Verano en Italia
Agosto 1973
Peschiera del Garda, a orillas del
lago del mismo nombre y a 30 kilómetros de Verona, es el lugar elegido por la familia White para pasar unas semanas en
Italia.
Gracias a la empresa de Torrejón ha conseguido dos casas en el Lago del Garda y la familia Perea ha aceptado la invitación y acaban de llegar.
Es la primera vez que las dos familias van a pasar unos días juntos, Asunción va a echar de menos a Aurelia, quien ha convencido a su marido para volar a Nueva York, pero se alegra por su hija. Este verano, definitivamente las vacaciones de todos van a ser distintas, muy distintas.
Gracias a la empresa de Torrejón ha conseguido dos casas en el Lago del Garda y la familia Perea ha aceptado la invitación y acaban de llegar.
Es la primera vez que las dos familias van a pasar unos días juntos, Asunción va a echar de menos a Aurelia, quien ha convencido a su marido para volar a Nueva York, pero se alegra por su hija. Este verano, definitivamente las vacaciones de todos van a ser distintas, muy distintas.
Felisa y Trino, tras mucho insistir
toda la familia, visitan a su hijo Pedro en Suiza y la familia Olavide, junto con
Irene, se encuentra en Los Estados Unidos, visitando a la madrina de Irene y Aurelia disfruta de Broadway junto a las dos Irenes y su hija, mientras Steven y Gustavo se quedan con los mellizos.
La familia Bonilla, por su parte,
pasa este mes de agosto en la península de Istria, en Croacia, frente a la
costa de Italia bañada por el Adriático, invitados por una cadena de hoteles, de la que es accionista y que acaba de abrir un hotel a medio camino entre Porec y Rovinj, cerca del Limski canal.
Tempus fugit dicen y es verdad, tres años han pasado desde la comunión
de Dani. Si entonces le faltaba pocos días para cumplir los 9 y era un
diablillo que empezaba a portarse seriamente, cuando la ocasión lo requería, ahora
a sus 12 añitos, a punto de empezar séptimo de EGB, no pierde envite a la hora
de hacer travesuras e incluso sabe guardar secretos, si a alguien se le ocurre
una idea para dar una sorpresa como ya veremos.
Lo mismo pasa con Javier, también
doce años, más serio que su amigo y muy responsable con su hermanito, sigue abierto a cualquier idea de Dani.
María, Suzanne y Clara , las tres
ya con 16 años cumplidos, cambian el colegio y su uniforme por el Instituto
López de Vega. En octubre empezarán COU, curso que ha sustituído al Preu
que le tocó a hacer a Irene, quien acaba de terminar su primer año en la Real
Escuela Superior de Arte Dramático con notables y sobresaliente en las
asignaturas de Historia del Teatro y en la de Interpretación.
Raúl y Marta son unos preciosos
críos de tres añitos que hacen las delicias de todos al igual que Sergio
Bonilla que con sus dos años y medio llama la atención por su pelo rizado y su
eterna sonrisa en la cara.
Tim White sigue en Mardrid, acaba
de aprobar con nota su primer año en la escuela Técnica de Telecomunicaciones y combina sus estudios trabajando con su padre, en T.Instruments, una empresa
americana en Torrejón, de la que su padre es director desde hace dos
años, tras darse de baja en el cuerpo diplomático.
Las notas de felicidad siguen
sonando para todos ellos pero el año pasado hubo de lamentar la muerte del
padre de Aurelia. Falleció mientras dormía y el óbito afectó a Trino que le
sigue echando de menos. Los dos abuelos se habían hecho muy buenos amigos, solían jugar
a los dados, a la hora de la merienda, mientras comentaban como orgullosos padres,
los éxitos de sus hijas.
Irene sigue viviendo con los padres de Asun y siguen gozando de buena salud, pero la edad no perdona y aunque mantienen
la portería, es Engracia la que se
encarga de las tareas más arduas.
Gustavo continua con su bufete,
cada vez con más clientes y a Bonilla y a Héctor tampoco les falta el trabajo,
al revés, los dos imparten clases en la escuela de policía como pofesores
invitados tres veces al mes.
Matilde sigue ayudando en el
despacho a su marido y Aurelia ha publicado, con mucho éxito, su primera novela
corta juvenil, después de haber triunfado como escritora infantil. Su foto se
puede ve en muchas librerias, la fama la lleva bien. Asunción por su parte, también ha editado su
segunda novela policiaca, la primera va por la tercera edición, pero su foto
sigue sin aparecer en la solapa de las novelas.
