lunes, 6 de agosto de 2012

La sorpresa de Aurelia. parte 4.


Regreso y novedades.

Con septiembre se acaban las vacaciones de muchos y unos pocos privilegiados quizá las prolonguen. No es el caso de Gustavo Olavide ni de su amigo Perea, las dos familias  hace días que han regresado de sus vacaciones en la cornisa cantábrica y la rutina comienza a apoderarse de ellos.

-        ¡Taxi! – dice Aurelia levantando la mano y parando uno frente a la puerta de la revista “A media voz”.

Problemas de última hora, impiden a Gustavo ir a recogerla a la redacción y quedan en la sala de espera del médico. Es un control rutinario de seguimiento del embarazo pero no será con el doctor Maldonado quien se acaba de jubilarse, sino con el  nuevo médico que se ha hecho cargo de su consulta. Aurelia no le conoce  y  prefiere que esta vez la acompañe Gustavo.
 Una vez sentada en el taxi Aurelia recuerda uno de los teletipos de esta mañana: “ Un pequeño de 10 años cae al río Jarama cuando se encontraba pescando con su padre. El niño salva la vida gracias a otro pescador” ...a primera vista un teletipo con final feliz pero tanto a ella como a Asunción, a  Asun sobre todo, les devuelve a la mañana del descenso del Sella y al incidente. No fueron teletipo de puro milagro pero Asun se enfadó muchísimo con Héctor y con ella misma por haber consentido que el niño descendiera en canoa con su padre.
 Aurelia fue la primera en conocer la noticia. Se había adelantado para coger sitio cerca de la llegada y Asunción se uniría a ella con la ropa seca para todos ellos. A la media hora de estar allí, Aurelia vio bajar a Héctor de un coche de la organización, con un  niño más mojado que una sopa,  arropado con una manta y gritando:

-        Papá, papá que yo quiero más canoa ¡joper, no hay derecho!
-        ¿Qué os ha pasado? – memoriza el diálogo que tuvieron
-        Nada comparado a lo que podía haber pasado si el monitor no hubiese actuado tan rápidamente. ¡Con este niño ya ni en las barcas del Retiro!
-        Tita, tita, que yo no he hecho nada de verdad, sólo quería ver mejor a María que iba delante de nosotros y la canoa dio un brinco y caí al agua ..nada más.
-        ¿Te parece poco? ¿ No te habíamos repetido hasta aburrirte que no podías levantarte durante el camino?- oyó decir a Héctor

Al poco rato llegó Asunción al punto del encuentro y Aurelia tampoco puede olvidar su cara de asombro, el susto y el berrinche que se llevó.

-        ¿Qué ha pasado aquí? ¿No me digas que te has caído al río? ...¿Estás  bien hijo? – dijo Asunción quitándole la manta, mirándole de arriba a bajo y cambiándole la ropa mojada por la seca que había traído.
-        Está bien Asun, no te preocupes – contestó Héctor aunque su mujer no le había dirigido ni una mirada ni una palabra desde que llegara - ¡Lo siento!, todo pasó muy rápido, no me dio tiempo a sujetarle, tampoco entiendo cómo pudo levantarse si iba sentado entre mis piernas y remando conmigo..
-        ¡Mami, mami, llevaba el chaleco y el casco y el señor de la canoa me pescó como a un pez y no pasó nada! – aclara el diablillo que sin querer  hizo que su madre se enfadara y lo pagase con su padre.
-        ¡Deja a mamá cariño!, cuando frunce el ceño de esa manera es mejor dejar correr el aire durante unos minutos.

Aurelia recuerda como Asunción miró a Héctor, si las miradas matasen Héctor hubiese quedado al menos muy mal herido. La llegada de Gustavo con las chicas, contentas por la aventura vivida,  pero con cara de preocupación por no verles en el río, calmó un poco el ambiente.
Asunción perdonó a lo largo del día a su marido y dos días más tarde regresaron todos a Madrid y sus recuerdos terminan aqui, al ver que el taxi está ya frente a la consulta del médico, abre su bolso y saca el monedero:

-        Tenga, y guárdese la vuelta.
-        Gracias señora, tenga buen día- le dice el taxista.

