Brindis a 2000 kílómetros y
algo más
Cuando los segundos parecen minutos y los minutos horas las palabras “paciencia”
, “calma” y tranquilo ....en lugar de
serenar parecen que enervan más y eso es lo que pasa a Héctor ahora. Lleva
desde las seis de la tarde, y son las siete menos diez, intentando hablar
con alguien en Madrid pero no hay manera. La telefonista le pasa la llamada
pero ni en la redacción, ni en casa de sus suegros ni en su casa cogen el
teléfono y a Bonilla le pasa igual..el teléfono suena y suena y al final cuelga
por aburrimiento.
-
Nada,
no hay forma ¿dónde estarán Bonilla? ¿no habrá pasado algo?
-
No lo
creo, Matilde tiene la dirección y el teléfono del hotel, si hubiera pasado
algo grave ya nos habrían avisado. ¿Llámamos a Gustavo a su casa?
Héctor mueve la cabeza afirmativamente mientra enciende un cigarrillo y
saca dos lata de cerveza del minibar.
La habitación del hotel es grande y luminosa. Una enorme cama, flanqueada por sendas mesillas, ocupa la parte de
la pared derecha, a los pies de la cama un taburete con asiento forrado
haciendo juego con las cortinas, enfrente un mueble con una televisión y mesa
escritorio con el minibar en una esquina y en la esquina dos cómodos sillones.
Sobre la mesita una hoja imformativa con los números de urgencia, de
recepción y una lista de prefijos para algunos países europeos, papel de
escribir, bolígrafo y una biblia en alemán que llama la atención a Héctor. El
teléfono se halla sobre una de las mesillas y sentado en la cama Bonilla le
dice a su socio:
-
Tampoco
hay nadie. No tiene sentido que sigamos perdiendo el tiempo. Bajemos a comer
algo y probamos más tarde...¿que te dice tu nariz de sabueso?
-
Qué
algo ha pasado aunque no sea una desgracia..¿Aurelia?
-
Eso
me temo, es muy raro que no encontremos a nadie en casa. Probablemente se le ha
adelantado el parto y o ya los tienen o está dando a luz y han ido todos en
pandilla a la clínica.
-
No
creo que les dejen pasar a todos y menos con tanta gente joven.
-
¿quién
dice que no estén esperando en alguna cafeteria cercana?
-
Puede
ser, bajemos a cenar y luego probamos de nuevo.
Durante la cena intercambian opiniones sobre la corta pero útil visita de
casi dos horas en el recinto de la fábrica de Volkswagen. Han tenido la
oportunidad de ver ciertas naves de producción, el museo del coche y en la sala
de venta ya han tomado contacto con el vendedor asignado.
Héctor ya ha podido mirar, por dentro y por fuera, el modelo que a Asunción
le gusta. El color que ella quiere tampoco es un problema y maña decidirá si quiere accesorios extras o el modelo
standard le parece suficiente.
Por la tarde, si la compra sigue adelante, realizarán los trámites
protocolarios para poder exportar el coche y el seguro a terceros para conducir
en el extranjero.
Bonilla puede dejar el coche alquilado en el hotel y el viernes por la
mañana comenzar el viaje de vuelta a España.
A la misma hora que Bonilla y Héctor bajan al restaurante del hotel,
en Madrid, Trino, Felisa y el padre de
Aurelia entran en la portería.
A los pocos minutos lo hace Asunción con sus hijos y su sobrina.
Mientras Trino le enseña la habitación que fuera de Miguel, a su invitado,
en el portal Asunción le dice a su madre.
-
Irene
duerme con nosotros, ustedes ocúpense del
abuelo de Clara y si le vuelve a
subir la tensión de golpe avísenme sin falta.
-
Sí
hija, no te preocupes, menudo susto que se ha llevado tu padre. El que iba a
darle la gran alegría y se le encuentra chorreando de sudor y a punto de
desmayarse.