Estrella sigue llevando el estanco de Matilde, Miguel su taller y Diego sigue creciendo aunque últimamente ha estado malito.
Estrella sigue llevando el estanco de Matilde, Miguel su taller y Diego sigue creciendo aunque últimamente ha estado malito.
A Julio tanto en lo laboral como en
lo privado le va muy bien, “A media voz” vende mucho y ha
conseguido un galardón y a finales de agosto, si los planes no se estropean
tienen, todos ellos, una cita en una ciudad italiana.
20 de agosto de 1973
-
Me parece mentira estar aquí – dice Asunción sentada con
Héctor en una de las terrazas de la plaza de Bra frente al Anfiteatro mientras
esperan, que Tim y María vengan con las
entradas para la representación de Aida.
-
Lo que a mi me parece mentira – dice Héctor robándole una
bola de helado a su mujer- es que me hayáis
convencido para ver una ópera.
-
Verás como te
gusta y deja ya de comerte mi helado – dice riéndose- no creas que no sé que
hubieras preferido quedarte en el lago con los White y tu hijo ¿pero no te cansas de navegar?
-
No sabía que fuera tan divertido y el padre de Tim al
igual que Suzanne navegan muy bien, lo que me extraña es que hayas permitido
que Daniel salga con ellos dos.
-
Ya no tiene 6 años y no creo que se caiga de nuevo al
agua, ahora ya sabe nadar, lleva chaleco y además me he dado cuenta que le hace mucho caso a
Glen.
-
Tardan un poco, ¿no? – dice Héctor dudando si pedir otra
cerveza o un helado pues los chicos se retrasan – ¿sabes a dónde vamos a ir
ahora?
-
Qué impaciente eres a veces Héctor, no hace ni cinco
minutos que se han ido, además habrá cola, anda , términate mi helado – dice su
mujer cogiendo la guía de Verona que acaba de comprar – creo que tienen un programa muy completo: la
plaza del Erbe y la casa de Julieta antes de comer, por la tarde el museo
arqueológico, al otro lado del río y una torre, que ahora no encuentro pero que
se puede ver toda Verona desde arriba según la madre de Tim.
-
¡Qué programa! ¿No vamos a tener tiempo de refrescarnos
antes de ir a la ópera? – comenta Héctor que comienza a tener envidia de muchos
turistas que van con pantalones cortos y sandalias.
-
Sí hombre, sí, nos da tiempo volver a Peschiera, cenar
algo ligero, cambiarnos y volver a tiempo
a la ópera, hasta las 9 de la noche no comienza ..¿ a tí te pasa algo hoy,
estás un poco gruñón? Y alegra esa cara que tu hija ya viene - dice viendo aparecer por la esquina a María y a Tim cogidos de la mano.
-
No, no me pasa nada pero hace mucho calor y yo con
pantalones largos, chaqueta, calcetines y zapatos cerrados.
-
Es verdad ¡pobre! – dice Asunción rodeando con sus brazos
a su marido dándole un cariñoso beso justo en el momento en que Tim y María
llegan a la mesa.
-
¡ Mamá que estás en la vía pública!- dice María
tronchándose de risa.
-
Estamos en Italia, en el país del amor – comenta Tim
-
¡Tú ten cuidado con tus comentarios Tim y no te
contagies! – contesta Héctor levántandose ya de la terraza echando a andar con
Asunción de la mano.
Los cuatro caminan por la vía
Stella comentando todo lo que ven y al llegar a la via Capello se paran ante la casa de los
Capuleto. Tim hace una foto de la inscripción que hay sobre el arco que da
entrada al portal de la casa.
<< QUESTE FURONO LE CASE DEI CAPULETI - D'ONDE USCÌ LA GIULIETTA - PER CUI - TANTO PIANSERO I CUORI GENTILI - E I POETI CANTARON.>>
Nada más entrar ven la pared derecha llena de notas con los nombres de
las parejas que han visitado el recinto. Asunción quiere también dejar la suya.
-
¿Vosotros también?
- pregunta Héctor dejando a María muy sorprendida
-
¿No te importa? –
pregunta María a su vez
-
No, no pasa nada,
al menos no soy yo el único que hace el tonto – contesta su padre mirando a
Tim.
Asunción asiste divertida sin decir nada y saca de su boso el bloc que siempre
lleva consigo, arranca un hoja, la dobla en dos partes, le da una a su hija y
en la suya escribe :
Héctor y Asunción 20 de agosto
de 1973.. siguen amándose.