Aurelia entra en un portal, sube en el ascensor al segundo piso y toca el timbre de la consulta. Una enfermera le abre la puerta y la acompaña a la sala de espera, a esas horas no hay casi nadie, falta menos de una hora para la comida y la mayoría de las citas están concertadas para por la tarde; justo esta tarde va a ir a su primera clase de gimnasia . Hace un año escribió un artículo sobre el tema, a raíz de la apertura de un centro de gimnasia que incluía el yoga y la gimnasia para embarazadas, antes de publicarlo  contrastó los beneficios con la opinión de varios médicos y estas eran muy positivas. El artículo tuvo mucho éxito pero por aquel entonces ella no estaba embarazada y ahora descubre entre las revistas antiguas que hay sobre la mesa la de ella con su artículo.

-        ¡Hola, mi amor! ¿Llevas mucho esperando? Perdona que no pudiera ir a recogerte.
-        No pasa nada Gustavo –contesta su mujer besándole en los labios suavemente – me he entretenido mirando las revistas y he encontrado una nuestra con mi artículo sobre la gimnasia ¿ no te parece casualidad?
-        No mucha, estamos en una consulta para embarazadas y tu artículo era muy bueno aunque a mi no termine de gustarme eso de la gimnasia...llámame antiguo pero estas cosas modernas no las asimilo tan rápidamente como tú.

La enfermera vuelve a entrar en la sala, les indica que el médico les está esperando y les dice que el doctor Garrido es un médico joven, que ha estudiado en los Estados Unidos y ha trabajado algunos años en una clínica privada de Los Angeles. Gustavo le agradece la información y entran en la consulta. En efecto, el doctor es joven, más joven de lo que Gustavo hubiera podido imaginarse. El médico, acostumbrado a que sus pacientes le vean mucho más jóven de lo que en realidad es, ignora el asombro de Gustavo y les pide que tomen asiento .

-        Y bien Sra. Olavide ha notado usted cambios o ha tenido algunas molestias desde la última vez que estuvo aquí – pregunta el médico con la ficha de la paciente en la mano.
-        No, nada, he ganado mucho peso y cada vez me siento más como un bombo pero es normal ¿no?
-        Sí es normal, la enfermera me apunta que el control de la orina está bien, no se detestan anomalías pero los 3 kilos que ha ganado en este último mes me parecen muchos kilos. Voy a tomarle la tensión y a auscultarle el vientre - ¿Quiere usted también oír los latidos de la futura criatura?- le pregunta a Gustavo.
-        ¡Por supuesto! Me encantaría, nunca me lo habían preguntado antes y no sabía que se pudiera- comenta Gustavo entusiasmado.

El médico comprueba que la tensión es la adecuada y a continuación explora el vientre de Aurelia primero con sus manos, después con el estetoscopio la ausculta y finalmente  le ofrece este a Gustavo indicándole el sitio adecuado para oir los latidos. Aurelia, tumbada en la camilla, observa a su marido y ve como una lágrima le resbala por la mejilla.



