Víspera de Reyes y tarde de regalos.
El día de la cabalgata amanece como un día
cualquiera pero la salida inesperada de Bonilla y Héctor complica las cosas. Presenciar
el paso de su majestades y su cortejo peligra seriamente, quizá no pueda ser
posible.
Aurelia no está
como para acercar a los críos ni a Cibeles y menos a la Plaza Mayor.....ese cinco de enero se levanta bastante cansada y después de venir, del que
quizá sea su último reconocimiento antes de dar a luz , prefiere quedarse en
casa. Todo está bien le han vuelto a decir y ella lo sabe, como sabe la razón
de su cansancio.
Dormir a piernas
sueltas, dormir toda la noche de un tirón es algo que Aurelia echa de menos
desde hace unas semanas pero en los últimos días las visitas nocturnas al baño
han aumentado en frecuencia e incrementan su cansancio matinal.
Esa tarde la dedica
a envolver algunos regalos de reyes, aquellos que ha ido comprando a lo largo
del año para las chicas y los chicos, según los veía y pensaba << eso me
gusta para Dani o para Javi etc, etc >>.
Asunción por su
parte, y como ya se sabía, ha tenido que acompañar a Julio a la Recepción de
Año Nuevo en el Club de Prensa y la cita
de Gustavo en Las Salesas lleva meses anotada en su agenda.
En las agenda de
Bonilla y Hector el cinco de enero está marcado con las palabras “” cabalgata a
las 19 horas”” en rojo pero la llamada de Vallejo, a las 3 de la tarde, hace
que no cumplan con lo programado.
Un giro inesperado en un caso bastante complicado les lleva a Ocaña donde Vallejo ha conseguido, gracias a sus contactos, que puedan interrogar a un preso cuya información puede ser crucial para dicho caso.
Un giro inesperado en un caso bastante complicado les lleva a Ocaña donde Vallejo ha conseguido, gracias a sus contactos, que puedan interrogar a un preso cuya información puede ser crucial para dicho caso.
No queda más
remedio que ver la cabalgata por televisión y Matilde propone verla en su casa
todos juntos. La propuesta es aceptada por todos y Gustavo lleva a su hija a
casa de Bonilla de paso que va al tribunal. Héctor hace lo mismo con Irenita,
María y Dani antes de tomar la carretera de Andalucia en compañía de Bonilla..
Bien porque los
pequeños ya no creen en los reyes o bien porque la merienda que Matildes les ha
preparado les va a compesar con creces el caso es que ni Javier ni Daniel ponen reparos y a las
chicas les da lo igual, el interés por asistir a la cabalgata pertenece al
pasado, se sienten ya mayorcitas como para estar recogiendo caramelos del suelo
e ir acompañadas de toda la familia...si las hubieran dejado ir solas quizá el
interés hubiese sido otro.
La noche, a pesar
de todo, sigue siendo mágica y todos quieren pasarla en su propia casa. Gustavo
viene a recogerles a las 21 horas y tras dejar a Irene y a los hermanos Perea con
su abuela, pues ni Héctor ni Asunción han llegado aún, sigue camino a su casa
sin entretenerse.
Cuando Héctor a
las 21.30 llega a su casa pasa primero por la portería a recoger a sus hijos, como
se temía la recepción de Asunción se ha alargado más de la cuenta y Felisa se
lo confirma.
Más tarde, a las
22.30 cuando los niños ya están en la cama, Julio deja a Asunción en su casa.
Héctor
ayuda a su mujer a quitarse el abrigo, saluda a Julio, toman unas copas y
hablan de la recepción. A las 23 en punto Julio les deja solos y el matrimonio
Perea saca los regalos de sus escondites y los colocan junto al árbol.
Asunción busca y
rebusca en su bolso el regalo para su marido pero no lo encuentra, haciendo memoria recuerda que se lo ha dejado
encima de su mesa en la redacción y le pide disculpas a Héctor.
<< LA CABALGATA DE LOS REYES MAGOS DESFILO POR LAS CALLES DE
MADRID RODEADA DE UNA GRAN BRILLANTEZ.
Setenta y siete conjuntos, carrozas de temas
biblíco, representación de la Fuerzas
Aéreas norteamericanas, rondallas y tunas universitarias.... >> [i]
Titular del
periódico ABC del martes 6 de enero enumerando las diferentes “bandas de
trompetas y tambores” que acompañaron a sus majestadas desde el parque del
Retiro a la Plaza Mayor con parada en el Círculo de Bellas Artes y que Asunción
lee de prisa y sin prestarle gran atención mientras mira de reojo a Dani , que no deja a su
hermana acercarse al Scalextric que le han dejado los reyes, temorosa de que se
enzarcen en una discusión. La entrada de Héctor con el roscón y el aviso de que
los reyes les están esperando en casa de los abuelos da paso a una tregua. Dani
y María bajan las escaleras corriendo mientras Asunción le comenta a Héctor:
- Has llegado a tiempo. Dani no quiere ver a
María cerca de sus scalextric y María no está por la labor de que su hermano
marque territorios en espacios comunes.