Y María escribe:
Tim y María 20 de agosto de
1973 y Tim escribe debajo: Love.
Después las dos les dan las notas a sus Romeos y pegan, sobre los chicles que recubren
la pared, las cuartillas escritas y hacen una foto.
Una vez en el atrio comtemplan la fachada de la casa y deciden que Héctor
se quede abajo para hacer la foto del balcón.
Tim, María y Asunción suben las escaleras y recorren los dos pisos de la
casa, abiertos al público, con muebles de la época, sobreos en algunas
estancias pero llenos de leyenda.
En el primer piso encuentran el famoso balcón. Asunción se asoma, Héctor la ve y toma la foto, después hace otra a su hija, sin Tim claro está, se supone que Romeo tiene que trepar por el balcón y entonces entra él también en la casa, sube las escaleras y se reune con ellos.
En la habitación de Julieta se encuentran con una pareja joven americana,
en plena luna de miel, que le piden a Tim que les haga unas foto junto a la
cama de Julieta, la primera comiéndose con la mirada y la segunda dándose un amoroso
beso.
Asunción también quiere una foto con la cama a sus espaldas y Tim se ofrece a hacerla para que Héctor se ponga a su lado , quien teme que luego le toca a él hacerle a su hija y su amigo otra foto como así pasa.
Cuando salen de la casa de Giuletta, se encaminan a la plaza del Erbe. Tanto " love in the air" como comenta María no quita el que el estómago reclame su comida y allí, en uno de sus
restaurantes se sientan a comer y aprovechan para contemplar las fachadas de sus
edificios asi como los puestos que alegran esta bulliciosa plaza que no está
lejos de la Piazza dei Signori con sus palacios y en el medio Dante.
-
¿Les gusta Verona?
– pregunta Tim durante la comida
-
A mi me encanta –
dice Asunción – me parece todo precioso, es un museo al aire libre, todos los
edificios están cargados de historia.
-
A mi también me
gusta mucho aunque no necesito saber toda la historia de todos los edificios,
en eso me parezco a papá, son preciosos pero estar horas mirándolos como podrías
hacer tú, mamá, yo no, yo paso.
-
Gracias María, te
debo una – dice su padre guiñándola un ojo.
-
A mi madre le pasa
como a usted, pierde la noción del tiempo, se queda con la boca abierta y
enseguida saca su bloc y no se va hasta que no ha hecho un esbozo de lo que ha
visto, mi padre se sienta simpre en una terraza y lee la prensa para no
aburrirse - comenta Tim.
-
Tu madre pinta muy
bien Tim y el esbozo de la vista de Verona desde la torre es fantástico.
-
Sí, mi abuelo era
pintor pero la habilidad para dibujar y pintar sólo la ha heredado mi madre, mi
hemana y yo pintamos fatal.
-
No es verdad Tim,
tu dibujas muy bien – dice María
-
Dibujos técnicos
María, soy incapaz de dibujar un paisaje o el rostro de alguien como hace mi
madre- contesta el chico posando su mano izquierda sobre la mano derecha de
María.
Cuando Asunción termina su capucchino y Héctor su café largo de leche se
levantan y siguen pateando Verona hasta las 4 de la tarde, hora en la que
regresan en el coche a Peschiera, donde se reunen con Daniel quien ha
disfrutado de lo lindo navegando por el lago y está lleno de historias.
A las 8 y cuarto ya están de vuelta en Verona, vestidos más formalmente pero
de forma sencilla, la ópera no se representa en un teatro sino en el
anfiteatro.
Cuando dan con la puerta por la que tienen que entrar, suben las
escaleras que les lleva a la primera planta y allí reciben junto con el libreto
de la obra una velita.
Ante la extrañeza de Asunción la acomodadora explica que es para encenderla al principio de
la obra.
En efecto, el aforo, lleno de gente, se queda a oscuras cuando suenan las
primeras notas de la ópera, el público enciende las velitas y la arena
resplandece al tiempo que el escenario se va iluminando y comienza el primer
acto.
Pasadas las doce y media de la
noche la obra finaliza con un público puesto en pie, aplaudiendo a rabiar al
tiempo que no cesan de gritar: Bravo,
Bravo, Bravo.
Asunción, de camino a la casa, no deja de comentar lo que ha visto, le ha
encantado y no olvidará nunca. Los decorados expléndidos, el fervor del público
entregado a la obra, obra que se repite todos los veranos y que cuenta siempre
con espectadores nuevos pero también con un público que no se cansan de verla
pues cada año, su puesta en escena es diferente, ganando año tras año como le
contara la señora que ocupaba el asiento continuo al de ella, les ha ganado a
los tres pero cada uno tiene su propia vivencia.