-
Afortunadamente
padre llegó a tiempo y sólo ha sido una subida fuerte de tensión. Aurelia tenía
razón, necesita que alguien se ocupe de darle sus medicinas, la memoria le está
empezando a fallar pero el hombre es un gran cabezota y no hay manera.
-
Déjamelo
a mi, ya hablaré yo mañana con él. ¿Irenita has cogido tu camisón y tus cosas
para mañana? Y de esto nada de nada a
Clara todavía ¿estamos?
-
Sí
abuela, no te preocupes, Clara no va mañana al colegio asi que no se nos puede
escapar – contesta Irene saliendo de su habitación y dándole un beso a su abuela
se sube con su tía a su casa.
-
Hasta
mañana madre y ya sabe..
-
Sí,
id con Dios, hasta mañana.
A las nueve menos diez en casa de Matilde y en casa de Asunción suena el
teléfono a la vez.
Matilde, que acaba de dejar a Clara en el dormitorio, corre al teléfono e
informa a Bonilla de los acontecimientos en un segundo: la buena nueva del nacimiento de los mellizos
y el susto del padre de Aurelia.
-
¿y
cómo están ahora? – pregunta Bonilla que ha escuchado sin interrumpir a su
mujer.
-
Aurelia
bien, aún un poco cansada pero estaba
muy animada a la hora de la visita. De lo de su padre no sabe nada, cuando se
encontró mejor habló por teléfono con su hija, como si nada hubiera pasado.
A los mellizos los hemos podido ver un ratito
pero como están en la incubadora no se les ve muy bien. Gustavo se queda esta
noche con su mujer y Clara está conmigo. Antes de entrar en casa hemos pasado
por la florería de Blanca y Clara ha encargado un ramo con dos peluches que es
una moneria.Mañana a primera hora lo llevarán a la clínica.
-
¿qué
dice Clara de sus hermanitos y de lo de su abuelo?
-
Está
deseando tenerlos en sus brazos. Pelusa no tiene, pero es muy pronto , claro.
Lo de su abuelo no lo sabe. Cuando Asunción llamó a su madre para avisarla que
ya venía ella a por sus hijos, Felisa le dijo que Trino acababa de llamar , que
el padre de Aurelia se encontraba mal y estaba esperando al médico. Felisa se
fue en un taxi para allá y afortunadamente cuando Asunción ya estaba aqui
conmigo llamó para tranquilizarnos . Esta noche duerme en casa de los padres de
Asun...mañana se lo diremos a Gustavo.
Siguen hablando un ratito más y cuando cuelga el teléfono Bonilla intenta
telefonear a la habitación de Héctor pero al oir que el teléfono comunica
decide bajar al bar a comprar algo para celebrar las buenas nuevas.
En la habitación de Héctor la conversación no ha terminado ni tiene pinta
de terminar.
-
Héctor
– dice Asunción en ese momento – aqui tengo unas personitas en pijama que
quiere decirte buenas noches.
Daniel es el primero en hablar con
su padre y el primero en irse a la cama.
María toma el teléfono que su hermano le pasa y dice:
-
Buenas
noches papi...¿sigues enfado conmigo?
-
Buenas
noches princesa, no estoy enfadado
contigo cariño, al revés estoy muy contento de que quieras hablar conmigo.....temía
que tu siguieras enfadada...... como no me has querido dar un beso esta mañana.
-
Ya
no, está mañana no sabía que los papás tienen pelusa de los amigos de sus
hijas.
-
¿Quién
te ha dicho eso, princesa?
-
La
tía Matilde ¿no es verdad?
-
Sí
cielo, me temo que es verdad, ya lo entederás cuando seas más mayor.
-
Creo
que ya lo entiendo un poco papi y ¿sabes? Yo siempre seré tu princesa asi que
no tienes que chillar ¿vale?..Un beso muy, muy, muy fuerte que me voy a la cama
¡vuelve pronto!
-
Un
beso princesa muy, pero que muy fuerte y el domingo ya estoy en casa. ¡qué
duermas bien!
María le pasa el teléfono un momento a Irene quien también desea buenas
noches a su tío y en seguida se pone Asun:
-
¡Menudo
día, eh!, ¿cómo ha ido el vuestro?
