Regreso y novedades.
Con septiembre se acaban las
vacaciones de muchos y unos pocos privilegiados quizá las prolonguen. No es el
caso de Gustavo Olavide ni de su amigo Perea, las dos familias hace días que han regresado de sus vacaciones
en la cornisa cantábrica y la rutina comienza a apoderarse de ellos.
-
¡Taxi! – dice Aurelia levantando la mano y parando uno frente
a la puerta de la revista “A media voz”.
Problemas de última hora, impiden a
Gustavo ir a recogerla a la redacción y quedan en la sala de espera del médico.
Es un control rutinario de seguimiento del embarazo pero no será con el doctor
Maldonado quien se acaba de jubilarse, sino con el nuevo médico que se ha hecho cargo de su
consulta. Aurelia no le conoce y prefiere que esta vez la acompañe Gustavo.
Una vez sentada en el taxi Aurelia recuerda
uno de los teletipos de esta mañana: “ Un pequeño de 10 años cae al río Jarama
cuando se encontraba pescando con su padre. El niño salva la vida gracias a
otro pescador” ...a primera vista un teletipo con final feliz pero tanto a ella
como a Asunción, a Asun sobre todo, les
devuelve a la mañana del descenso del Sella y al incidente. No fueron teletipo
de puro milagro pero Asun se enfadó muchísimo con Héctor y con ella misma por
haber consentido que el niño descendiera en canoa con su padre.
Aurelia fue la primera en conocer la noticia.
Se había adelantado para coger sitio cerca de la llegada y Asunción se uniría a
ella con la ropa seca para todos ellos. A la media hora de estar allí, Aurelia
vio bajar a Héctor de un coche de la organización, con un niño más mojado que una sopa, arropado con una manta y gritando:
-
Papá, papá que yo quiero más canoa ¡joper, no hay
derecho!
-
¿Qué os ha pasado? – memoriza el diálogo que tuvieron
-
Nada comparado a lo que podía haber pasado si el monitor
no hubiese actuado tan rápidamente. ¡Con este niño ya ni en las barcas del Retiro!
-
Tita, tita, que yo no he hecho nada de verdad, sólo
quería ver mejor a María que iba delante de nosotros y la canoa dio un brinco y
caí al agua ..nada más.
-
¿Te parece poco? ¿ No te habíamos repetido hasta
aburrirte que no podías levantarte durante el camino?- oyó decir a Héctor
Al poco rato llegó Asunción al
punto del encuentro y Aurelia tampoco puede olvidar su cara de asombro, el
susto y el berrinche que se llevó.
-
¿Qué ha pasado aquí? ¿No me digas que te has caído al
río? ...¿Estás bien hijo? – dijo
Asunción quitándole la manta, mirándole de arriba a bajo y cambiándole la ropa
mojada por la seca que había traído.
-
Está bien Asun, no te preocupes – contestó Héctor aunque
su mujer no le había dirigido ni una mirada ni una palabra desde que llegara -
¡Lo siento!, todo pasó muy rápido, no me dio tiempo a sujetarle, tampoco
entiendo cómo pudo levantarse si iba sentado entre mis piernas y remando
conmigo..
-
¡Mami, mami, llevaba el chaleco y el casco y el señor de
la canoa me pescó como a un pez y no pasó nada! – aclara el diablillo que sin
querer hizo que su madre se enfadara y
lo pagase con su padre.
-
¡Deja a mamá cariño!, cuando frunce el ceño de esa manera
es mejor dejar correr el aire durante unos minutos.
Aurelia recuerda como Asunción miró
a Héctor, si las miradas matasen Héctor hubiese quedado al menos muy mal
herido. La llegada de Gustavo con las chicas, contentas por la aventura
vivida, pero con cara de preocupación por
no verles en el río, calmó un poco el ambiente.
Asunción perdonó a lo largo del día
a su marido y dos días más tarde regresaron todos a Madrid y sus recuerdos
terminan aqui, al ver que el taxi está ya frente a la consulta del médico, abre
su bolso y saca el monedero:
-
Tenga, y guárdese la vuelta.