Héctor reconoce que le ha gustado, quizá por el ambiente, el hecho de ser
al aire libre y el ver aun público tan entusiasmado le han mantenido despierto
y hasta ha disfrutado con ciertas escenas.
María no tiene palabras, ella recuerda como ha llorado con el final de
Aida y Ramandés, cuando Aida le dice a su amado: el ángel de la muerte nos unirá para siempre y el escenario se
queda a oscuras, fin de la obra , el público puesto en pie pero ella llora que
llora sin poderse contener hasta que Tim le pasa el brazo por encima de sus
hombros, le da un furtivo beso y le ofrece su pañuelo, gesto que no pasa
desapercibido a Héctor quien también ha tenido que secar las lágrimas de
Asunción.
Al llegar a la casa donde se hospedan, madre e hija bajan del coche y entran en ella. Héctor
acerca a Tim a casa de sus padres, donde Daniel duerme esa noche.
Las casas no están muy retiradas pero a esas horas no hay nadie por la
calle y no le parece prudente que el chico vaya andando a su casa, por muy
mayor de edad que ya sea según las leyes americanas, Tim no deja de tener 18
años y Héctor no lo ve como a un adulto.
-
Los planes van muy
bien Sr. Perea – dice el chico para romper el silencio
-
Confío en todos
vosotros y en tu coordinación y deja de llamarme Sr. Perea, llámame Héctor
¿vale?, por cierto ¿cuando te fijaste tú en mi hija por primera vez?- dice
Héctor a bocajarro.
-
En el pijama-party
de mi hermana – dice Tim sin intimidarse – su sonrisa, su mirada, su
espontaniedad me retuvo en el salón y mi hermana me tuvo que echar a
empujones...y no se preocupe tanto, mi padre no hace más que recordarme que
tengo una hermana de la edad de María.
-
Espero que no lo
olvides y recuerda también que si no canto el aleluya es porque sois aún
muy jóvenes pero no tengo nada contra tí.
-
Gracias Héctor. Mis padres ya tonteaban en la escuela primaria y mírelos, ya llevan 22 años casados - dice Tim bajándose del coche ante la puerta de la
casa donde está su padre fumándose un cigarrillos y saluda desde el
porche.
Mientras Héctor regresa a casa , María y Asunción siguen hablando en la
cocina con un té humeante sobre la mesa.
-
Mamá ¿Crees que
papá le va a leer alguna cartilla a Tim en el camino?
-
No, ¿por qué
tendría que hacerlo? – pregunta su madre
-
Es que papá ha
visto como Tim me besaba cuando yo estaba llorando con el final de la obra –
comenta su hija echando azúcar a su té.
-
No , no temas, no
le gusta mucho pero lo lleva mejor de lo que él cree. No es la primera vez que
tu padre ve como os besáis, ya os ha pillado en la fiesta de Julio por lo del
galardón de la revista ..¿no lo sabías? – pregunta Asunción al ver la cara de
asombro de su hija.
-
Lo siento, somos
muy discreto y...
-
No tienes que
disculparte María, confíamos en tí al igual que Glen y Jessica confían en Tim
¿de acuerdo?
-
Gracias, no os
vamos a defraudar – dice María terminándose su té dispuesta a irse a la cama
cuando oye entrar a su padre.
-
¿Aún levantadas?
¿Puedo unirme yo también a la charla? – pregunta Héctor.
-
Yo ya me iba a
acostar papá, al menos que quieras que me quede porque me tienes que decir
algo.
-
Nada urgente princesa
y no temas, no soy un ogro que devora pretendientes ¿vale? – contesta su padre
dándole un beso
-
Gracias papá, ya lo
sé, para mí eres el mejor padre del mundo ¿lo sabes, verdad?. Bueno, hasta
mañana y buenas noches a los dos – dice María besando a sus padres.
Ya a solas, en la cama, Héctor le asegura a su mujer que no le ha dicho
nada a Tim del beso, el chico le recuerda en parte a Bonilla cuando llegó a la
comisaria, muy preparado para su juventud, deseoso de aprender más, tímido y
honesto.
-
Son aún muy jóvenes
pero tengo que confesar que hacen buena pareja y entre ellos hay ya mucha
complicidad – termina diciendo Héctor acariciando el hombro derecho de su
mujer.