-        ¡Qué fuerte que suena, ni que se oyeran dos corazones! – comenta Gustavo
-        Sí, eso parece – contesta el médico.
-        ¡Pero no puede ser posible dice Aurelia! El doctor Maldonado nunca ha mencionado la posibilidad de dos fetos.
-        No siempre se puede oir los latidos ni sentir con las manos las dimensiones del feto, ahora todo indica que vienen dos pero hay que asegurarse asi que les voy a hacer una cita para que la hagan una ecografía ¿saben lo que es, verdad?
-        Sí claro, ya en mis articulos sobre el embarazo escribí sobre las primeras ecografías que se realizaron en 1958 y de sus ventajas....
-        Entonces estupendo y ¿ es usted la  A. González que firma los artículos en la revista “”A media voz””?- pregunta el doctor Garrido.
-        Sí, soy yo – contesta Aurelia un poco tímida quien no termina de asimilar que vienen dos – hace un año empecé una serie de artículos monográficos y los terminé con la gimnasia y ¡por cierto! , está tarde tengo mi primera clase y..¿puedo hacer gimnasia estando embarazada de dos? – pregunta empezando a darse cuenta del cambio en sus vidas si resultan que son dos en vez de uno.
-        Sí, por supuesto, no pasa nada, si nota calambres o dolores sospechosos  llameme en seguida.....Les espero dentro de 15 días para la ecografía y sus artículos son muy buenos, a mi mujer le gustan mucho – dice el doctor dándoles la mano y despidiéndose de ellos, bueno, más bien de Aurelia....

En efecto, Gustavo al oir la palabra dos, ha entrado en estado de shock y reacciona como un autómata. Ya fuera de la consulta, de camino hacia el coche Gustavo vuelve a la realidad y..

-        ¿ Estamos esperando gemelos? ¡no me lo puedo creer!- dice nervioso con los ojos aún nublados por la emoción.
-        ¿ Por qué no? Yo no lo había pensado pero tan extraño no es, al fin y al cabo tu madre era melliza ¿ o no?
-        Sí, si claro; murió durante la república y mi madre no le mencionaba mucho. ¿Dos? ¿Vámos a poder atenderlos como se merecen? ¡ Vas a necesitar ayuda extra en la casa!.
-        Todo a su tiempo Gustavo, no te agobies ahora – dice Aurelia- dónde mama uno mama el otro y si no les damos el biberón, tú uno y yo el otro. Tendremos que organizarnos mejor y no te olvides que Clara nos va ayudar a bañarlos de seguro...y por las noches ya veremos.
-        ¿ Se lo vamos a decir o esperamos a la ecografía?
-        Mejor esperamos pero podemos ir preparando el terreno..

Al llegar a casa Aurelia abre el buzón de correos y entre la correspondencia ve una postal de Cecilia, se queda pensativa pero se la da a Gustavo pues viene a su nombre.

-        Toma, ésto es para ti...de una vieja amiga.
-        ¿Cómo? ¡Cecilia Armenteros! ¿ A que viene esto ahora y cómo sabe nuestra dirección?
-        Mediante la guía de teléfonos no es muy difícil, cariño. Según dice te manda recuerdos y cómo no hay remite me temo que te vas a quedar con las ganas de saber más.
-        ¡No lo entiendo! ¿ No te molesta que la haya mandado?
-        ¿ A mi? No, mi amor, ella habrá sido tu primera novia pero yo soy tu mujer.
-        Gracias Aurelia. ¿Primera novia? Es curioso, en realidad nunca fuimos novios, fue todo una ilusión que su padre alimentó y yo, ingenuo que era me dejé llevar . Con lo mal que me caía Daniela y lo agradecido que estoy por haberme abierto los ojos aunque si no te hubiera conocido ya por esa fecha no sé que hubiera hecho.
-        Romper el compromiso como hiciste, de eso estoy segura y ahora a comer que los dos tenemos que trabajar y yo ir a gimnasia ¿ Vas a venir a buscarme?- dice Aurelia colgándose del cuello de su marido y dándole un beso.
-        ¡Por supuesto! y piéndomelo asi aún con más ganas ..Y gracias de nuevo por haberte fijado en mí- contesta Gustavo devolviendo el beso a su mujer.

Por la tarde Aurelia le cuenta la posible novedad a Asun y la pide que no diga nada todavía.