-
Gracias señora, tenga buen día- le dice el taxista.
Aurelia entra en un portal, sube en
el ascensor al segundo piso y toca el timbre de la consulta. Una enfermera le
abre la puerta y la acompaña a la sala de espera, a esas horas no hay casi
nadie, falta menos de una hora para la comida y la mayoría de las citas están
concertadas para por la tarde; justo esta tarde va a ir a su primera clase de
gimnasia . Hace un año escribió un artículo sobre el tema, a raíz de la apertura
de un centro de gimnasia que incluía el yoga y la gimnasia para embarazadas,
antes de publicarlo contrastó los
beneficios con la opinión de varios médicos y estas eran muy positivas. El
artículo tuvo mucho éxito pero por aquel entonces ella no estaba embarazada y
ahora descubre entre las revistas antiguas que hay sobre la mesa la de ella con
su artículo.
-
¡Hola, mi amor! ¿Llevas mucho esperando? Perdona que no
pudiera ir a recogerte.
-
No pasa nada Gustavo –contesta su mujer besándole en los
labios suavemente – me he entretenido mirando las revistas y he encontrado una
nuestra con mi artículo sobre la gimnasia ¿ no te parece casualidad?
-
No mucha, estamos en una consulta para embarazadas y tu
artículo era muy bueno aunque a mi no termine de gustarme eso de la
gimnasia...llámame antiguo pero estas cosas modernas no las asimilo tan
rápidamente como tú.
La enfermera vuelve a entrar en la
sala, les indica que el médico les está esperando y les dice que el doctor
Garrido es un médico joven, que ha estudiado en los Estados Unidos y ha
trabajado algunos años en una clínica privada de Los Angeles. Gustavo le
agradece la información y entran en la consulta. En efecto, el doctor es joven,
más joven de lo que Gustavo hubiera podido imaginarse. El médico, acostumbrado
a que sus pacientes le vean mucho más jóven de lo que en realidad es, ignora el
asombro de Gustavo y les pide que tomen asiento .
-
Y bien Sra. Olavide ha notado usted cambios o ha tenido
algunas molestias desde la última vez que estuvo aquí – pregunta el médico con
la ficha de la paciente en la mano.
-
No, nada, he ganado mucho peso y cada vez me siento más
como un bombo pero es normal ¿no?
-
Sí es normal, la enfermera me apunta que el control de la
orina está bien, no se detestan anomalías pero los 3 kilos que ha ganado en
este último mes me parecen muchos kilos. Voy a tomarle la tensión y a auscultarle
el vientre - ¿Quiere usted también oír los latidos de la futura criatura?- le
pregunta a Gustavo.
-
¡Por supuesto! Me encantaría, nunca me lo habían
preguntado antes y no sabía que se pudiera- comenta Gustavo entusiasmado.
El médico comprueba que la tensión
es la adecuada y a continuación explora el vientre de Aurelia primero con sus
manos, después con el estetoscopio la ausculta y finalmente le ofrece este a Gustavo indicándole el sitio
adecuado para oir los latidos. Aurelia, tumbada en la camilla, observa a su
marido y ve como una lágrima le resbala por la mejilla.
-
¡Qué fuerte que suena, ni que se oyeran dos corazones! –
comenta Gustavo
-
Sí, eso parece – contesta el médico.
-
¡Pero no puede ser posible dice Aurelia! El doctor
Maldonado nunca ha mencionado la posibilidad de dos fetos.
-
No siempre se puede oir los latidos ni sentir con las
manos las dimensiones del feto, ahora todo indica que vienen dos pero hay que
asegurarse asi que les voy a hacer una cita para que la hagan una ecografía
¿saben lo que es, verdad?
-
Sí claro, ya en mis articulos sobre el embarazo escribí
sobre las primeras ecografías que se realizaron en 1958 y de sus ventajas....