-
Me alegro cariño
porque a mi también me gusta Tim y sus padres están encantados con María....creo
que es una relación que va a ir a más- contesta Asunción acariciando a su vez
el pecho de su marido.
-
Espero que ese ir a
más no termine en cama antes de tiempo ¿ le has hablado a María de eso? –
pregunta Héctor todo azorado parando en seco las caricias.
-
Tranquilo mi amor.
María está bien informada, también sabe que hay pastillas pero que cuanto más
tarde comience mejor y estoy segura que va a esperar a ser más mujer...su
primera vez tiene que ser muy especial, me ha dicho, y yo la creo – dice Asunción
besando suavemente el pecho de su marido
-
Dejemos el tema
porque me marea y haré lo que tu siempres dices, confiar en ella..hasta hoy no
tengo quejas y ...
-
¿Vas a seguir
hablando hasta mañana? – le pregunta su mujer besándole en los labios.
Héctor ya no contesta, responde a sus caricias y se olvida del tema..al
menos por ahora.
23 de agosto
Tres días más tarde los dos matrimonios y Daniel van a Venecia en coche.
Glen White ha reservado habitaciones para el fin de semana, en un hotel, en el
que suelen alojarse muchos diplómaticos americanos y hacen descuento.
Tim, Suzanne y María van en tren a Venecia; no merecía la pena llevar dos
coches, al fin y al cabo allí no pueden utilizarlo.
El viaje transcurre sin problemas, el tren llega a tiempo a la estación de
Santa Lucía y al salir el Gran Canal da la bienvenida a los viajeros y María
exclama, al igual que todos los turistas:
-
¡Estoy en Venecia!
¡qué espectáculo!
-
Sí, la primera
impresión es muy positiva – dice Tim cogiéndo a María de la mano y sujetando con la otra a
su hermana del brazo al ver la cantidad de gente que hay ante la parada del vaporetto – vamos, no os separéis de mi que tenemos que buscar el que nos lleva al hotel.
-
No te preocupes que
no nos perdemos – contesta Suzanne soltándose del brazo de su hermano- no eres
el único que entiende italiano.
-
Ya lo sé pero si
hemos salido juntos, juntos llegamos ¿ de acuerdo Suzanne?
-
De acuerdo pero no
te pongas tan serio que vas a asustar a María.
-
No te escudes en
mí, Suzanne – dice María – tu hermano tiene razón.
-
¡Vaya par! –
contesta la chica riéndose pero siguiendo a su hermano que ya ha econtrado el vaporetto
correcto.
Una vez en el autobús acuático, María y
Suzanne miran a todos los lados, a la derecha, a la izquierda, a lo
largo del Gran Canal, casas increíbles que rozan el agua, puentes que unen las
orillas, una ciudad única, como único es su medio de transporte, con varias
paradas a lo largo del Canal, cerca de los puentes y en diez minutos ya han
llegado a su parada, cruzan el puente y la segunda calle a la izquierda es la
calle del hotel y comprueban que sus padres ya han llegado.
Para todos es la primera vez en Venecia, salvo para los padres de Tim
quienes, unos días antes de la llegada de la familia Perea, se han encontrado
con la familia Bonilla en esta ciudad.
Sus hijos lo sabían, en realidad todos los saben menos Asunción y según
se acerca el momento Héctor se va poniendo más nervioso, teme que ella se de
cuenta de lo que han planeado o se encuentren con el resto aunque la llegada de
ellos esté planeada para mañana y el encuentro tenga lugar en el barco
alquilado.
María, que no ha tenido tiempo de contarle a su padre, a solas, la llamada de Tin en la estación de Verona,
antes de subir al tren para Venecia, se da cuenta del nerviosismo de su padre y
cuando están terminando de comer, cerca del Puente Rialto le dice a su padre:
-
Papá, Tim ¿me acompañáis, mientras traen el postre, al
puente para comprar una cosa en uno de los puestos?
-
Encantado princesa
– contesta su padre que intuye que María le tiene que decir algo.
-
No puedes esperar
María – pregunta su madre
-
Sí claro, pero
luego me olvido en que puesto lo he visto porque no vamos a volver a pasar por
allí ¿o no?
-
No – dice el padre
de Tim – aqui mismo tomamos la góndola, pero no tardéis que si es helado de
postre me lo como yo.
-
De acuerdo,
correremos con el riesgo – dice Tim siguiendo ya a Héctor con María.
Ya en el puente Tim cuenta que ha podido hablar con Bonilla desde la
estación, que llegan esta noche con el último ferry de Rovinj a Venecia.