- Mujer, era de esperar, con las ganas que
tenía de tenerlo. Dentro de unos días, cuando se le pase la novedad, dejará a
su hermana y a su prima que jueguen con él.
- No sé yo, cuando éramos pequeños no
teníamos tantos reyes y lo compartíamos todo. ¿Te has dado cuenta de la cara de
asombro de María al ver los patines y la Nancy con sus complementos?!Menos mal
que le ha gustado!. Si te digo la verdad hasta a mi me han entrado ganas de
jugar con la muñeca y probar sus patines- ríe Asunción y continua- este año nos
lo ha puesto difícil con eso de que no quería juguetes “solo cosas útiles””
¿verdad?
- Nuestra princesita se va a haciendo mayor,
a veces pienso que es muy mayor para su edad pero en el fondo sigue siendo una
niña de 12 años y... confesión por confesión, yo también tengo ganas de jugar
con el scalextric – ríe Héctor – pero esperaré a que mi hijo me invite y tú ¿
no tienes nada que decir de tus reyes?
- ¿Otra vez? ya te he dado las gracias
acompañadas de mil besos..sabes que me ha encantado, los guantes de ante me han
gustado mucho y el bolso es precioso, la semana que viene buscaré en las
rebajas unos zapatos que hagan juegos o unas botas- comenta Asunción sonriendo
inocentemente.
- ¡Matilde tenía razón! Todas las mujeres
sois iguales
- ¿Matilde?..te he pillado, asi que has ido
con ella a comprar mis reyes ¡ya decía yo que esta vez habías tenido un gusto
excelente! – vuelve a reír Asunción.
- ¿Quieres decir que mis otros reyes no te
han gustado? – pregunta Héctor.
- No digo eso, ni mucho menos. Cualquier
cosa que te molestes en comprarme me gusta pero – dice Asunción acercándose a
su marido jugando con su corbata - es
como con las corbatas, a ti te gustan porque las elijo yo o los niños pero en
realidad estás cansado de tantas corbatas raras o ¿no?
- Vale, vale, te sigo, por eso estos reyes
se han olvidado de ellas y en su lugar
un par de calcetines, una bufanda
y un jersey haciendo juego ¿no?
- No del todo y lo sabes. Te lo expliqué
anoche. Eso son los reyes de los niños pero el mío tenemos que ir a buscarlo.
Melchor lo ha dejado en la redacción por equivocación. Si quieres aprovechamos
ahora que están con mis padres para ir a buscarlo.
- Buena idea, la verdad es que me tienes muy
intrigado.
A la una de la
tarde Asunción abre la puerta de la revista junto con Héctor y suben a la
planta. Sobre su mesa reposa un gran sobre con
“ para Héctor”” de Melchor y Asunción invita a su marido a cogerlo.
Héctor mira con
muchas interrogantes el sobre, le da la vuelta, le toca pero sigue sin tener ni
idea de lo que pueda contener, al final lo abre con el abrecartas de Asunción y
saca otro sobre de una compañía aérea con un billete y una notita:
- ¿Y esto? – pregunta más que sorprendido a
Asunción.
- ¿No te gusta? – contesta su mujer con otra
pregunta sintiéndose un poco insegura.
- La idea me gusta mucho pero me sorprende
¿cuándo has ido tu a una agencia de viajes ?
- El mismo día que Matilde fue de compras
contigo fui yo con Bonilla. Héctor, cariño – continua Asunción rodeando el
cuello de su marido con sus brazos- la paga extra de navidad quedamos que era
para mí y que podía hacer lo que quisiera con ella ¿te acuerdas?, pues eso he
hecho. Bonilla me ha hablado de ese pueblo alemán donde está la fábrica madre,
de lo barato que sale yendo allí e incluso se puede regresar ya en el coche con
todos los trámites hecho.
- Eso lo sé, a mi también me ha estado
lavándome el cerebro con esa historia pero pensaba que tu no querias cambiar el
Simca.
- Te equivocas mi amor – contesta Asun
dándole un suave beso en los labios- no niego que me hizo ilusión cuando lo
compramos pero he perdido la cuenta de las veces que nos ha dejado tirados y al
final hemos discutido por el dichoso coche..no, prefiero que se quede “ A media
voz “ con él .
