobarlo? – dice Gustavo al
tiempo que comienza a desabrocharle los botones de la blusa .
-
No seas tonto Gustavo, no sigas por favor,
que esto es muy serio.
-
Lo que yo tengo en mente también lo es.
-
Ya, ya lo sé y sabes que me encanta pero necesito
hablar primero porque estoy preocupada.
-
No tienes porqué estarlo Aurelia, esta vez
todo será diferente, estoy seguro.
-
Yo también lo estoy empezando a creer
Gustavo y es lo que siempre hemos querido pero ¿ No se van a llevar muchos años?
¿Cómo va a reaccionar Clara? ¿ no soy ya demasiado mayor para un embarazo? y...
-
¡Para!, -le dice Gustavo poniéndole su dedo
sobre sus labios- ...!para Aurelia!. Estás diciendo tonterías, cariño. Primero
no eres nada vieja; yo nací cuando mi madre ya pasaba los 40 y nunca me
importó tener una madre mayor porque era una madre fantástica y tú, mi amor, tu
aún estás lejos, muy lejos de cumplir 40 asi que olvida eso. Segundo, sí, se
van a llevar muchos años pero no por eso va a dejar de ser un hermano o hermana
bien recibido por parte de Clara o ¿se te ha olvidado lo cariñosa que era con
el pequeño de Héctor y Asun?
-
No, no se me ha olvidado, ese diablillo le
vuelve loca a Clara y cuando nació no hacía otra cosa que pedirnos un hermanito
como tenía María pero..eso era entonces ¿ y ahora?
-
¿Quieres que la despertemos y se lo
preguntamos?
-
No, no, ahora no, ya se lo diremos mañana
cuando el médico lo confirme y..! para de besarme de esa forma en el cuello que
no me dejas hablar! - dice Aurelia riéndose
-
No hay nada más que hablar cariño, tenemos
muchos meses para hacerlo, ahora quiero celebrarlo contigo a mi manera, a tu
manera y no te preocupes, seré muy delicado; el pequeño no se enterará pero
sentirá nuestra unión y nuestro cariño – dice Gustavo levántandose del sofá con
Aurelia de la mano dirección al dormitorio.
A dos manzanas de la casa de
Aurelia, Asunción y Héctor se disponen a meterse en la cama; María hace rato
que duerme y el diablillo de su hermanito parece que por fin ha cogido el
sueño. Dos niños completamente distintos como dice su abuela Felisa: <<
la una es calcada a la madre y el otro al padre >> , aunque a éste no le
ha conocido de pequeño y sabe que no ha tenido una infancia muy feliz, presiente
que en circunstancias normales hubiese sido tan travieso, listo y gracioso como
es su hijo ¡un verdadero diablillo para comérselo!. Los dos tienen la sonrisa
del padre pero el peque ha sacado además los ojos del padre.
-
¿Sabes que Aurelia quizá esté embarazada de
nuevo? – le dice Asunción a Héctor ya metidos los dos en la cama y reposando su
cabeza sobre el pecho de su marido.
-
¿Seguro? ¡qué buena noticia!
-
Seguro no es, mañana se lo confirmará el
médico pero ella tiene miedo por lo de la otra vez.
-
La otra vez fue mala suerte, ella no tuvo
la culpa de nada, el colegio tenía que haber avisado de que había sarampión,
Aurelia no podía adivinarlo..pero en parte la entiendo, ya sabes que sé lo que
es perder a un hijo y me imagino sus miedos, yo también los tenía con María.
-
¿A sí? Nunca me dijiste nada.
-
No quería agobiarte con mis miedos
aunque... estuve a punto de pedirte que te quedaras en casa, cuando estabas con
el reportaje del atraco a la joyería de Montera.
-
Gracias por no decirme nada, ya sabes como
me pongo cuando intentas prohibirme algo y ya viste que tus miedos eran
infundados ...además yo misma decidí dejar el trabajo de campo y pasar más
tiempo en la redacción.
-
¡Afortunadamente! – dice Héctor rotundamente
y prosigue en un tono más suave- siempre has sido una chica muy sensata.
-
Tendrás mala idea y ¿tú? ¿qué pasa con los
riesgos de tu trabajo?- responde Asun levantando la cabeza para mirarle a los
ojos.
-
Ahí me has dado... pero no es lo mismo y no
te enfades, por favor.
-
Claro porque eres hombre ¿verdad?, bueno
dejemos eso que estábamos hablando de Aurelia...a ella le preocupa también la
diferencia de edad entre los dos. María sólo se lleva unos años con su
hermanito y Aurelia tiene miedo a ser una madre vieja.
-
¿Vieja? Pero si sólo te lleva a ti unos
años y tu estás en plena juventud.
-
¡Qué exagerado que eres Héctor! – ríe
Asunción
-
Se me ocurre una idea – dice Héctor
mientras sus manos se pierden por debajo del camisón de Asun.
-
¿A sí? Cuénta, cuenta...
-
¿Y si intentamos que te quedes tú también
embarazada? Asi tendrá el peque que ellos tengan un amiguito con quien jugar de
su misma edad. ¿qué te parece?
-
Pero...!eres de lo que no hay! ¿Tú quieres
que nos llamen los copiones del barrio?
-
¿ Por ?- pregunta Héctor con cara de
inocente
-
¡Qué memoria que tienes para algunas cosas!
–ríe Asun y añade, mientras su mano también se pierde por debajo de la sábana-
Cuando Matilde se quedó embarazada yo también me quedé, Aurelia y Gustavo se
vuelven a casar en París y tú preguntas si yo también quiero y ahora lo del
embarazo y....
-
¡Qué nos llamen lo que quieran! ¿ lo
intentamos?
-
La idea es tentadora pero esperemos a
nuestra boda en Venecia, mientras tanto disfrutemos de nosotros con
precauciones ¿vale?
-
Sus deseos son órdenes señora Perea- dice
Héctor ya sobre Asunción.
Fin.
Estoy volviendo a releer tus primeros relatos para acordarme de lo que contabas en ellos y la cronología para ajustarme a esos datos ahora que me voy acercando a la fecha en que he de cuadrarlos... aunque aún me quedan unos cuantos meses... voy por Septiembre de 1968, y hasta Mayo de 1969 que empezaste tú, aún tengo carrete... ¡pero me encanta volver a disfrutarlos de nuevo...! ¡y tranquila que no me he olvidado de mi blog...! a finales de esta semana publicaré una nueva entrega... ;) Un beso muy fuerte, y seguimos en contacto... :)
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