-
No se preocupe
Héctor – dice Tim – el hotel que han reservado está en la playa del Lido. Felisa
y Trino con Pedrito ya han llegado y el avión en el que la familia Olavide e
Irene venían de Nueva York ya había aterrizado en Zagreb, me dijo Bonilla,
estaba esperando que llegaran a Rovinj. Estrella y Miguel como nos temíamos no
vienen, a Diego le acaban de dar de alta y el médico les ha aconsejado que no
viajen pero se encuentra bien.
-
Gracias muchacho...¿Estás
seguro que mañana no nos vamos a encontrar con ninguno antes de tiempo? Ellos
también querrán ver la parte vieja.
-
Papá, están todos
advertidos, el sábado es la visita turística, mañana es vuestro día. El barco
que los padres de Tim y Bonilla han apalabrado está a nuestra disposició a
partir de las 3 de la tarde, nosotros llegaremos a las tres y media..todo va a
salir biem pero si sigues mirando para todos los lados como un sabueso mamá lo
va a notar..!qué no estás trabajando en un caso! ¿vale?
-
Sí vale, lo
intentaré y las esclavas de plata con los nombres ¿quien las tiene y el
vestido?
-
Héctor está usted
como un flan, por favor confíe en nosotros. Todo va a salir bien, mi madre lo
tiene y la excusa es perfecta– dice Tim
-
Vámos papá – le
dice María dándole un abrazo y un beso – y ahora a comprar cualquier tontería
¿una máscara de carnaval? ¿os gusta esta? – dice con una en la mano.
María paga la máscara y regresan a la terraza a tiempo para comerse sus
helados y acontinuación se suben a las góndolas para pasear por los canales.
Daniel con sus padres en una y Suzanne con ellos mientras que
María se sube en la que va Tim con sus padres y con las manos
entrelazadas disfrutan de las vistas mientras Jessica, con bloc en mano, hace un esbozo de su hijo y María.
El ambiente festivo que se respira en el agua es muy especial, las góndolas con turistas que se cruzan se saludan y en los canales más estrechos se maravillan de la maniobra de los gondoleros.
El ambiente festivo que se respira en el agua es muy especial, las góndolas con turistas que se cruzan se saludan y en los canales más estrechos se maravillan de la maniobra de los gondoleros.
El paseo termina al cabo de una hora en la Piazza de San Marcos donde se dejan fotografiar con las palomas y visitan la Basílica y el palacio Ducal.
Más tarde toman algo en una de sus terrazas y regresan andando al hotel y durante la cena, en la terraza, un camarero se acerca a la mesa y pregunta por el señor White.
-
Excuse sr. pero
llaman de la embajada de los Estados Unidos preguntando por usted ¿le saco el
teléfono o entra usted?
-
Gracias, ya entro
yo.
Cuando Glen vuelve les cuenta que están todos invitados a una recepción en un barco de vela en la playa del Lido.
-
¿Cómo es eso? –
pregunta Jessica haciéndose la sorprendida
-
Ya sabes que Grand
nos invitó cuando le vimos en Peschiera ¿no te acuerdas?.. le dijimos que no
veníamos solos y aunque yo no se lo confirmé llama para recordármelo.
-
¿A qué hora es la
fiesta papá? – pregunta Suzanne
-
A la 4 de la tarde,
traje de cóctel para las mujeres y chaqueta blanca para los hombres.
-
Perdonad – dice
Asun – pero nosotros no vamos, para empezar ni tan siquiera tengo un traje de
cóctel ni Héctor una chaqueta blanca.
-
Eso no es ningún
problema Asunción, yo tengo dos trajes en mi maleta y Glen chaquetas
de sobra...ya estoy acostumbrada a estas cosas y por eso viajo siempre con ropa
para todas la ocasiones..y como no puedo decidirme por los vestidos siempre
echo dos.
-
Mamá por favor –
dicen Daniel y María a la vez – nunca hemos estado en una fiesta en un barco y
además de una embajada.
-
No sé yo, ¿Héctor
tu que dices? – pregunta Asunción.
-
Me uno a mis hijos,
también tengo curiosidad y seguro que el traje de Jessica te sienta de
maravilla.
-
Vale, acordado –
dice Glen levantándose – voy a confirmar nuestra asistencia.
Por la noche Asunción le da vueltas al asunto de la fiesta y no
termina de verlo claro. Cuando han
subido de la cena Jessica le ha enseñado dos trajes cortos preciosos, uno de
color crema con un hombro al aire libre y una rosa en el otro hombro como
broche y el otro, de color plata con un escote en la espalda de
vértigo.