-
Ahora
te cuento lo del coche ¿seguro que con Aurelia, los mellizos y el padre de
Aurelia está todo bien?
-
Seguro
Héctor..ya te he contado como ha sido el parto, según Gustavo, la compañía que
me ha hecho Julio, lo que he pensado en tí y hasta te he imaginado paseandote
por la sala en los partos de María y Daniel, que he tenido que pedir ayuda a
Vallejo y lo del padre de Aurelia ¿qué más quieres oir?
-
No,
si ya he oido bastante pero tu no me has oído a mi. Mea culpa cariño. Lo de la
gasolina ha sido mi culpa ¿no recuerdas que ayer te lo cogí porque mi Simca no
arrancaba?, lo siento, se me olvidó echarle gasolina como me dijiste.
-
¡Ya
me extrañaba a mi que no tuviera gasolina!- exclama Asunción riendo al mismo
tiempo – de todos modos también es mía la culpa por no comprobarlo...pero no
importa ya... y ¿qué te ha parecido el cambio de María?
-
Eso
también te quería comentar...puedo prometer que no volveré a sulfurarme por
asuntos de chicos pero llegada la hora seguro que me olvido. ¿No podríamos
acordar entre nosotros una seña que me ayudara a recordar la promesa y así
frenarme?
-
Podemos
mi vida pero también puedes confiar en mi instinto y me dejas a mi llevar los
asuntos sentimentales de nuestros hijos..yo te informo detalladamente y si es
necesario pido tu ayuda ¿no te parece eso mejor?
-
Me
parece una buena idea pero piensa en la señal que me conozco..
-
De
acuerdo y ahora ¿qué tal la compra, el hotel, el ambiente etc, etc?
-
El
coche bien, es grande, azul y si tu no quieres extras mañana mismo lo tengo
listo y el domingo puedo estar en casa.
-
¿Qué
extras?
-
Tapizado
de lujo, radio-cassette, aire acondicionado entre otras posibilidades.
-
Con
el standard me conformo, con radio y calefacción. Lo del cassette lo he oído
pero aqui en España está empezando y no lo vamos a utilizar mucho y el aire,
pues mira, si cuesta mucho prefiero abrir las ventanas – contesta Asun.
-
De
acuerdo, como quieras, no haré caso a Bonilla que él quiere lo último de lo
último. ... ojalá estuvieras aquí, la habitación de este hotel es muy grande y
la cama, no te digo, podíamos rodar tres veces en ella y...
-
¿Me
echas de menos?
-
No lo
sabes tu bien y hasta el domingo falta mucho.
-
No
falta tanto, lo que si tienes son muchos kilómetros por delante y tenéis que
tener mucho cuidado los dos.
-
No me
lo recuerdes, el avión, a pesar de las turbulencias es lo ideal para largas
distancias...creo que tenemos que colgar..dale muchos recuerdos y mi
enhorabuena a Gustavo y a Aurelia ¿quieres?
-
Ya lo
he hecho pero mañana lo repetiré y con un poco de suerte veo a los mellizos en
una toma. ¿Cuelgas tú primero?
-
Vale,
un beso mi amor y sueña conmigo. Te quiero.
-
Un
beso..cuelga
-
Ahora
mismo...un beso
-
Hasta
mañana mi amor.
La despedida se alarga demasiado pues ninguno de los dos quiere colgar,
como dos adolescentes que temen no tener tiempo de decirse todo lo que se
quieren, Asunción y Héctor olvida la hora que es y el tiempo que llevan
hablando.
Será Bonilla quien al llamar a la puerta obligue a Héctora colgar el
teléfono. Al abrir la puerta se encuentra con su socio con dos copas en la mano
y una botella de coñac :
-
Tenemos
que brindar por Raúl y Marta
-
¡Brindemos!