-
Entonces estupendo y ¿ es usted la A. González que firma los artículos en la
revista “”A media voz””?- pregunta el doctor Garrido.
-
Sí, soy yo – contesta Aurelia un poco tímida quien no
termina de asimilar que vienen dos – hace un año empecé una serie de artículos
monográficos y los terminé con la gimnasia y ¡por cierto! , está tarde tengo mi
primera clase y..¿puedo hacer gimnasia estando embarazada de dos? – pregunta
empezando a darse cuenta del cambio en sus vidas si resultan que son dos en vez
de uno.
-
Sí, por supuesto, no pasa nada, si nota calambres o dolores
sospechosos llameme en seguida.....Les
espero dentro de 15 días para la ecografía y sus artículos son muy buenos, a mi
mujer le gustan mucho – dice el doctor dándoles la mano y despidiéndose de
ellos, bueno, más bien de Aurelia....
En efecto, Gustavo al oir la
palabra dos, ha entrado en estado de shock y reacciona como un autómata. Ya
fuera de la consulta, de camino hacia el coche Gustavo vuelve a la realidad y..
-
¿ Estamos esperando gemelos? ¡no me lo puedo creer!- dice
nervioso con los ojos aún nublados por la emoción.
-
¿ Por qué no? Yo no lo había pensado pero tan extraño no
es, al fin y al cabo tu madre era melliza ¿ o no?
-
Sí, si claro; murió durante la república y mi madre no le
mencionaba mucho. ¿Dos? ¿Vámos a poder atenderlos como se merecen? ¡ Vas a
necesitar ayuda extra en la casa!.
-
Todo a su tiempo Gustavo, no te agobies ahora – dice
Aurelia- dónde mama uno mama el otro y si no les damos el biberón, tú uno y yo
el otro. Tendremos que organizarnos mejor y no te olvides que Clara nos va
ayudar a bañarlos de seguro...y por las noches ya veremos.
-
¿ Se lo vamos a decir o esperamos a la ecografía?
-
Mejor esperamos pero podemos ir preparando el terreno..
Al llegar a casa Aurelia abre el
buzón de correos y entre la correspondencia ve una postal de Cecilia, se queda
pensativa pero se la da a Gustavo pues viene a su nombre.
-
Toma, ésto es para ti...de una vieja amiga.
-
¿Cómo? ¡Cecilia Armenteros! ¿ A que viene esto ahora y
cómo sabe nuestra dirección?
-
Mediante la guía de teléfonos no es muy difícil, cariño.
Según dice te manda recuerdos y cómo no hay remite me temo que te vas a quedar
con las ganas de saber más.
-
¡No lo entiendo! ¿ No te molesta que la haya mandado?
-
¿ A mi? No, mi amor, ella habrá sido tu primera novia
pero yo soy tu mujer.
-
Gracias Aurelia. ¿Primera novia? Es curioso, en realidad
nunca fuimos novios, fue todo una ilusión que su padre alimentó y yo, ingenuo
que era me dejé llevar . Con lo mal que me caía Daniela y lo agradecido que
estoy por haberme abierto los ojos aunque si no te hubiera conocido ya por esa
fecha no sé que hubiera hecho.
-
Romper el compromiso como hiciste, de eso estoy segura y
ahora a comer que los dos tenemos que trabajar y yo ir a gimnasia ¿ Vas a venir
a buscarme?- dice Aurelia colgándose del cuello de su marido y dándole un beso.
-
¡Por supuesto! y piéndomelo asi aún con más ganas ..Y
gracias de nuevo por haberte fijado en mí- contesta Gustavo devolviendo el beso
a su mujer.
Por la tarde Aurelia le cuenta la
posible novedad a Asun y la pide que no diga nada todavía.
-
¡Mellizos o gemelos! Increíble..¿No te da un poco de
miedo? – pregunta su amiga
-
De momento no, ya veremos según se acerque la fecha del
parto..supongo que incluso puede adelantarse .... En caso de complicaciones
siempre pueden hacer una cesárea.