Aunque los dos vestidos le gustan no duda en elegir el vestido de color
crema con pamela haciendo juego y del armario de Glen, Jessica sacó una
chaqueta para Héctor.
-
Héctor – le dice a
su marido mirando el vestido y la chaqueta - ¿te parece a ti normal que viajen
con estas cosas para un fin de semana?
-
Normal, normal, no
sé, ya no es diplomático pero como director de una gran empresa tiene muchos
compromisos y en cualquier momento le puede surgir uno..de todos modos ya se lo
habían comentado con anterioridad ¿No te gusta el vestido?
-
No, no es eso..no
me gusta ponerme ropa de nadie pero bueno, si a todos os hace ilusión por una
vez lo haré.
-
Deja de pensar
tanto, vámos, ven a la cama que estás muy guapa con ese camisón corto ¿es
nuevo?
-
Héctor tu estás
tonto – ríe Asunción acostándose y acurrucándose en los brazos de su marido.
Tanto Héctor como María no pueden conciliar el sueño. Cada uno con sus
pensamientos pero los dos pensando en la misma persona.
Héctor teme que pase algo durante la mañana y estropee los planes pero
también teme que su mujer se enfade con él, hace 4 años le hizo prometer que si
renovaban sus votos a los doce años y medio de casados no quería sorpresas y
mañana la va a tener, la sorpresa que vienen planeando desde hace dos meses y
en la que todos han contribuído, sobre todo la familia White.
María también está preocupada, espera que su madre no se enfade y les
perdone la jugada, no duda de que no quiera “volver a casarse con su padre”, de
eso está segura pero sí de no haber respetado su decisión de “sin sorpresas”.
Todo este asunto ha servido para que su padre y Tim se conozcan más, de sr.
Perea ha pasado a llamarle Héctor a secas y ya no se deja intimidar por la
mirada de su padre y este no carraspea cuando les ve de la mano o darse un
piquito en los labios.
En un hotel de la playa de Lido, los invitados a la boda sorpresa ocupan
desde hace dos horas sus habitaciones.
Aurelia y Gustavo, cansados de tantas horas de vuelo, más el viaje en
coche por las carreteras croatas hasta llegar al punto acordado con Bonilla
para tomar, horas más tarde un ferry, cree que merece un premio por su
esfuerzo.
Aurelia se maravilla de lo bien que ha ido todo, Marta y Raúl han
aguantado mucho, no han dado guerra y han dormido a sus horas, también es
cierto que Clara e Irene se han ocupado mucho de los mellizos, han sido las
niñeras perfectas y ellas están, como no podía ser menos, impacientes por
reencontrarse con Suzanne y María.
Aunque saben que María y Tim son casi inseparables, su amiga y prima
sigue encontrando el tiempo para estar con ellas.
Felisa y Trino están maravillados de todo lo que han visto en Suiza, todo
muy bonito pero todo muy extraño, apenas
unas horas en Croacia e Italia y ya se sienten más cerca de casa.
Matilde y Bonilla han tenido que esforzarse para que Javier no notase
tanto la ausencia de Daniel y el pequeño Sergio, afortunadamente, tampoco está
dando guerra.
24 de agosto
La mañana del 24 amanece calurosa,
se desayuna con tranquilidad y Jessica invita a Asunción y a las chicas a ir a
peluquería mientras los hombres pasan el tiempo en la piscina del hotel.
Lo de la peluquería es lo que le da
la pista a Asunción, algo están planeando y de repente una idea se le viene a
la mente, cierra los ojos y recuerda como cuatros años atrás ella se la jugó a
su amiga participando en la ceremonia de Paris. Comienza a rebobinar y ciertas
cosas que no le terminaban de encajar en estos dos meses están empezando a
cuadrar perfectamente. Ahora comprende lo del vestido de cocktel y se ríe, no
merece la pena enfadarse, no sabría por dónde empezar, lo mejor es seguirles el
juego y hacerse la sorprendida pero su marido si se va a enterar cuando estén a
solas.
A las cuatro en punto y en dos
góndolas llegan a la playa del Lido y alli, aunque Asunción se hace la sorprendida, se sorprende de verdad aunque ella también sorprende con el elegante vestido de
cóctel y la pamela, según su marido “ está para quitar el hipo”
En una parte de la cubierta, hay un
pequeño altar adornado con flores blancas donde un sacerdote italiano espera a
los novios.