El brindis por los mellizo será el primero de una cadena de brindis:
-
Por
Aurelia que se ha portado como una valiente –dice Héctor
La siguiente copa es:
-
Por
Gustavo que ha sido capaz de estar presente- comenta Bonilla
La que se supone que puede ser la última:
-
Por
Vallejo y la gasolina- dice Héctor
-
Y
otro por la compra del coche – dice Bonilla llenando las copas de nuevo.
Los brindis no parecen tener fin y entre brindis y brindis Bonilla comenta:
- He encargado en recepción un ramo de flores para Aurelia.
- Bonilla ¿ pero no estamos en Alemania?
– pregunta Héctor
- Sí pero existe Interflora...se encarga aquí y una floreria alemana manda
un fax a una española en Madrid y esa le lleva las flores.
- ¿Y como lo pagas?
- Mañana tengo que pasarme por la dirección que me han dado para pagar.
-Bonilla eres un joya, sin tu talento comercial y tus conocimientos de
idiomas estaríamos perdidos – dice Héctor con la lengua ya un poco espesa.
- Gracias socio, yo tampoco sabría que hacer sin ti. Sin tus cambios de
humor mi vida hubiera sido muy sosa pero siempre has sido un fantástico jefe,
como comisario y como detective...Te aprecio y te quiero de verdad aunque no te
lo diga muy a menudo.
- Bonilla para, me temo que nos hemos pasado en los brrindis, no nos
pasemos en las palabras...
- Jefe tiene razón..hassta mañana pero hagamos un último brindis ¡por
nosotros y nuestra familia!
- ¡Por nosotros!
Pasada las doce los dos inseparables amigos y socios dejan descansar la
botella, que a medio camino entre medio vacía y medio llena, les está pasando factura .
Bonilla logra abrir su puerta a la
tercera intentona y se tira sobre la cama mientras Héctor, quien tiene más
aguante, también tumbado sobre la cama, con los zapatos quitados, recuerda
otras noches de mucho alcohol por razones que no se parecen en nada a las de
ahora aunque el dolor de cabeza será el mismo.
A la mañana siguiente Asunción lleva a Dani, María e Irene al colegio
y pasa a recoger también a Javier. En la redacción la espera Julio y al medio día
se pasa a ver a Aurelia.
Matilde por su parte, a las diez de la mañana ya está en la clínica con
Clara . Al entrar en la habitación ven que el regalo de Clara ya ha llegado.
Sus padres la abrazan y la dan las gracias. Matilde convence a Gustavo para que
vaya a casa a descansar un rato pero antes les cuenta lo que le pasó al padre
de Aurelia.
-
Por
favor no os asustéis...está bien y ha pasado la noche en casa de los padres de
Asunción. El médico le reconoció y al mirar en sus medicinas se dio cuenta que
llevaba dos días sin tomarse las pastillas para compensar la tensión.
-
Ahora
mismo paso a verle en casa de Felisa...tenemos que pensar algo, ya no puede
estar solo.- dice Gustavo.
-
No,
pero tenemos que tener cuidado al decírselo, no quiero que se sienta herido en
su amor propio.- contesta Aurelia.
-
Descuida..ya
encontraremos la manera.
Gustavo se despide de su mujer y Matilde se queda allí hasta que Asunción
viene al medio día quien se queda con Aurelia hasta que Gustavo vuelve para
quedarse con su mujer.
A 2000 kilómetros de distancia el dolor de cabeza matutino se ha tenido que
calmar con café bien cargado y aspirinas. A las once de la mañana la compra
quedaba cerrada y después de la comida los papeles en orden. A las cuatro de la tarde
Héctor abandona el recinto conduciendo su nuevo auto, Bonilla le sigue en el
coche de alquiler y van al hotel, allí entrega las llaves del Mercedes
alquilado y se sube al volkswagen de Héctor para dar una vuelta por los alrededores
y ver como rueda y reacciona en ciudad y
en carretera.
Héctor está convencido de que ha hecho una buena compra y Bonilla también.
A las seis de la tarde aparcan el coche en el aparcamiento del hotel y
satisfecho entran en el hall y van derechos al bar.