-
¡Aurelia! Me asombras – dice Asunción- te veo tan segura
de ti misma que hasta me das envidia. ¡Lo que te ha cambiado este embarazo!.
-
Será por la serie de artículos que escribí sobre el tema
o la fuerza que me dan lo que viene pero me encuentro perfectamente y estoy muy
animada.. ah! Se me olvidaba ¿Sabes que Cecilia le ha mandado una postal a
Gustavo?
-
¡Qué! Después de tanto tiempo y que decía.
-
Nada, recuerdos desde Tetuán de una vieja amiga.
-
¿Vive en Tetuán? ¿Cómo ha reaccionado Gustavo?
-
Asombrado, ha sido la mañana de las sopresas para él,
primero el shock con lo de los bebés
y después la postal. La verdad es que no tenemos ni idea y tampoco vamos a
molestarnos en saber más. Agua pasada no mueve molino.
-
Exacto, Teresa suele felicitarnos la navidad y nosotros a
ellas y no me parece mal, pero más contacto tampoco queremos tener.
-
¿Siguen viviendo en Venezuela?
-
Sí, siguen alli, parece mentira cómo pasa el tiempo.
Vosotros lleváis 12 años y medio casados y nosotros los mismos juntos y 8 de
casados.
-
¿Llegó a saber Héctor lo del chantaje?- pregunta Aurelia
quien hace tiempo que sabe el motivo de la anulación del matrimonio entre Teresa
y Héctor.
-
Sí, ya lo sabe, se lo dije unas semanas antes de que
naciera María. No pude mantener la promesa que le hice a Teresa; Héctor se
enfadó un poco por ocultárselo pero entendió nuestro razonamiento...pero
bueno, lo pasado pasado es ¿Te acompaño a
la gimnasia o va ir Gustavo contigo?
-
No, hemos quedado en que venía a recogerme, si puedes
llevarme tu en el coche al centro te lo agradecería. ¿No se te hará tarde para
preparar la cena ¿verdad?
-
No creo, de todos modos llamaré a Héctor para que la vaya
preparando él y de paso aprovecho para
comprar las cosas del colegio de nuestra parejita y mirar unos cuantos libros
que quiero comprar.
- ¡Es
verdad! Clara también necesita cosas nuevas. Todos los años lo mismo entre el
uniforme, los libros y el resto del material se nos va un buen dinero.
- Así es y
¿sabes? Estoy muy orgullosa de que podamos pagarlo ¡Lo que les hubiera gustado
a mis padres poder darnos la oportunidad que tienes nuestros hijos! – dice
Asunción dirigiéndose a su mesa para llamar a su marido.
Por la noche, cuando los niños ya
están durmiendo, Asunción sentada en el sofá junto a Héctor, le cuenta a éste
las las novedades de Aurelia .
-
Dáme tu palabra de
que no le vas a decir nada a Bonilla hasta que no esté confirmado- dice
Asunción terminando su copa de vino.
-
Prometo intentar no decir nada, como tu has hecho con tu
amiga...Bonilla es mi amigo y....
-
Vale, vale- dice Asunción interrumpiendo a su
marido- mañana le confesaré a Aurelia
que me fui de la lengua y que Matilde ya lo sabrá...no creo que la importe,
Matilde es justamente la más discreta de todos nosotros. ¿Quieres más vino?
-
No, quiero otra cosa y prefiero tomarlo en la cama
¿vienes ?
-
¿No puedes esperar a que recoga esto?
-
¿Un par de copas?..ellas pueden esperar, yo no – contesta
Héctor apagando las luces del salón mientras conduce a su mujer al dormitorio.
Fin.
Hola...! como ya te dije estoy releyendo tus relatos ya que ahora que te he alcanzado en el tiempo voy a ir intercalando escenas de las mías entre medias de tus relatos... a sí complemento la información... ahora más que nunca necesitamos recordar estas escenas...
ResponderEliminarUn beso enorme y seguimos en contacto comentando...