-        ¡Mellizos o gemelos! Increíble..¿No te da un poco de miedo? – pregunta su amiga
-        De momento no, ya veremos según se acerque la fecha del parto..supongo que incluso puede adelantarse .... En caso de complicaciones siempre pueden hacer una cesárea.
-        ¡Aurelia! Me asombras – dice Asunción- te veo tan segura de ti misma que hasta me das envidia. ¡Lo que te ha cambiado este embarazo!.
-        Será por la serie de artículos que escribí sobre el tema o la fuerza que me dan lo que viene pero me encuentro perfectamente y estoy muy animada.. ah! Se me olvidaba ¿Sabes que Cecilia le ha mandado una postal a Gustavo?
-        ¡Qué! Después de tanto tiempo y que decía.
-        Nada, recuerdos desde Tetuán de una vieja amiga.
-        ¿Vive en Tetuán? ¿Cómo ha reaccionado Gustavo?
-        Asombrado, ha sido la mañana de las sopresas para él, primero el shock con lo de los bebés y después la postal. La verdad es que no tenemos ni idea y tampoco vamos a molestarnos en saber más. Agua pasada no mueve molino.
-        Exacto, Teresa suele felicitarnos la navidad y nosotros a ellas y no me parece mal, pero más contacto tampoco queremos tener.
-        ¿Siguen viviendo en Venezuela?
-        Sí, siguen alli, parece mentira cómo pasa el tiempo. Vosotros lleváis 12 años y medio casados y nosotros los mismos juntos y 8 de casados.
-        ¿Llegó a saber Héctor lo del chantaje?- pregunta Aurelia quien hace tiempo que sabe el motivo de la anulación del matrimonio entre Teresa y Héctor.
-        Sí, ya lo sabe, se lo dije unas semanas antes de que naciera María. No pude mantener la promesa que le hice a Teresa; Héctor se enfadó un poco por ocultárselo pero entendió nuestro razonamiento...pero bueno,  lo pasado pasado es ¿Te acompaño a la gimnasia o va ir Gustavo contigo?
-        No, hemos quedado en que venía a recogerme, si puedes llevarme tu en el coche al centro te lo agradecería. ¿No se te hará tarde para preparar la cena ¿verdad?
-        No creo, de todos modos llamaré a Héctor para que la vaya preparando él  y de paso aprovecho para comprar las cosas del colegio de nuestra parejita y mirar unos cuantos libros que quiero comprar.
-       ¡Es verdad! Clara también necesita cosas nuevas. Todos los años lo mismo entre el uniforme, los libros y el resto del material se nos va un buen dinero.
-       Así es y ¿sabes? Estoy muy orgullosa de que podamos pagarlo ¡Lo que les hubiera gustado a mis padres poder darnos la oportunidad que tienes nuestros hijos! – dice Asunción dirigiéndose a su mesa para llamar a su marido.

Por la noche, cuando los niños ya están durmiendo, Asunción sentada en el sofá junto a Héctor, le cuenta a éste las las novedades de Aurelia .

-         Dáme tu palabra de que no le vas a decir nada a Bonilla hasta que no esté confirmado- dice Asunción terminando su copa de vino.
-        Prometo intentar no decir nada, como tu has hecho con tu amiga...Bonilla es mi amigo y....
-        Vale, vale- dice Asunción interrumpiendo a su marido-  mañana le confesaré a Aurelia que me fui de la lengua y que Matilde ya lo sabrá...no creo que la importe, Matilde es justamente la más discreta de todos nosotros. ¿Quieres más vino?
-        No, quiero otra cosa y prefiero tomarlo en la cama ¿vienes ?
-        ¿No puedes esperar a que recoga esto?
-        ¿Un par de copas?..ellas pueden esperar, yo no – contesta Héctor apagando las luces del salón mientras conduce a su mujer al dormitorio.

Fin.


1 comentario:

  1. Hola...! como ya te dije estoy releyendo tus relatos ya que ahora que te he alcanzado en el tiempo voy a ir intercalando escenas de las mías entre medias de tus relatos... a sí complemento la información... ahora más que nunca necesitamos recordar estas escenas...
    Un beso enorme y seguimos en contacto comentando...

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