Antes de subir a las habitaciones Héctor se para ante una de las vitrinas
de la tienda del hotel y le pide a Bonilla que le sirva de intérprete.
-
¿Le
vas a comprar a Asunción la pulsera?
-
Sí,.
Cuando nació María le regalé unos pendientes con un diamante minúsculo, más no
me podía permitir. Con Daniel un colgante pero siempre me quedé con ganas de
comprarle la pulsera que vimos en Tenerife y ésta se parece mucho. Ahora o
nunca.
-
Es
preciosa, seguro que le gusta y además los clientes del hotel tienen descuento
especial.
Minutos más tarde Héctor sube a la habitación con el regalo envuelto, lo
mete en la bolsa de viaje y vuelve a bajar con Bonilla a cenar.
A la noche los matrimonios vuelven a hablar por teléfono y Asun comenta:
-
Ha
sido muy emocionante, me han dejado bajar con Aurelia a las incubadoras y
mientras ella daba de mamar a Marta yo hablaba con Raúl y como Daniel hacía
contigo, él también conmigo, constantemente muecas de sonrisa. ¡son preciosos!
-
¡Vaya!
Parece que te hayan entrado las ganas de volver a ser madre – dice Héctor.
-
No,
eso no...me encanta los dos y Raúl es mi ahijado y le voy a mimar un montón,
estoy segura pero empezar de nuevo...no...¿Tú si quieres tener otro?
-
Te
confieso que cuando Aurelia se quedó embarazada si quería tener otro pero ahora
...no, lo que tu dices...no me veo cambiando pañales de nuevo, salvo los de
Raúl o Marta, claro. De todo modo si vienen por accidente será muy bien
bienvenido o ¿no?
-
Por
supuesto cariño...ya sabes lo que dicen: el hombre propone y Dios dispone...!oye!..esta
noche nada de brindis con Bonilla que tenéis que madrugar ¿vale?
-
Exacto....Hoy
si que tengo que colgar pronto, mañana salimos a las 7 de la mañana y tengo que
dormir......lo de anoche fue excepcional, hacía tiempo que no bebía tanto...no
puedes dejarme solo....no nos podéis dejar solos.
-
Será
eso mi amor..Buenas noches y tened cuidado..llamad en el camino.
-
Cuenta
con ello. Te quiero, mi amor y tengo unas ganas tremenda de abrazarte y
besarte..espero que mis besos te lleguen por teléfono, para tí y para los niños.
-
Me
llegan Héctor, me llegan..nosotros también estamos desando verte.
Haciendo un gran esfuerzo Héctor cuelga, se podría pasar la noche hablando
con su mujer, de cosas serias, recordar viejos tiempos, decir bobadas, lo que
sea, cualquier cosa con tal de escuchar la voz de Asunción pero la realidad se
impone y se prepara para meterse en la cama y soñar con ella.
En la otra habitación Bonilla también acaba de colgar y al igual que Héctor
se va derecho a la cama. ..mañana les espera la carretera, les espera la nieve
que han dicho que va a caer ¡ojalá no les retrase el viaje!.
Fin
Me encanta este relato Rodas!!!! Había leído alguna parte salteada, pero hoy he empezado desde el principio y me he puesto al día! Me gusta mucho cómo recreas las situaciones, parece que lo estoy viendo. No es un secreto que Héctor no es mi personaje favorito, pero me ha gustado mucho en tu relaro; en general todos los personajes y la evolución que les has dado años después. La historia de Aurelia y Gustavo es la que más me gusta. Además, tengo que reconocer que has cogido historias de la séptima temporada y has sabido mejorarlas muchísimo. Una temporada que no está resultando buena (al menos en mi opinión), en tu relato está muy bien.
ResponderEliminarPor cierto, he leído también las cinco partes de "En tiempos más serenos" y me ha gustado mucho, sobre todo el arte que tienes para mezclar historias y temporadas que en principio no tienen mucho que ver. Las menciones a la trama de Fernando me han gustado mucho, claro :)
Gracias por seguir compartiendo relatos sobre Amar!!! Un beso!!!