- Pero siempre hacíamos las paces – recuerda
Héctor
- Sí, pero no en el coche asi que “valor
sentimental” cero coma cero. ¿Aceptas mi regalo? El resto te lo explica
Bonilla.
- ¿Lo vamos a poder pagar?
- Por supuesto y además, la novela negra que
estamos escribiendo a medias, según el amigo de Julio es muy buena y su editor
estaría encantado de publicarla.
- Qué estás escribiendo tu solita, yo sólo
te apunto ideas y detalles de mi época de comisario – contesta Héctor y pregunta
- ¿y si nos pasa como a la lechera?
- Bonilla nos alarga los plazos y no pasa
nada. ¿de acuerdo?
- Tu ganas, bueno, vosotros ganáis..¿te
puedes quedar tu sola con los niños 3 días?
- ¡Héctor! no empieces por ahí. Sí, si
puedes pasarte tres días sin nosotros – ríe Asunción.
- Pero luego no te quejes a la vuelta.
- ¿Por qué tengo que quejarme?
- Bueno, por la historia de la ciudad esa,
por su fundador y por la idea inicial.
- Eso es lo que no me gusta de la ciudad
pero después de la 2ª GM cambió todo y además a los obreros no les dejaron
alternativa. En la ciudad ya no hay rastro de Hitler según Bonilla.
- Entonces no se hable más.
Héctor deja el
billete y la notita sobre la mesa, coje a su mujer por la cintura, la besa y
dice:
- Gracias mujer, ¡qué pena que tengamos que
irnos! El despacho de Julio serviría para tu sueño y además estamos solos.
- Ja, ja, ja..ni hablar cariño, ese despacho
ya tiene “dueños”- contesta Asunción riéndose pero sin desprenderse de los
brazos de su marido.
- ¿Cómo? ¿Quién? ¿Cuándo?
- Aurelia y Gustavo..aquí comenzó Clara a
existir, pero no digas nada a Bonilla. Aurelia me lo confesó el día en que yo
tuve mi sueño y ella me vio pero me pidió que no lo dijéra. Entonces tu y yo
todavía estábamos alejados y enfadados como dos bobos.
- Comprendo pero ¿Cómo pasó?
- ¡Héctor! ¿Cómo pasan esas cosas? – rie
Asunción de nuevo pero sigue- Aurelia se encontró a Gustavo haciendo eses por
la calle, la razón no la dijo pero a juzgar por lo que decía, Gustavo había
sufrido una gran decepción..Aurelia le subió para darle una taza de café y animarle...de
repente, mientras hablaban se miraron, se besaron y pasó. ¿Sastifecho?
- Creo que empiezo a ver el puzzle
completo...gracias, descuida no diré nada a Bonilla.
- Gracias ¿Nos vamos? Aún tenemos que comer
en casa de mis padres e ir a recoger reyes donde Gustavo y llevarles los suyos a
Clara y a Javi.
- Es verdad, tenemos una tarde
animadita..aprovecharé para ”regañar a Bonilla” – contesta Héctor apagando las
luces de la redacción y tomando las llaves de Asunción cierra la puerta
principal.
Por la noche y ya
de vuelta de recoger los reyes Irenita se los enseña a sus abuelos y los mete
en su habitación. La mayoría de las cosas las puede utilizar para el colegio y
otras son complementos para la ropa, como el regalo de Matilde, un cinturón
rojo de piel que hace juego con el pañuelo de los reyes de su madrina. El
pañuelo no era el único regalito que venía en el paquetito. Cuando lo abrió se
quedó boquiabierta, Irene la había regalado un diario con tapas de nácar y con
una cerradura dorada, junto al diario había una cadenita de oro con una
llavecita que se podía poner al cuello para no perderla.
Hacía tiempo que
por su cabecita le rondaba la idea de plasmar sus pensamientos pero no se
atrevía, ahora tenía la oportunidad y mientras su abuela prepara la cena se
pone a escribir.
6 de enero de 1970.
Me llamo Irene Muñoz y en noviembre he cumplido 14
años, de ellos sólo el primero los pasé con mi madre, un desgraciado y fortuito
accidente impidió que me viera crecer y aunque no la he conocido estoy segura
que hubiéramos sido dos grandes amigas, como las tías con mis primas..bueno,
Clara no es mi prima pero como si lo fuera.
Quiero utilizar este diarío para hablar con ella,
con mi madre, con Chelito, la niña de los ojos de mi abuelo Trino, la hija que
tantos quebraderos de cabeza dio a mi abuela Felisa, como ella misma dice, pero
a quien quería muchisímo y su muerte aún llora.
Mi tía Asunción también la recuerda, me habla mucho de ella y mi madrina me ha contado como fue mi nacimiento en su casa, la alegría que tenía siempre y las buenas migas que hizo con su primer marido, Ubaldo, esa persona tan especial de la cual aún conserva todos los recuerdos sin que su actual marido, Steven, se sienta celoso.