Filas de sillas y en ellas sus
seres queridos..sus padres, su hermano Pedro, Aurelia y Gustavo, Julio y su
amigo, Matilde y Bonilla, Clara e Irene que se han fundido en un gran abrazo
con María; Javier que ha dado saltos de alegría a ver a Daniel, los mellizos y
Sergio con chalecos salvavidas y unas cestitas con pétalos de rosas blancas y entonces,
cuando no ha dado ni dos pasos, Héctor se pone delante de ella, la coge las
manos y dice:
- Sabes que eres todo para mí, que me haces muy
feliz y sería aún más feliz si aceptases volver a casarte comingo ¿qué me dices?
-
Sí - responde ella de inmediato y eso que se había propuesto hacerle esperar unos segundos pero la emoción la puede y sin pausa añade - de mil amores, mi amor.
La ceremonia es corta pero el paseo
por el Adriático en el barco dura unas horas.
Los novios lucen en sus muñecas las
esclavas que se han intercambiado con sus nombres y la fecha de hoy.
En un lateral, la tripulación sirve el buffet a los invitados que gusten de comer algo caliente y el champán
corre libremente.
María y Tim bailan al son de la música
italiana al igual que sus padres y mientras la noche cae el barco regresa al Lido para que sus pasajeros vuelvan a sus hoteles, todos exceptos los novios.
El matrimonio White se despide de Héctor y Asunción, prometen cuidar bien de sus hijos y regresan con ellos al hotel en el último vaporetto que sale para el puente Rialto.
El matrimonio White se despide de Héctor y Asunción, prometen cuidar bien de sus hijos y regresan con ellos al hotel en el último vaporetto que sale para el puente Rialto.
Asunción y Héctor se quedan solos
en el barco de vela, solos pero con una pequeña tripulación pues el regalo de
novios incluye un mini crucero para el día 25, es decir, mañana mismo por la
costa Adriática . El domingo por la mañana volverán al hotel y el lunes
regresarán a Peschiera .
En el hotel Tim y María se dan la buenas noches con un beso delante de Daniel y de los padres de Tim y María dice:
En el hotel Tim y María se dan la buenas noches con un beso delante de Daniel y de los padres de Tim y María dice:
-
Mis padres son únicos, se empeñaron en llevarme en su
viaje de novios aunque mi abuela protestara pero ahora ! por fin! entre todos
hemos conseguido que tengan una luna de miel a solas, gracias a todos.
-
Yo siempre he sabido que son únicos por eso tú eres tan
especial y me gustas tanto, sweetheart - dice Tim
- ¿Y yo qué? ¿no soy especial? ¡qué también son mis padres!- protesta Dani.
La familia White ríe la salida de Daniel y le aseguran que él es también muy especial pero para Tim su hermana lo es un poquito más.
La familia White ríe la salida de Daniel y le aseguran que él es también muy especial pero para Tim su hermana lo es un poquito más.
- Ya lo veo, ahora empiezan estos dos también con los besitos, como si no tuviera bastante con mis padres !voy listo!..
- Anda, calla, que ya te llegará a ti la hora, vámos para dentro que es hora de dormir- dice Tim entrando con Daniel en la habitación que comparten mientras Maria abre la puerta de la habitación que ella comparte con Suzanne y sus padres abren la que ellos ocupan.
En el camarote nupcional la ropa está esparcida por el suelo, los novios han perdido la noción del tiempo, como hace doce años y medio, pero sin María en el sofá, hacen el amor en alta mar, aquella vez fue en el barco que les llevó a Tenerife y este les lleva a Rimini donde les han dicho que pueden desembarcar para comer y pasar la tarde; por la noche regresarán al Lido pero la pareja que ha renovado sus votos de casados, con un sacerdote italiano sin saber ni papa de español tan solo tienen ganas de ellos y quisieran anclar el tiempo en medio del mar.
En el camarote nupcional la ropa está esparcida por el suelo, los novios han perdido la noción del tiempo, como hace doce años y medio, pero sin María en el sofá, hacen el amor en alta mar, aquella vez fue en el barco que les llevó a Tenerife y este les lleva a Rimini donde les han dicho que pueden desembarcar para comer y pasar la tarde; por la noche regresarán al Lido pero la pareja que ha renovado sus votos de casados, con un sacerdote italiano sin saber ni papa de español tan solo tienen ganas de ellos y quisieran anclar el tiempo en medio del mar.
FIN . Finito. The End. Einde.
Ende.
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