Mi tía Asunción también la recuerda, me habla mucho de ella y mi madrina me ha contado como fue mi nacimiento en su casa, la alegría que tenía siempre y las buenas migas que hizo con su primer marido, Ubaldo, esa persona tan especial de la cual aún conserva todos los recuerdos sin que su actual marido, Steven, se sienta celoso.
Creo que soy una niña afortunada a pesar de ser
huérfana. Estoy rodeada de gente que me quiere, de personas con ideas muy
diferentes pero muy abiertas...bueno, mi abuela Felisa no, esa sigue pensado
igual que cuando vivía en el pueblo. Mi abuelo Trino la dice muchas veces que
Madrid no ha entrado en ella y mi abuela contesta que ni falta que hace.
Oigo a mi abuela llamarme, la cena ya está en la
mesa y no quiero hacerla esperar. Termino así mis primeras palabras en este
diario que quiero que sean conversaciones con mi madre. ¡hasta pronto, mamá!.
En casa de la
familia Olavide también se disponen a cenar y comentan la tarde asi como el
regalo de Asunción a Héctor. Aurelia aprovecha el momento para volver a darle
las gracias a Clara por los reyes sorpresas para sus futuros hermanitos que ha
dejado al lado del nacimiento.
- Todavía no me lo puedo creer Clara, no
tenía ni idea de que supieras hacer punto, que calladito te lo tenías..bueno,
todos os lo habéis tenido bien callado porque tu lo sabias Gustavo.
- Claro que lo sabía si no como iba a ir
Clara sola a casa de Manolita. Marcelino la ha ayudado muchísimo pero el trabajo
ha sido de nuestra hija al igual que la idea ¿No me digas que no son una monada
los patucos que les ha hecho?
- Por supuesto que me han gustado, son
preciosos pero sobre todo el detalle me ha emocionado muchísimo..los voy a
guardar para siempre.
- Gracias mamá, pero pónselos primero –
comenta Clara y añade - No ha sido tanto trabajo papá, además me ha divertido y
creo que le he cogido el gusto a la aguja. A partir de ahora voy a hacer más
cosas pero ya sin esconderme.
- Me parece
muy bien y el gusto a la aguja lo tienes desde pequeña. Siempre querías coser
conmigo y ya no hablemos de la aguja que venía con la jeringuilla en tu maletín
de enfermera –ríe Aurelia – tenías cuatro años pero no hacías otra cosa que
ponernos inyecciones a todas horas.
- Me acuerdo mamá y papá salía corriendo –
ríe Gustavo.
- Lo siento hija, yo no comparto el gusto a
las agujas contigo pero cuando seas médico si necesito una prometo no salir
corriendo.
- Te tomo la palabra.
En casa de
Bonilla acaban de acostar a Javier quien está la mar de contento con su “sistema
de tren Lego” con motor incluido que funciona con una pila. Los Reyes no le podían haber traído mejor
regalo, no sólo tiene que montar el las vías sino que también tiene que hacer
los vagones y la locomotora.
Bonilla aprovechó
su viaje en primavera a Hannover para acercarse a Dinamarca, a Billund y allí,
en el parque de “Legoland”
disfrutó como un
enano y se lío a comprar cajas como un tonto. Ahora se alegra, Javier está
encantado y Dani lo mismo.
- ¿has visto como han disfrutado montando el
tren? – comenta Bonilla
- Sí que lo he visto y también he visto como
habéis disfrutado tú y Héctor- ríe Matilde.
- ¡mujer! No es para menos, los trenes
convencionales siempre han gustado mucho a los niños pero este es único, hay
que montar todo, hasta los vagones pieza por pieza. Los nuevos juguetes son
fantásticos, me recuerdan a mi caja de mecano pero me gusta más este sitema.
- Pues nada, entre el scalextric de Dani y
el tren de lego os veo horas tirados en el suelo como chiquillos y prometeme
que esta vez, cuando estés en Hannover con Héctor no vuelves a coger un tren a
Dinamarca.
- Te lo prometo, no vamos a tener tiempo pero
este verano os quiero llevar, no sabes lo que tienen montado allí , de verdad
que es un parque fabuloso.
En casa de la familia
Perea se apagan las luces y el matrimonio se va a la cama. Héctor y Asunción
hablan del viaje de la próxima semana a Alemania pero Asun, cansada del día tan
ajetreado que han tenido se queda dormida sin oir las últimas palabras de su
marido.
- Buenas noches mi amor- dice Héctor dándole
un beso
- Mmmm....- es todo lo que su mujer dice.
Fin
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